Notas al margen
David Fernández
Del cinismo de Sánchez a la torpeza de Feijóo
En estas fechas lo peor que puedes hacer es improvisar, y lo digo en serio. Porque como improvises todo se va al garete, pero como lo estoy contando. Y hasta la cartera se te queda arrugada, porque mucha de esa improvisación es a costa de gastar lo que no teníamos previsto, y eso es ruina de las gordas.
Mis amigos, sobre todo Cayetano, dice que soy muy cuadriculado, y no digo yo que tengan parte de razón. Pero yo prefiero que me llamen organizado, lo digo de verdad, porque es como me siento. Por eso insisto tanto en que tengamos las cosas bien cuadradas, que es lo mejor para todos, que así lo tenemos claro y sabemos para dónde vamos, que yo sé bien lo que me digo.
Todavía me acuerdo de aquella Nochebuena en la que no llegué a la cena, y que fue por un día de esos de “lo que surja”. Nos fuimos liando y enredando y yendo de un sitio a otro, hasta que pasó lo que tenía que pasar. Y sí, que lo pasé bien, pero que a mí luego no me renta todo el cargo de conciencia que me quedó, que todavía me dura, si les digo la verdad. Y no quiero que me vuelva a pasar, que menudo apuro pasé.
Por eso ya más o menos tengo planificado el día de Nochebuena y el de la Nochevieja, que es la mejor manera de tener la cosa controlada. Con esto no quiero decir que no me guste el cachondeo, que me gusta, pero ordenado.
Ordenado, lo que se dice ordenado, no ha estado nuestro Córdoba en los últimos partidos, que vaya tela la de puntos que nos hemos dejado atrás desde octubre. Muchos, pero muchos, que podríamos estar peleando por lo mejor, y no mirando de reojo al fango, como estamos haciendo. Eso es lo que pasa por no ser ordenados, ya saben ustedes de lo que hablo, que el fútbol es un buen ejemplo.
Pero volvamos a la Navidad, que tengo ganas de pasarla y disfrutarla, porque me gusta el ambiente y me gusta estar con mi gente, que son gloria bendita, los mejores del mundo.
Espero que usted la pase con su familia y la gente que quiere, y todo ordenado, como debe ser, aunque cada uno tiene su orden. Primero las gambas y después la sopa. Y para acabar los mantecados y lo que surja. Le deseo la mejor Navidad, esa que desea, y que la ordene como más le guste.
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