Carlos Colón

El galeote votante

La ciudad y los días

Es a este Gobierno a la deriva, al que haga lo que haga no le faltan galeotes votantes, a quien le cuadra el chiste de Ramón

15 de junio 2024 - 00:30

Salvo que RNE sea parte de la máquina del fango y lo oído sea un bulo creado por un imitador de voces, María Jesús Montero ha defendido en la radio pública nacional que Cataluña tenga “un tratamiento especial “de financiación “dentro de un modelo válido para todas las comunidades en el que se han de atender las singularidades que se puedan presentar en determinados territorios por razones históricas, características u orografía”. Y ha afirmado que está trabajando “de forma muy clara y comprometida” en la condonación de la deuda de Cataluña, para que “seamos capaces de que los 15.000 millones de deuda que tiene la región se puedan trasladar al Gobierno”. Un “traslado” previsto en el pacto de investidura que pagaremos todos.

En esta nueva lengua política que es el sanchismo a la compra de apoyos a los independentistas de izquierdas (ERC) y de derechas (Junts), necesarios para mantenerse en el Gobierno y para que Illa presida la Generalitat, se le llama amnistía –que en sanchismo significa concordia, pacificación y convivencia, aunque los beneficiarios se reafirmen en su proyecto independentista unilateral– y “tratamiento especial” por “razones históricas, características u orografía”.

Esta política en la que la desigualdad se transfigura en un “tratamiento especial” se hará, afirma la vicepresidenta primera del Gobierno, “dentro de un modelo válido para todas las comunidades”. Van como pollo sin cabeza. Pero van, y no pararán, porque, aunque menguando, muchos les seguirán votando, tapándose lo que haga falta taparse, porque ya no basta con la nariz, como un necesario poner ladrillos en el muro (el “¡no pasarán!” de la derrotada Teresa Ribera) que salve la democracia del asedio ultraderechista del PP, Vox y Se Acabó la Fiesta, que tiempo les ha faltado, felices de que esta cosa haya logrado tres eurodiputados, para ponerle al tricéfalo monstruo fascista las cabezas de Feijoo, Abascal y Alvise.

Pablo Iglesias y Sánchez, equivocándose ambos como suelen atribuyéndolo el primero a Chumy Chúmez y el segundo al Roto cuando era de Ramón y fue portada de Hermano Lobo en agosto de 1975, recordaron el genial chiste en el que desde una tribuna un político clama “¡O nosotros o el caos!”, el pueblo le responde “¡El caos, el caos!”, y el político les responde “Es igual, también somos nosotros”. Es a este Gobierno a la deriva –al que, haga lo que haga, no le faltan galeotes votantes– a quien le cuadra.

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