Juanma nombra a su Defensora

La esquina

05 de julio 2025 - 03:07

El Partido Popular ha lanzado a su candidata a Defensora del Pueblo Andaluz sin negociar con los partidos de la oposición. Rompe una tradición saludable: hasta ahora la identidad del Defensor se pactaba entre todos los grupos dentro de un paquete general que incluía a los adjuntos de la institución y le aseguraba un sólido respaldo parlamentario.

Se acabó. La nueva Defensora será Rosario García Palacios, enfermera y presidenta de la Cruz Roja andaluza, que figuró como independiente en la candidatura de Teófila Martínez a la alcaldía de Cádiz en 2015. Necesitará el voto favorable de los tres quintos del Parlamento regional. Los reúnen entre el PP y Vox, de modo que los ultras designarán al primer adjunto a la Defensoría, en detrimento del PSOE, al que correspondería proponerlo siguiendo el procedimiento habitual. Se lo acaban de saltar populares y voxeros.

Es una muestra de soberbia y un abuso de poder. Importa mucho porque el Defensor del Pueblo es uno de esos organismos públicos que, si funcionan bien, sirven de contrapesos de la acción de los gobernantes, equilibran la expansión avasalladora de los Ejecutivos y atienden las quejas y reclamaciones de los ciudadanos. También lo es la Oficina Antifraude de la Junta de Andalucía –dedicada a la lucha contra la corrupción–, cuyo nuevo director ha sido también anunciado por el PP andaluz sin contar con nadie. Sólo con su rodillo.

La continuidad de estas prácticas sugiere que Juan Manuel Moreno Bonilla no ha resistido la tentación que acecha a quienes gobiernan con mayoría absoluta. Reconfortado por la impotencia invariable de la oposición y anestesiado por el tremendo respaldo de los ciudadanos, el Juanma de la segunda parte de su segundo mandato hace cosas que el Juanma inicial ni se imaginaba que haría. Desde montarse una toma de posesión grandilocuente y versallesca a rebajar los instrumentos de control de la Intervención de la Junta. Desde entorpecer la labor fiscalizadora de la Cámara de Cuentas a eliminar los consensos mínimos ya asentados (como los pactos para el Defensor del Pueblo que comentamos). Demasiado partidismo enturbia una gestión en líneas generales positiva.

Se ha rodeado, además, de una corte de aduladores que lo pasea entre palmas y vítores. Ninguno se atreve a recordarle el memento mori del esclavo romano al general victorioso: recuerda que eres mortal. Recuerda que un día perderás las elecciones. Nada es eterno.

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