Tomates y calabazas

Lourdes Chaparro

lchaparro@eldiadecordoba.com

Y apareció Castells

Mientras que se defienden los exámenes online, en las elecciones catalanas se puede votar con coronavirus

Tarde, demasiado tarde, llegaba la misiva del ministro de Universidades, Manuel Castells, que aparece cuando menos se le espera, y cuando él quiere, para posicionarse en la polémica de los exámenes. Una primera carta en la que se refrendaba y elevaba el tono porque él, se cree, que lo vale.

Y llegaba, como decía, bastante tarde porque todo esto comenzó justo después del día de Reyes. Por lo menos, en el caso de la Universidad de Córdoba. Durante varias jornadas, grupos de estudiantes consiguieron ser tendencia nacional en la red social del pajarito azul protestando contra el hecho de tener que someterse a una evaluación de los contenidos de manera presencial en plena tercera ola. Hasta aquí bien, que el derecho a protestar por una causa digna es así. Pero subir fotos a esa red social de vagones atestados de alumnos a principio de curso, pues francamente mal, porque no se correspondían con la realidad de ese instante. Pero de todos es conocido el poder de una imagen así y de lo que se busca con ella desde algunos colectivos.

Luego llegaron las fotos facilitadas por la Universidad de Córdoba (UCO), en un intento de demostrar que todas las medidas de seguridad se estaban cumpliendo y que en Rabanales no pasaba nada. Sin embargo, la mecha estaba encendida y también salieron imágenes del alumnado en las que, curiosamente, no se guardaban las distancias. Ojo, al entrar en clase. Vamos a ver. Si desde hace casi un año estamos más que acostumbrados a guardar cola para, incluso, entrar en la frutería, ¿por qué a la hora de entrar en un aula hay que apelotonarse? Cuestiones que bien deberían aprender algunos universitarios de los escolares de Primaria, que son todo un ejemplo en esto de cumplir a rajatabla con las normas contra el coronavirus.

Y ahora cuando acaban las evaluaciones, llegaba la carta del ministro de Hellín, que ha levantado la ira de los rectores, que siguen defendiendo la presencialidad de los exámenes, mientras que en una nueva comparecencia, el ministro sigue a lo suyo. Que sí, que los exámenes si es posible, que sean online, mientras que la cita electoral del 14 de febrero en Cataluña se mantiene, que allí no pasa nada, que van a repartir EPIs para todos y se va a votar incluso con coronavirus. ¿Quién dijo miedo? Por eso, si la seguridad está garantizada en las aulas y se han tomado todas las medidas, entonces, ¿por qué hay que tener miedo?

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