Conflicto a la vista

DESPUÉS de meses de espera y tras la polémica suscitada con la reapertura del Puente Romano, Icomos, el organismo asesor de la Unesco en materia de patrimonio, ha dado a conocer su informe sobre el proyecto llevado a cabo por Obras Públicas sobre la pasarela. En líneas generales, el documento considera que la actuación respeta el espíritu y "los valores materiales e históricos" del paso sobre el Guadalquivir. Sus conclusiones destacan la aportación a la recuperación del patrimonio que se ha realizado, establecen una serie de avisos que habría que tener muy en cuenta y achaca al arquitecto autor de la reforma, Juan Cuenca, cierto desdén hacia los sentimientos y opiniones de los ciudadanos. En este sentido, el principal reproche viene por el corte que él mismo ha dado al pavimento del puente -el famoso granito rosa-, que denomina "industrial". Icomos no lo censura directamente pero sí deja abierta la puerta a su futura sustitución si se ve necesario.

Sin embargo, la advertencia que debemos tener más en cuenta es la que el organismo asesor de la Unesco realiza sobre una actuación que aún está por realizarse: la construcción del centro de recepción de visitantes de la Mezquita junto a la Puerta del Puente. Icomos no duda aquí en reclamar a la Administración y, sobre todo, al arquitecto, que "adecue formalmente al entorno, en cuanto a su composición, volúmenes y materiales" el proyecto con el fin de evitar nuevas polémicas. Esta opinión, además, ha sido suscrita por sendos informes del Ayuntamiento y de la propia Consejería de Cultura, a pesar de que ésta aprobó finalmente la idea presentada. Es por ello que desde aquí debemos hacer un llamamiento al arquitecto y a la Consejería de Obras Públicas para que se planteen seriamente si el respeto a la libertad del artista en esta actuación está por encima del más que posible rebrote de un descontento social que es previsible sea mayor por el impacto visual sobre la zona que tendrá el centro. Dado que quienes alertan sobre este riesgo son técnicos, el propio Juan Cuenca debería tenerlo en cuenta toda vez que críticas recibidas en el Puente Romano hechas por ciudadanos anónimos tanto le han molestado y con tal denuedo ha denostado en estos días. Y eso sin olvidar que todas las opiniones son igualmente respetables por muchas licenciaturas que se tengan.