Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La vía es (por ahora) andaluza
NI con el mayor desastre electoral del PSOE sanchista, el PP ha sabido obtener un triunfo redondo y rotundo en Extremadura. La victoria de María Guardiola en las elecciones autonómicas del pasado domingo, las primeras que se anticipan en la comunidad vecina, ha tenido para los populares el sabor de una naranja amarga de Extremadura, que es igual de apreciada para hacer mermelada.
Subir apenas un escaño por Badajoz y perder voto absoluto en las dos circunscripciones deja una sensación de éxito a medias, que incluso puede tornarse en fracaso si tuviesen que repetirse las elecciones porque la investidura de la líder del PP fuese inviable en el próximo trimestre.
El inicio de la campaña y su reflejo demoscópico ofrecían la ilusión óptica de que en un territorio, aunque de menor tamaño, que comparte mucho con Andalucía en lo político podrían reproducirse los resultados que llevaron a Juanma Moreno a la mayoría absoluta de la que aún disfruta y que permite, sin ir más lejos, tener ya presupuestos en 2026, razón por la que Guardiola llamó a las urnas un 21 de ciembre (Rajoy ya lo hizo un día 20 en 2015 con un resultado malo). La Navidad no es tiempo de ir a votar.
Pero no sólo la fecha ha sido un factor esencial para que Guardiola sólo lograse uno de sus objetivos: sumar más que la izquierda, logrado por la debacle socialista, como su ascenso relativo de cuatro puntos, más que por sus méritos. La presidenta extremeña, al contrario que Moreno en 2022, ha hecho una campaña de confrontación con Vox y no se ha centrado en seducir al votante socialista que ha pasado a la abstención con el mensaje centrado y moderado con el que se puede llegar a armar una mayoría absoluta.
Todo el eje de campaña debió centrarse en eso: si usted está desengañado con un PSOE irreconocible respecto a su trayectoria, con un candidato que lo ha sido por interés personal de Pedro Sánchez –que pensaba en su hermano procesado y no en el partido–, la única alternativa para impedir que la gobernanza dependa de Vox es hacer fuerte al PP. Tampoco supo verlo Alberto Núñez Feijóo en 2023, cuando no antepuso los principios e impidió pactos como el que urdió con torpeza Carlos Mazón y provocó que Guardiola pactase también haciendo el ridículo.
Extremadura debía replicar la estrategia andaluza, para seguirla en Aragón, Castilla y León y, de nuevo, en Andalucía. Pero, por ahora, la vía es solo andaluza y Juanma Moreno tendrá que fajarse para mantener su mayoría absoluta.
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