Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La vía es (por ahora) andaluza
Todavía se aceleran los corazones de los aficionados cordobesistas cuando ven al Córdoba saltar al terreno de juego de El Alcoraz, aquel pequeño estadio -que hoy presenta pocos cambios- en el que en el arranque del verano de 2007 comenzó un tiempo nuevo para todos. Huesca vio como su sueño del ascenso a Segunda se esfumaba en beneficio del Córdoba. Fue impresionante. Casi inenarrable. Qué momentos tan emocionantes para todos los que tuvimos el privilegio de estar allí.
Dani cogió el balón que nadie se atrevió a coger y marcó el penalti que hizo realidad el retorno blanquiverde a la Liga de Fútbol Profesional dos temporadas después de haber descendido de Segunda. Todavía se nos pone la piel de gallina con todo lo que allí se vivió y con todo lo que pudimos vivir en primera persona y compartir con todos los que luchamos por un sueño, con una afición ejemplar y una ciudad volcada e ilusionada con su equipo como nunca antes en la historia reciente lo había estado.
Todos deseaban la estabilidad en el fútbol profesional y un tiempo mejor. Y ese tiempo llegó durante el periodo dirigido con diligencia por Carlos González. Desde entonces, tras duras permanencias en la categoría, pudimos disfrutar de una eliminatoria de ascenso a la élite, de un ascenso histórico a Primera División más de cuatro décadas después del anterior y de una temporada en la Liga de Leo Messi y Cristiano Ronaldo, que pisaron el césped de El Arcángel en una campaña luego triste deportivamente hablando.
Y ahora, después de volver a ganar en Huesca, volvemos a tener otra oportunidad histórica para engancharnos de nuevo a la lucha por el ascenso a la Primera División. Todo lo ocurrido en los últimos años no hubiera sido posible sin aquel imborrable desenlace que aún resuena en Las Tendillas. El Alcoraz, punto de partida de aquel logro, puede ser, por qué no, el principio de otro aún mayor. Que el espíritu de Huesca nos impulse de nuevo a todos en la búsqueda de otro tiempo todavía mejor. Con ese espíritu y con la unión de todos los cordobesistas puede ser posible.
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