La fiesta, mejor en casa
Tras su victoria en Huesca, el Córdoba ya es el mejor visitante de la competición y uno de los dos equipos que suma más fuera que en casa. Quebrar la sequía como local, el reto inminente.
El Córdoba lleva casi tres meses haciendo fiestas continuas en casa del vecino. Han sido tantas que tras la victoria del domingo en Huesca ya es el mejor visitante de la categoría. Pero ahora que mayo está a la vuelta de la esquina, El Arcángel debe ser también escenario obligado de festejos en blanco y verde. Es el único camino para conseguir el objetivo del ascenso, y el desafío que ya se ha marcado en rojo el vestuario para cambiar la dinámica este mismo domingo ante el Tenerife. Es un doble reto, por aquello de la prolongada sequía como local y la dificultad para plantar cara a los rivales directos que viene teniendo el conjunto de Oltra desde el inicio del campeonato. Es ahora o nunca, pues con apenas ocho finales para el final de la fase regular ya no hay lugar para los regalos.
La dicotomía en la que se maneja ahora mismo el Córdoba es digna de estudio. En la primera vuelta era un ciclón en El Arcángel y rascaba, con alguna que otra duda, puntos en sus viajes; ahora, lleva seis derrotas consecutivas como local que lo dejan a sólo una del récord histórico de la categoría de plata, pero como visitante se maneja como pez en el agua. Y eso, además de las sensaciones, queda reflejado de manera palpable en los números, que ahora que el final del camino se acerca pasan a ser los mejores aliados.
Con los tres puntos logrados de manera solvente en El Alcoraz (0-2), el equipo de José Luis Oltra alcanzó la cifra de 51 en la clasificación, quedándose a uno del play off, en la octava posición. De ese botín, 25 puntos han llegado en casa y 26 a domicilio, lo que deja a los blanquiverdes como uno de los dos únicos conjuntos de Segunda que suma más fuera que como local; el otro es precisamente el Huesca (16 y 20).
Lo que llama más la atención es que hasta el paso del ecuador, a mediados de enero, el Córdoba era el mejor equipo ante su afición. Sólo el Alcorcón (1-3) y el Mirandés (1-2) lograron tumbarlo, y el Huesca sacó también un punto (1-1). Pero desde entonces, el problema es evidente. Seis derrotas consecutivas, un cero que ha hecho que el cuadro cordobesista pase a ser ahora mismo el decimosexto en la clasificación como local. Ni que decir tiene que es el peor en esa faceta de todos los que están con él en la lucha por mirar a la cara a la Primera.
Porque el equipo, pese a esos números, se mantiene en la pelea. Y lo hace porque como visitante está de dulce. El triunfo en tierras oscenses ha dejado al Córdoba como el mejor visitante de la Segunda División, aunque con los mismos 26 puntos que tiene el Alavés, segundo en la tabla. En la segunda vuelta, sólo Pucela se le resistió; luego llegaron los empates con el Alcorcón, el Numancia y el Nàstic, y las victorias sobre la Ponferradina, el Bilbao Athletic y el propio Huesca.
Pero ahora que el calendario coge la cuesta abajo, la fiabilidad en casa se antoja vital para lograr el objetivo. Y no sólo por los rivales, que también. Porque si el domingo llega el Tenerife, luego será el turno del Girona y el Elche, que como los chichareros también se han invitado a la fiesta por el ascenso tras una primera vuelta sólo regular, peor aún en el caso de los catalanes. Sólo el Almería, que llegará en la última jornada, se encuentra en la zona baja, aunque el potencial del cuadro albirrojo es importante, por mucho que no se haya dejado ver a lo largo del curso salvo en este sprint final en el que su única batalla es atar cuanto antes la permanencia.
Además de por la entidad de los rivales, recobrar la fortaleza en El Arcángel es clave porque las salidas cada vez son más peliagudas. La siguiente parada será en el Carlos Tartiere ante un Oviedo que ahora está colocado como la primera alternativa a los dos habitantes de la zona de ascenso directo, quedando luego los viajes a Palamós -hogar del Llagostera- y Mallorca, dos destinos donde se mira más para abajo que para arriba, con Miranda entre ambas quién sabe si para entonces con opciones de hacer algo grande. Pero eso será a finales de mayo. Ahora lo que importa es el Tenerife, un rival que fuera de casa se muestra competitivo -5 triunfos, 5 empates y sólo 6 derrotas- y que siempre ha dado la cara ante los conjuntos con los que ahora comparte objetivo, pero que debe conocer el domingo que la única fiesta posible en El Arenal es para el cordobesismo.
También te puede interesar
Lo último