Si les digo la verdad, no tengo nada de claro cuáles son las cofradías que han salido a la calle y cuáles las que se han quedado encerradas por culpa de la lluvia, porque menudo lío que hemos tenido esta Semana Santa. Y no solo de agua, también de viento y de frío, que a ratos parecía que estábamos en diciembre.

Vaya cómo ha sido la semana, pero vaya, que si nos lo hubieran dicho hace un mes no nos lo hubiéramos creído. El miércoles, por ejemplo, por poner un día, yo no recuerdo haber pasado más frío en toda mi vida, y lo digo en serio, que tenía los dientes que parecía que las campanillas de la Fuensanta me estaban sonando dentro de la boca, qué barbaridad. En diciembre no hemos pasado tanto frío como ahora, no paraba de repetir una vecina y yo creo que tenía toda la razón, que vaya la pelúa cómo ha sido.

De todos modos, yo creo que han salido más cofradías a la calle de las que podíamos imaginar unos días antes, que el pronóstico no es que fuera malo, es que era peor y algo más. Y me ha hecho mucha gracia el comentario que le escuché a un camarero de las Beatillas, que a menos pasos, más vasos, y anda que no llevaba razón.

Lo de que nunca a llueve a gusto de todos es la mayor verdad que se ha dicho, porque es así y no hay que darle más vueltas. Por lo visto seguimos de agua durante unos días, pero la que viene ya no molesta tanto, que según leí en mi Día los pantanos han subido un montón y ya por lo pronto este verano no vamos a tener que cerrar el grifo, que eso ya es mucho, más de lo que imaginamos.

Eso sí, ahora me ponen una torrija delante y como que no voy corriendo a por ella, que vaya el lote que nos hemos pegado, de los muy grandes. Aunque se suele decir, todo es ponerse, que a lo mejor el primer bocado no apetece pero que luego le vamos cogiendo el gusto. Tal cual, que a todos nos pasa eso y algo más, sobre todo a los que somos de estómago agradecido.

Ahora viene una época muy bonita en Córdoba, que es de esperar, pero con una sonrisa en los labios, porque sabemos todo lo bueno que nos espera, y que es mucho, pero hasta entonces yo creo que me voy a meter una limpieza.

De estómago, de salir a la calle, de gastar, hasta lo que no tengo, y también de aliviar los pies, que vaya lo que he andado esta Semana Santa, que Cayetano se ha comprado un reloj de esos y todos los días nos decía los pasos. Y eso que a él le falta una pierna, que si ya llega a tener las dos necesitamos una autopista. En fin, que aunque muchas veces hemos estado bajo un cielo de paraguas no lo hemos pasado mal, que es de lo que se trata.

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