Alba Carballal. Escritora

"En el fondo, todas las artes pueden converger si lo buscas"

  • La autora acaba de publicar su primera novela, 'Tres maneras de inducir un coma', editada por Seix Barral

  • Este martes ha presentado su obra en la Fundación Gala, de la que fue residente

Alba Carballal posa en la Fundación Gala.

Alba Carballal posa en la Fundación Gala. / Juan Ayala

La escritora Alba Carballal (Lugo, 1992) acaba de publicar su primera novela, Tres maneras de inducir un coma (editada por Seix Barral), una sátira social y moral ambientada en el Madrid actual. Licenciada en Arquitectura por la Universidad Politécnica de Madrid, ha trabajado como traductora y escribe habitualmente en medios como Arquitectura Viva y la web literaria Zenda. En 2016 obtuvo una beca de residencia en la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores, adonde ha regresado este martes para presentarla.

Me fui de la Fundación Gala con una sensación de profesionalidad, de que este podía ser mi oficio"

-¿En qué género podemos clasificar esta primera novela?

-Me cuesta contestar a esta pregunta porque realmente creo que no tiene un género definido; es más fluida de lo que podría pensar. Se podría decir que es una comedia negra o bufa, aunque también tiene elementos de picaresca, de drama incluso.

-Es fruto de su estancia en 2016 en la Fundación Gala. ¿La desarrolló entera durante su beca?

-Llegué a Córdoba con unas páginas escritas, que son las que presenté al proyecto de la Fundación, y la escribí íntegramente allí. Es una excepción absoluta en el contexto nacional que una fundación dé oportunidades a creadores tan jóvenes. Esto me parece algo a reseñar.

-¿Qué recuerdos tiene de su estancia en ella?

-Casi todos son buenos. Me fui de allí con algunos amigos muy buenos, habiendo conocido a otros creadores y personas que trabajan en mi sector porque yo era una novata y no conocía a nadie. Sobre todo, lo más importante es que me fui con la sensación -ya la tenía al poco tiempo de entrar- de que este podía ser mi oficio, con una sensación de profesionalidad. Esto es algo muy importante para profesiones tan precarias y difíciles de gestionar como las nuestras.

-Antonio Gala habla mucho de la "fecundación cruzada" entre los residentes. ¿Se aprecia esa influencia de sus compañeros en su novela?

-Indudablemente. Una experiencia tan potente como estar durante un año viviendo rodeada de otros 13 creadores de distintas disciplinas por fuerza acaba influyendo en lo que haces. Por lo menos esa fue mi experiencia. De hecho, mi novela está estructurada en forma de secuencias encabezadas por citas y uno de mis compañeros aparece citado en esa estructura.

-El protagonista de su obra es un cuarentón con estudios universitarios pero sin perspectiva de futuro. Todo muy real...

-Desde luego. Yo soy más joven que mi personaje y se habla mucho de la precariedad que asola a mi generación. Sin embargo, se habla menos de los problemas laborales que tienen algunas personas de la generación anterior a la mía que han podido saborear de algún modo las mieles de un trabajo digno y que luego lo han perdido. Eso desemboca en una suerte o una especie de cinismo. Quizás los que somos más jóvenes todavía no hemos llegado a ese punto porque tenemos esperanza de salir adelante. Necesitaba ese perfil más cínico, por eso la elección de ese rango de edad.

-¿Por qué sitúa la trama en Madrid?

-Te podría dar una respuesta más elaborada pero la verdad es que Madrid es la ciudad en la que he estudiado y vivido en los últimos ocho años, salvando el año que estuve en Córdoba, y es una ciudad que conozco muy bien y en la que se ha forjado mi educación sentimental. Para mí era muy natural ubicar la novela en Madrid. Además, me parece que es una ciudad muy contradictoria, tiene un punto kitsch e incluso folclórico que creo que al tono de la novela le iba fenomenal. La razón verdadera es la primera: es la ciudad en la que vivo y en la que me siento cómoda situando la historia.

-¿De dónde surge su relación con la literatura?

-Siempre he escrito, en algunas épocas más y en otras menos, pero lo que he sido siempre es muy lectora. Me ha interesado siempre la literatura y he devorado todo lo que ha caído en mis manos. Para mí ha sido un paso muy natural. Soy arquitecta, lo cual parece que no tiene mucho que ver con la literatura, y sin embargo creo que hay algo de continuidad. En el fondo es otra forma de expresión artística que tiene que ver con la literatura o la pintura. Volvemos a la idea de la fecundación cruzada de Antonio Gala: en el fondo, todas las artes pueden converger si lo buscas.

-¿Qué referentes tiene a la hora de escribir?

-Es un poco atrevido decirlo por mi parte, pero ya que ha sido él el que ha hablado bien de la novela, al primero que tengo que mencionar es a Eduardo Mendoza. Creo que mi novela se emparenta mucho con lo que él hace; desde luego es mi intención, no sé si lo he conseguido. Me parece un escritor brillante. También hay influencias de otros autores como J. K. Toole o incluso de directores de cine. Me gusta mucho el cine y creo que en una literatura como la que hago, que presta mucha atención a las diferentes voces de los personajes y a su diferenciación, el cine tiene mucho que contarnos. En ese sentido, para mí directores como Almodóvar José Luis Cuerda han sido fundamentales a la hora de escribir este libro.

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