Cultura

Escudero pide un nuevo modelo de musealización para el yacimiento

  • El director del conjunto lamenta la desconexión física y conceptual que existe entre el área arqueológica y la sede-museo y señala algunas intervenciones que resultan necesarias.

El yacimiento de Medina Azahara necesita un "cambio" en su "modelo de musealización" que, sin renunciar a los procesos actuales, redefina sus estrategias de conservación a partir de una "acción transversal". El modelo actual "se queda corto". Así lo afirmó ayer José Escudero, director del conjunto arqueológico, en la segunda jornada del congreso internacional Medina Azahara y las ciudades islámicas Patrimonio Mundial. Entre las líneas de actuación, Escudero apuntó la realización de "intervenciones de mayor calado" en estructuras originales y los bordes del área excavada, así como una "depuración paisajística del yacimiento", que sigue manteniendo "cierta imagen de los años 70". El "adecentamiento de su aspecto" debería incluir la intervención en las masas de vegetación, la creación de caminos y la instalación de pasarelas.

Escudero revisó las principales etapas en la historia de la recuperación del yacimiento, que arrancó a comienzos del siglo XX de la mano de Ricardo Velázquez Bosco, arquitecto conservador de la Mezquita, en una ponencia en la que también aportó ideas para el futuro. Una de ellas pertenece "casi al ámbito de la utopía": mejorar la conexión física entre la sede-museo (donde se celebra este congreso) y el yacimiento. Ello conllevaría la "recuperación de la gran plaza de armas", que era el lugar de entrada de las embajadas, y la construcción de caminos en el interior de la medina (así como la musealización de su estructura urbana), con objeto de modificar la experiencia de recorrido que tienen los visitantes y ofrecerles una nueva imagen de la ciudad. Más "factible" es la recuperación de la terraza del jardín alto y su habilitación para el tránsito público.

Siempre hay y siempre habrá cosas por hacer en Medina Azahara. Escudero lamenta que la sede institucional, inaugurada en 2009 y que es una infraestructura de "apoyo", está "desconectada física y conceptualmente" del yacimiento, "rozando el peligro" de que "el centro de interés" en torno al conjunto "pase del yacimiento a la sede-museo, que es lo peor que nos puede pasar".

En el área arqueológica hay una serie de "problemas" que demandan líneas de actuación. Uno de ellos radica en "los bordes del área excavada", que requieren un trabajo de limpieza y definición. También se detecta una necesidad de intervención en muros y pavimentos. La realización de un "mapa de deterioro" permitiría "definir estrategias de recuperación" de torno a estos y otros elementos como los atauriques que llevan muchas décadas a la intemperie, acumulando "capas de ataque biológico".

Escudero dedicó un tramo de su intervención al Salón Rico, una de las zonas fundamentales del conjunto, objeto de una intervención que persigue la superación de una "imagen confusa" que se ha tenido de este espacio y en la que lo original destacará sobre lo reintegrado. Se están reintegrando elementos, pero no los que tienen un carácter "singular". El responsable recordó que el Salón Rico fue excavado en 1944 por Félix Hernández, que obtuvo "muchos datos arqueológicos". Dos años después planteó una restauración a partir de las "restitución de materiales decorativos". Los criterios de Hernández fueron heredados por Rafael Manzano en los años 80, pero a partir de finales de esa década, con Antonio Vallejo Triano al frente del conjunto, se revela la "imposibilidad de seguir con la misma metodología". En Medina Azahara, subrayó Escudero, "hay que respetar la mayor cantidad posible de lo original". El último gran proyecto de musealización en el yacimiento, al margen del salón, fue el de la Casa de Yafar, hace ya 13 años.

Construida en el siglo X, abandonada a comienzos del XI, expoliada y olvidada durante siglos, Medina Azahara constituye "uno de los recursos patrimoniales más importantes de Europa". Desde 1911 hasta 1985, sin figura institucional que la tutelara, fue objeto de "actuaciones sectoriales e inconexas" desarrolladas por Velázquez Bosco, Hernández y Manzano. En 1985 la titularidad y la gestión pasan a la Junta de Andalucía, se crea la figura de conjunto arqueológico y se pone en marcha el proyecto de planificación de la musealización del yacimiento "como actividad integradora y equilibrada", circunstancia que, advirtió Escudero, no siempre se ha dado. En el siglo XIX hubo algún "intento fallido" de intervención producto de la "curiosidad romántica", que estimuló la búsqueda de "la fabulosa ciudad descrita en las crónicas".

Para Velázquez Bosco, anotó Escudero, Medina Azahara no era un objetivo en sí mismo: el arquitecto buscaba referencias para dar respuesta a problemas que surgían en la restauración de la Mezquita. Su excavación no fue sistemática. La Comisión Delegado-Directora se hace cargo del yacimiento de 1923 a 1936 y aporta un "giro radical" en la metodología que influye considerablemente en "el entendimiento de la ciudad", pero sin intención musealizadora. La guerra paraliza las actuaciones y a continuación emerge la "enorme figura" de Félix Hernández, que ya había realizado, en 1924, un plano topográfico que es "una obra de arte". Hernández, cuya labor se extiende hasta 1975, es "una figura clave" en el proceso de recuperación de la antigua ciudad palatina.

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