Nadie espera alegrías en tiempos míseros, pero, por si acaso, el tercer barómetro de la CEA sobre percepción de la economía andaluza se encargó ayer de recordarlo con un contundente dato: el 86,2% de los empresarios considera negativa la situación en la comunidad. El porcentaje cae ligeramente (80,6%) cuando se les interroga por España.

La autocrítica es otra nota predominante. El sector privado sitúa mayoritariamente a Andalucía entre el decimosexto y decimoséptimo puesto de un hipotético ranking autonómico sobre desarrollo y nivel de vida. Cataluña (54,9%), Madrid (19,1%), País Vasco (12,7%), Navarra (7,4%) y la Comunidad Valenciana (2%) encabezan la clasificación.

El futuro no parece halagüeño. Un 43,6% de los empresarios estima que la crisis se alargará entre dos y tres años. Crece también la percepción de que el Gobierno y la Junta son corresponsables de la coyuntura porque podrían haber hecho algo más para evitarla o al menos mitigarla. El sector privado asume su parte del pastel al admitir más de la mitad de los encuestados que ellos tampoco se han puesto del todo las pilas.

Una radiografía más íntima de los temores del empresariado conduce a la valoración de aspectos directamente ligados a su actividad. Son mayoría quienes vaticinan un descenso del beneficio (46,2%) o de la clientela (43,2%) y también una congelación de los costes salariales (57,8%), del número de empleados fijos (58,7%) o de los precios de venta de los productos (47,5%). El pesimismo ha crecido en caso todas las categorías desde junio, fecha del penúltimo barómetro.