Después de la fiesta, toca planificar. El Córdoba Futsal ya trabaja en la que será su primera experiencia en la Primera División. Tras conseguir el sábado el ascenso a la élite y de celebrarlo el domingo junto a sus aficionados en la Plaza de las Tendillas, la directiva del conjunto cordobés, encabezada por José García Román, ya ha empezado a explorar la nueva realidad en la que el club tiene que moverse.

En primer lugar, el salto a Primera División supondrá un obligado incremento del presupuesto del club, que este año se ha movido cercano a los 250.000 euros. Para jugar en la élite, esa cifra tendría que duplicarse al menos y eso no sacaría a los cordobeses de ser uno de los equipos más modestos de la categoría.

Ese extremo es un hecho asumido en la entidad, aunque también existe la certeza de que con esfuerzo y un poco de ayuda se podrá competir contra auténticos equipos profesionales como los que pueblan la Primera División.

Aunque la planificación deportiva irá muy ligada a los recursos económicos que el club pueda conseguir, la intención del Córdoba CF Futsal es dar continuidad a la fórmula del éxito: el ADN cordobés que ha hecho de este grupo de jugadores un motivo de orgullo para la provincia y que ha conseguido que Vista Alegre se quede pequeño en varias ocasiones durante las últimas temporadas.

Para ello, el primer paso será la renovación del cuerpo técnico que encabeza Miguel Ángel Martínez Macario. La sintonía entre ambas partes, como no puede ser de otra forma, es muy buena. Eso sí, tanto el técnico como los responsables del club se han dado unos días de margen para ordenar ideas y asimilar todo lo conseguido, pues el tramo final de la competición ha sido tan emocionante como agotador a nivel psicológico para todos los integrantes del club.

En cuanto al plantel, el Córdoba CF Futsal contará en principio con gran parte del equipo que ha logrado la machada del ascenso. Por la humildad que caracteriza al club, los jugadores no tienen contrato más allá del presente curso, por lo que el club irá tratando cada caso de manera individual. Sobre todo porque, más allá del deseo de contar con todo ellos, habrá que ver qué jugadores pueden adaptarse a la nueva realidad del club.

La exigencia de jugar en la élite

Y es que los héroes del ascenso no viven exclusivamente del fútbol sala, por lo que tendrán que valorar ahora su disponibilidad para afrontar un nuevo escenario, el de un equipo que tendría que entrenar en horarios matinales y más días a la semana de lo que venía siendo su rutina.

Una serie de incógnitas que se irán despejando en los próximos días y que son la necesaria consecuencia de convertir un club prácticamente familiar en una estructura capaz de competir en la mejor liga del mundo de fútbol sala. Con todo, la idea es clara, seguir con los mismos valores que han permitido a este grupo de cordobeses alcanzar la cima de su deporte.