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El Córdoba CF, frente al reto de romper una dinámica de 25 años ante el Granada en Los Cármenes
Córdoba CF
Los primeros dos meses de competición han dado para mucho en el Córdoba CF, que ahora disfruta de algo más de una semana de descanso para comenzar, ya en la bisagra entre 2020 y el nuevo año, la parte clave de la temporada. Después de un cambio de entrenador y utilizar a 24 futbolistas -los 21 profesionales de la primera plantilla y los tres habituales del filial ya desde la pretemporada (Alberto del Moral, Luismi y el hoy lesionado Julio Iglesias)-, los blanquiverdes parece que han encontrado por fin su velocidad de crucero y ya empiezan a parecerse el equipo que deben ser. De momento son segundos del Subgrupo IV-B, pero otra vez reenganchados a la pelea, pues el líder UCAM Murcia solo contabiliza tres puntos más en la clasificación.
Pero más allá de los números, y todo lo que de ellos puede extraerse, esta primera fase del curso ha servido para reflejar el peso que dentro del equipo tiene cada uno de los componentes del plantel. Ya sea con Juan Sabas o Pablo Alfaro al frente, hay tres futbolistas inamovibles, que forman un triángulo de seguridad clave, del que depende en gran parte el resultado final: los centrales Bernardo Cruz y Mohamed Djetei, y el medio Mario Ortiz. Todos ellos han sido titulares en las ochos jornadas ligueras en Segunda División B y, además, los dos últimos repitieron también en el arranque de la andadura copera ante el Albacete. Son los básicos dentro de unas alineaciones que en dos meses han sufrido variaciones en el resto de puestos y líneas.
Pese a las alternativas de Farrando y Xavi Molina, Djetei y Bernardo, Bernardo y Djetei, se han convertido en la pareja de centrales de este Córdoba, el penúltimo muro de resistencia antes de la portería. Lo han jugado todo (720 minutos) y, salvo amenaza en forma de lesión o sanción -el camerunés acumula tres amarillas, una más que el cordobés- parece que será así por mucho tiempo. Mario, por su parte, apenas se ha perdido diez minutos, pues fue sustituido en el tramo final de la visita a Yecla, cuando el entonces técnico buscó ya abrochar el 1-3 que finalmente reflejó el marcador con un doble pivote defensivo con Del Moral y Molina. El cántabro se ha movido igual en el 4-2-3-1, el 4-1-4-1, el 4-3-3 y hasta el 3-5-2 mostrado en Linares, con libertad para acompañar al seis, hacer jugar o pisar área, como en La Constitución para anotar su golito.
Un paso por detrás de estos tres insustituibles, se sitúa otro trío con rol principal en este proyecto. Se trata de Javi Flores, Samu Delgado y Federico Piovaccari, que han participado en las ocho jornadas -y también en la Copa-, aunque en alguna ocasión tuvieron que hacerlo partiendo desde el banquillo. El medio cordobés y el punta italiano solo arrancaron una vez de suplente (en Yecla y Murcia, respectivamente); el conquense lo hizo en tres, en el estreno liguero ante el Lorca Deportiva, y las dos con Alfaro, en el Enrique Roca y ante El Ejido, cuando la lesión de Thierry Moutinho lo llevó al verde apenas a la media hora, antes de lo previsto.
La portería, con Edu Frías y Becerra a un gran nivel, los laterales, el pivote defensivo que ahora parece que ya ha hecho suyo Alberto del Moral, y el otro costado ofensivo son los puestos que han sufrido más modificaciones a lo largo de estos dos meses de competición en los que ya han tenido su oportunidad todos los profesionales del CCF. Unos, claro está, con más suerte (y continuidad) que otros.
Porque en el otro lado de la balanza se encuentran dos jóvenes que no han acabado de tener el respaldo de los técnicos: Alberto Salido y Darren Sidoel. Ambos apenas han participado unos minutos y, para sorpresa de muchos, ni siquiera aparecieron en el compromiso copero ante el Albacete, cuando teóricamente se esperaba a los menos habituales. En el caso del delantero, Alfaro desveló que arrastraba unas molestias físicas, pero en el del holandés, que llegó a calentar en un par de ocasiones, ni siquiera eso. Es más, en el descuento casi entró Bernardo Cruz para hacer las veces de pivote en las que él se desenvuelve.
Su situación es muy diferente. Sidoel fue el primer fichaje anunciado por el Córdoba para este ejercicio aún en el mes de julio. E inició la temporada como titular ante el Lorca Deportiva, ganando la partida por ese puesto de mediocentro posicional clave para Sabas a Alberto del Moral y Xavi Molina, ya que Djak Traoré seguía fuera de la dinámica del grupo. Pero a los 52 minutos, tras un desajuste defensivo, fue sustituido y nunca más se supo de él. De hecho, la mitad de los ocho partidos de liga no ha entrado siquiera en las convocatorias, siendo ahora mismo el último en la rotación para esa posición.
Por su parte, Alberto Salido fue el último en llegar, al cierre del mercado. El club buscaba un delantero sub 23 y, tras caerse las opciones principales -Diabate, del Mallorca, y Berto González, del Sporting de Gijón-, se decantó por el balear, avalado por su olfato goleador en la cantera del Atlético de Madrid. Siempre ha vivido a la sombra de Piovaccari y Willy, e incluso en Yecla, en la primera salida del curso, cuando estaba en el banquillo, Sabas prefirió colocar a Javi Flores de falso nueve.
Para debutar, pese a haber estado en la citación en seis jornadas, ha tenido que esperar al último choque liguero del año, ante El Ejido, cuando tras el 4-0 de Piovaccari Pablo Alfaro le dio cinco minutos más el añadido. El club blanquiverde ya ha manifestado estos días que buscará un nuevo atacante sub 23 en el mercado invernal que habrá que ver en qué situación lo deja. De momento está claro que es la tercera alternativa para un ataque en el que el nuevo técnico viene situando a un único hombre.
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