El Escáner | Análisis de la jornada 33

El efecto Mosquera en el Córdoba CF: un revulsivo que no llega

Manuel Mosquera, con gesto serio tras la derrota del Córdoba CF en Majadahonda.

Manuel Mosquera, con gesto serio tras la derrota del Córdoba CF en Majadahonda. / LOF

El efecto revulsivo de Manuel Mosquera en el Córdoba CF empieza a diluirse antes incluso de hacer efecto. Dos semanas después de la llegada del entrenador gallego a El Arcángel, el conjunto blanquiverde sigue a la misma distancia del play off y tiene dos jornadas menos para intentar el asalto a esa quinta plaza. La derrota ante el Rayo Majadahonda dejó la triste sensación de que este equipo no ha mejorado, más allá de ciertos detalles que de momento no están sirviendo para sacar los triunfos adelante.

El Córdoba se encomendó a Manuel Mosquera después de meses de descomposición con Germán Crespo al frente. Seis semanas sin ganar fueron ya la gota que colmó el vaso para el cambio de entrenador, con la esperanza de una reacción inmediata del vestuario para agotar las vías que podían llevar a esa quinta plaza que permite disputar la promoción de ascenso.

Sin embargo, el balance de Mosquera es desalentador tras dos partidos, con un punto sumado de seis posibles. En el Cerro del Espino, el Córdoba se dejó el punto que había recortado una semana antes al Celta de Vigo B, que con sus fallos ha dado vida a un equipo que no ha sabido aprovecharlos para meterse de lleno en la pelea. Para colmo, el Linares se escapa ya a cuatro puntos, lo que complica incluso aspirar a la sexta plaza.

Ese "paso adelante" al que aludió el nuevo técnico del CCF después de igualar ante el líder, el Alcorcón, quedó en agua de borrajas una semana después. Y es que ante el Rayo Majadahonda el Córdoba volvió a mostrar su incapacidad para defender de manera fiable y constante durante 90 minutos, sin que aparezcan esos flagrantes errores y faltas de concentración e intensidad que están costando puntos cada semana.

El propio entrenador reconoció en sala de prensa que su equipo no había salido "con la activación necesaria" al terreno de juego. Una actitud imperdonable para un grupo de futbolistas que llevan meses por debajo de las expectativas y que, lejos de tomar conciencia de la situación y poner remedio como grupo, siguen alargando la agonía de sus aficionados a cada partido que pasa.

Sin cambios relevantes

Más allá de un discurso más optimista y de la asunción de responsabilidades incluso por encima de las que le tocan, lo cierto es que Manuel Mosquera no ha logrado, de momento, que su mano empiece a notarse en el Córdoba de manera significativa. Al menos, no se ha traducido en puntos y en los números de un equipo que sigue en la misma dinámica decadente que se llevó por delante a Germán Crespo.

Para muestra, la frialdad de los datos. En los últimos cuatro partidos que dirigió el técnico granadino, el Córdoba fue incapaz de dejar su portería a cero. Ganar en solidez y cerrar la sangría defensiva era una de las prioridades de Mosquera desde su llegada al Córdoba. Pero lo cierto es que el equipo sigue concediendo demasiado a sus rivales y mostrándose incapaz de acabar un partido sin encajar gol.

Los dos goles encajados en los dos últimos partidos han penalizado en exceso al Córdoba, en gran parte, por su desesperante falta de pegada en ataque. Ese era otro problema que Mosquera debía atender con urgencia y los frutos de su trabajo siguen sin aparecer. En el estreno ante el Alcorcón, el conjunto blanquiverde mostró una preocupante incapacidad para dañar al rival. Solo un tiro a puerta lograron hacer los cordobesistas al equipo alfarero, que por fortuna sirvió para el tanto de Willy Ledesma que valió un punto.

Ante el Rayo Majadahonda, ese número de disparos a portería fue algo mayor, pero sin llegar a generar ocasiones excesivamente claras para hacer gol. En los cuatro últimos encuentros con Germán Crespo, el Córdoba solo fue capaz de hacer tres goles, cifra que incluso mejora la de las dos últimas jornadas.

Con esos condicionantes, y el agravante de haber perdido dos jornadas sin resultados que llevarse a la boca, la etapa de Manuel Mosquera en el Córdoba CF ha arrancado lejos de las expectativas de revulsivo que se marcaban en el club. Ahora, con menos tiempo y más urgencias, el gallego tiene que aferrarse ya a la épica para intentar revertir un comienzo que no augura nada bueno de aquí hasta el final de la temporada.

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