El escudo y el honor entran en escena

La permanencia, a cuatro puntos

El Córdoba debe hacer frente a su crisis ante un rival también en delicada situación

Se ven las caras el peor visitante y el segundo peor local de la categoría de plata

Carlos Abad y Piovaccari, en la Estación del AVE antes de partir hacia tierras aragonesas.
Carlos Abad y Piovaccari, en la Estación del AVE antes de partir hacia tierras aragonesas. / Juan Ayala

Camino ya de los cuatro meses de competición, ha llegado la hora de poner pies en pared. Ya sea con un juego mejor o peor, con un estilo más vistoso o menos, con un dibujo más clásico o más ortodoxo... el Córdoba tiene que reaccionar de inmediato para no convertir esta temporada en un suplicio. Y no sólo por lo que dicten los resultados, sino también por la imagen, aunque la importancia de los primeros en la situación actual esté fuera de toda duda. Pero ha llegado el momento de honrar el escudo, de tirar de orgullo y honor para liquidar espectáculos tan dantescos como el vivido el pasado martes en la despedida copera en Getafe, y que por desgracia han tenido su copia liguera en más de un duelo a domicilio como el que ocupa.

Un encuentro que es mucho más que eso. A tres paradas para alcanzar el parón, el Córdoba es penúltimo y tiene la permanencia a cuatro puntos. A uno menos anda el Zaragoza, lo que refleja la trascendencia del partido (La Romareda, 20:30). Porque aunque ganar no variará apenas la situación del cuadro cordobesista, que seguirá por decimosexta jornada habitando entre los cuatro últimos, al menos le permitiría igualar a un rival directo y dejarlo aún metido de lleno en el ajo, lo que no es poco a estas alturas. Perder, más allá del reflejo en la tabla, supondría otro palo durísimo para un bloque que lleva recibiendo rapapolvos desde el verano, por no echar la mirada más allá...

La visita a La Romareda será la octava del campeonato para un CCF que llega con el desafío obligado de mejorar unos números paupérrimos que lo tienen como el peor visitante de la categoría. No en vano, los blanquiverdes acumulan siete derrotas y sólo han sumado un punto, en el único partido en el que no encajó gol (0-0 en el Molinón ante el Sporting). Porque es precisamente esa sangría defensiva, cuyo último reflejo llegó el martes en Getafe, el principal hándicap de un equipo que sigue sin dominar las áreas y, por tanto, desangrándose.

Dos equipos inmersos en una grave depresión

Lo bueno –o malo, según se mire– es que el Zaragoza no está mucho mejor. El conjunto maño quemó la bala del cambio de entrenador bastante antes, pero la llegada de Lucas Alcaraz al banquillo tampoco le ha supuesto una mejora en su rendimiento. Sobre todo en casa, donde no gana desde el primer partido del curso (2-1 al Rayo Majadahonda), enlanzado desde esa fecha cuatro empates y tres derrotas que lo dejan como el segundo peor local de LaLiga 1|2|3 con apenas siete puntos, uno más que el Reus Deportiu.

Con esos datos sobre la mesa no parece que haya demasiadas dudas sobre la importancia del choque para ambos equipos, compañeros en el último vagón de la clasificación, ese que cuando llegue junio (o antes) tiene parada en el pozo de la Segunda B. A favor del Zaragoza, además de su condición de local –más allá de lo que digan los números– es que va por delante de un Córdoba que por tanto aparece más obligado que nadie a una cita que, por muchos motivos, puede resultar clave en el devenir del torneo.

El primero, lógicamente, es numérico, ya que por ahí es por donde se empieza a descuadrar todo. Pero en un segundo plano quedan el efecto revulsivo de un Curro Torres que en tres partidos, dos de liga y uno de Copa, no ha conseguido ganar ni que el equipo realice una actuación redonda que invite al optimismo propio y del entorno; y la capacidad de la plantilla, individual y colectivamente, pues cumplidos los cien primeros días de competición hay errores que no se pueden permitir dentro de un grupo que quiere continuar en el fútbol profesional. Y eso, con el mercado de invierno a las puertas y a pesar de las dificultades económicas de la entidad, puede terminar por explotar.

La cuarta alineación de Curro Torres, una incógnita

De momento habrá que esperar a ver por dónde decide tirar el técnico hispano alemán en el planteamiento inicial del duelo, y eso que la segunda unidad se lo puso muy fácil con su actuación en Copa. El problema es que la primera tampoco ha funcionado como debiera ni en Lugo ni ante el Elche, y con una semana más de trabajo el resultado del relevo en el jefe del vestuario tiene que empezar a verse por algún lado.

Alineaciones probables
Alineaciones probables / Cristina García / Infografía

Partiendo de la base de que la idea y el sistema seguirán siendo los mismos, adivinar el once parece un imposible. Sólo está segura la presencia de Carlos Abad en la portería, Loureiro en el lateral derecho, Vallejo como sostén, y Javi Galán y De las Cuevas, sin saber bien por dónde se moverán en esta ocasión. Los centrales, los volantes y el hombre referencia son las principales dudas que ofrece a día de hoy un Córdoba al que nada de lo que ha probado hasta la fecha le ha funcionado.

Pero eso es algo que debe acabar hoy en La Romareda. Porque ganar quizás sólo suponga dar un paso más, pero perder puede convertirse en un lastre pesadísimo con el que convivir hasta junio. Y eso, viniendo de hacer un milagro, no sería nada bueno. Es por tanto el momento de que el honor y el escudo entren en escena para dar el ansiado paso al frente.

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