Córdoba CF - Rayo Majadahonda | La Crónica
  • El conjunto blanquiverde sigue su inmaculado camino con otra convincente victoria en El Arcángel

  • Los goles de Willy Ledesma y Simo hicieron justicia en un partido que debió quedar sentenciado antes

El rayo es el Córdoba CF (2-0)

Willy Ledesma celebra con rabia el primer gol del Córdoba CF al Rayo Majadahonda. Willy Ledesma celebra con rabia el primer gol del Córdoba CF al Rayo Majadahonda.

Willy Ledesma celebra con rabia el primer gol del Córdoba CF al Rayo Majadahonda. / Juan Ayala

Escrito por

· Rafael Cano

Redactor

Imparable. Por más inconvenientes que se presenten en su camino, incluso extradeportivos, y después de una semana complicada por aspectos más allá del césped, el Córdoba CF volvió a sacar adelante un partido más en El Arcángel para dar continuidad a su espléndido arranque de temporada y afianzar un liderato que ya todo el mundo sabe que no es casualidad.

Los blanquiverdes fueron infinitamente superiores a un Rayo Majadahonda que quiso ser atrevido pero que salió del feudo cordobesista escaldado como ya le sucediera al Unionistas de Salamanca y al Fuenlabrada, ambos con planteamientos más defensivos. Los de Diego Nogales no inquietaron al CCF en ningún momento, y solo la tardanza del segundo gol les mantuvo con un hilo de vida que Simo se encargó de cortar ya en el tramo final, demostrando una vez más que el fuelle del Córdoba es enorme cuando llegan los cambios.

Antes de la batalla, la noticia estaba una vez más en el once inicial de Germán Crespo. El granadino, al que no hay manera de acertarle una alineación, fue un pasito más allá esta vez e introdujo seis cambios en su equipo. Media docena de caras nuevas después de la victoria en Vigo, entre las que se encontraba un Cedric Teguia que relegó a Simo al banquillo, después de una semana complicada para el joven extremo blanquiverde. Había que ver por dónde rompía el Córdoba en un partido con tanta variante de inicio, pero una vez más los jugadores volvieron a dar la razón a su técnico.

Ante el Rayo Majadahonda, el CCF no respetó ni esos minutos de tanteo para situarse en el campo. Los blanquiverdes volaron desde el primer minuto, metiendo el miedo en el cuerpo a un contrincante que llegaba sumido en un mar de dudas y al que pronto le cogió desguarnecido el intenso oleaje. Porque así atacó el Córdoba en el arranque del partido, por oleadas y asediando al rival con una determinación insultante. No se había cumplido el cuarto minuto de juego cuando Puga arrancó desde campo propio, sorteó a dos rivales y puso el balón por delante a Willy, que remató de primeras y se topó con Álvaro Fernández, para introducir el balón en las redes en el segundo intento. El tanto quedó anulado por fuera de juego, pero fue ya un claro aviso a navegantes.

Muy poco después, de nuevo una jugada trenzada desde atrás, de banda izquierda a derecha, la finalizó Puga con un centro que Willy cabeceó contra el lateral de la red. Al diez de juego, un córner cedido por los madrileños lo cabeceó poderoso Cedric Teguia y el balón lo repelió con dificultad Álvaro Fernández. La superioridad del Córdoba era ya para entonces notoria. Los de Germán Crespo encontraron mucha facilidad para romper las líneas de un Rayo valiente, que quiso presionar en campo rival, pero que se vio desarbolado. En el 12', Javi Flores puso la magia para dar el primer golpe serio al partido.

Willy intenta rematar el balón ante la presión de Francis, lateral del Rayo Majadahonda. Willy intenta rematar el balón ante la presión de Francis, lateral del Rayo Majadahonda.

Willy intenta rematar el balón ante la presión de Francis, lateral del Rayo Majadahonda. / Juan Ayala

El de Fátima dibujó un pase medido para Willy Ledesma, que se vio solo ante el meta rival y no falló en la definición para adelantar a su equipo. Un estallido de euforia salió de las gradas de El Arcángel y el Córdoba siguió impulsado por ese nervio inicial avasallando al Rayo. Carracedo se topó con el poste dos minutos después del gol, después de que Cedric sacara con pillería una falta lateral mientras los zagueros se miraban los unos a los otros. El propio Cedric cerró un cuarto de hora portentoso de su equipo con un pase a Javi Flores que el capitán remató alto desde la frontal.

Fueron 15 minutos de fútbol total, de sometimiento del rival y de verticalidad para ir al ataque. Una puesta en escena primorosa que a punto estuvo de dejar el partido solventado. El Rayo sobrevivió y el partido, aunque entró en una fase menos vertiginosa, siguió bajo dominio del Córdoba. Los blanquiverdes empezaron a hacer eso que tan bien se les da cuando tienen ventaja en el marcador, el dar un paso atrás y tratar de matar al rival a la espalda de sus defensas.

Así volvieron a llegar ocasiones claras, como una jugada iniciada en campo propio que Cedric desplazó hasta la banda de Carracedo, para que el extremo sacara un chut potente que repelió Álvaro Fernández. El córner posterior, botado por Puga, lo estrelló en el palo José Cruz, poderoso en el juego aéreo.

Al verse tan superado por el CCF, el Rayo tuvo que dar un paso atrás y replegar su presión a campo propio. Los madrileños apenas cruzaron a campo rival en la primera parte y solo fueron capaces de incomodar en cierta ocasión a Carlos Marín en la salida de balón, algo que el CCF solventó bien jugando en largo sobre Willy o Cedric, poderoso en los duelos individuales. Para los de Diego Nogales, la mejor noticia al descanso era la de verse solo un gol por debajo.

Cedric intenta sortear a Francis en el Córdoba CF - Rayo Majadahonda. Cedric intenta sortear a Francis en el Córdoba CF - Rayo Majadahonda.

Cedric intenta sortear a Francis en el Córdoba CF - Rayo Majadahonda. / Juan Ayala

Tras el intermedio, el Rayo trató de dar un pase al frente sin desguarnecerse en exceso, pero fue más una intención que algo efectivo, por más que en un saque lateral Carlos Marín tuvo que sacar un balón que Cedric dirigió accidentalmente hacia su portería. Diego Nogales hizo cambios pronto, consciente de que o tocaba algo o no sacaría nada de El Arcángel. Germán Crespo respondió poco después, refrescando el ataque con Kike Márquez y Casas, y dando fuelle al equipo con Diarra en la medular.

Con Casas poderoso en la pugna con los centrales para dar salida al equipo, el CCF logró eludir con éxito el intento de presión del Rayo y el dominio se mantuvo del lado de los blanquiverdes, a los que solo les faltó una contra bien finalizada de las varias que trazaron para haber finiquitado antes el encuentro. No lo lograron los de Germán Crespo y eso hizo que el duelo llegara al final con una igualdad peligrosa, que a punto estuvo de agrandar Guille Donoso con un disparo lejano que no cogió portería por poco.

Con el marcador más apretado en lo que va de curso, quien más y quien menos no las tenía todas consigo en El Arcángel. Pero en el momento más apretado apareció la calidad diferencial de Kike Márquez. El gaditano bajó unos metros para recibir libre de marca, levantó la cabeza y vio el desmarque de ruptura de Calderón, que ganó línea de fondo, templó los nervios y regaló a Simo una pelota de gol. El tanto fue una liberación para el hispano-marroquí, después de la que probablemente haya sido la semana más complicada de su vida.

Javi Flores abraza a Simo tras el gol del hispano-marroquí al Rayo Majadahonda. Javi Flores abraza a Simo tras el gol del hispano-marroquí al Rayo Majadahonda.

Javi Flores abraza a Simo tras el gol del hispano-marroquí al Rayo Majadahonda. / Juan Ayala

Nogales agotó sus cambios a la desesperada. Pero el Córdoba, cual perro de presa, ya no iba a soltar a su víctima. Los blanquiverdes contemporizaron con el balón para que no pasara nada en los minutos finales mientras el partido agonizaba, con tres puntos más en su casillero y la sensación de que, al menos de momento, no hay contratiempo que frene al equipo de Germán Crespo.

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