Córdoba CF - Marbella FC | La Crónica

Ahora más que nunca, yo te levantaré (1-2)

  • El Córdoba quiebra su racha y pierde la ocasión de asaltar el 'play off', que se queda a tres puntos

  • Primera derrota del curso en El Arcángel tras fracasar la ofensiva final ante el acierto de Wilfred

Jesús Álvaro se lamenta tras recibir un golpe en el duelo ante el Marbella.

Jesús Álvaro se lamenta tras recibir un golpe en el duelo ante el Marbella. / Álex Gallegos

El Córdoba CF despidió el año con su primera derrota de la temporada en El Arcángel ante un muy buen Marbella, que confirma su candidatura a todo y deja a los blanquiverdes sin la oportunidad de asaltar el play off, que se queda a tres puntos. El conjunto cordobesista, de menos a más, chocó ante el orden defensivo de su enemigo, sustentado en el buen hacer de Wilfred, y fracasó en su ofensiva final para salvar los muebles tras verse por detrás en el marcador por dos desajustes en balones colgados sobre su área.

El empecinamiento en jugar por dentro, en muchas ocasiones, y la falta de claridad para poner el sello a sus cada vez más continuas llegadas penalizó en exceso a los de Raúl Agné, que tuvieron hasta dos ocasiones con el reloj prácticamente a cero para alargar una racha que queda en seis jornadas sin perder y tres victorias, que ya son parte de una historia que habrá que continuar escribiendo tras el cambio de año.

Sobre un novedoso 4-3-3, con Javi Flores haciendo las veces de falso nueve, el Córdoba encaró el encuentro con la idea de acumular posesión y ser dominador del conjunto más fiable no sólo del Grupo IV, sino de toda la categoría. Un Marbella que demostró a su paso por El Arcángel excelentes hechuras, y no sólo en el juego sin balón, aunque sí principalmente. Tremendamente ordenado, sin importarle lo más mínimo meter una línea de seis hombres para proteger su área con otra de tres unos metros más adelante, los de Cubillo neutralizaron todas las opciones locales.

Con dificultad no sólo para llegar, sino hasta para conectar en tres cuartos de campo por las ayudas constantes de su rival, que mordía de forma incesante, ni siquiera la recurrente aparición por sorpresa de los laterales fue resolutiva como otras veces. Con todo, una internada de Fernández por el carril diestro estuvo a punto de originar la primera ocasión del choque, aunque Dani Pérez se cruzó para despejar ante la llegada de Flores.

Crecer sobre la tela de araña construida por los malagueños fue con el paso de los minutos un punto más complicado. Y no sólo eso, sino que el Marbella se fue sintiendo más cómodo con el avance de los minutos, asentado en su seguridad sin pelota, y con cierta paciencia para aparecer sobre el pase corto de Elías y Bernal, y el trabajo, eficiente, de espaldas a portería de Óscar y Manel. Los puntas sacaron alguna que otra falta que siempre es sinónimo de peligro cuando los duelos se atascan, si bien la más clara (remate de Saúl González al larguero) fue anulada por fuera de juego del lateral.

Los acercamientos a las áreas, muy escasos

El encuentro estaba ya en el terreno que más le gusta al cuadro marbellí. Sin continuidad, plagado de brega y con los cordobesistas sin encontrar ese canalizador de juego que no termina de ser José Antonio González, auxiliado en esta ocasión por De las Cuevas, la pelea en la medular fue el único argumento para permanecer despierto. Hasta que llegó el primer sobresalto serio, con una aparición por fuera de Óscar que Manel, de manera incomprensible, no supo llevar a la red con la testa cuando estaba solito en el área pequeña y sin mayor oposición que las sombras de los defensores.

Con el susto aún metido en el cuerpo, los pulmones de la grada quisieron ser el sostén de los suyos, incomodísimos, sin saber bien cómo hincarle el diente a su oponente. Y eso que la paciencia no fue precisamente escasa, aunque sí faltó, como otras veces, un punto más de velocidad en la transición. La primera vez que ambas cosas se conjuntaron, en una jugada de banda a banda, Owusu terminó dando trabajo por primera vez a Wilfred con un cabezazo picado que el cancerbero sacó tirando de reflejos. Fue el primer intento serio de un Córdoba que volvió a intentarlo con otro remate con la testa de Fidel Escobar, en esta ocasión a la salida de un córner, que fue a las manos del meta.

Owusu intenta rematar un balón por alto ante la poblada defensa del Marbella. Owusu intenta rematar un balón por alto ante la poblada defensa del Marbella.

Owusu intenta rematar un balón por alto ante la poblada defensa del Marbella. / Álex Gallegos

Las sensaciones al descanso no eran ni mucho menos las mejores. Pero todo empeoró al poco de ponerse de nuevo la pelota en juego con el tanto de Manel Martínez en un desajuste defensivo. Sin duda, lo peor que le podía pasar a los blanquiverdes viendo el rocoso rival que tenía enfrente. La primera medida de Raúl Agné fue mandar a calentar a Juanto Ortuño para ganar algo de presencia en el área. Cinco minutos después, el yeclano ingresó en el terreno de juego por un González oscuro a más no poder.

Ese simple movimiento táctico ya cambió el partido, al menos de inicio. El cuadro cordobesista dio el obligado paso al frente requerido por la nueva situación y pasó a jugar con más continuidad en la mitad del campo enemiga. Jesús Álvaro y Fernández finalizaron con dos centros sin remate las primeras llegadas claras, antes de que Djetei tuviera que hacer un esfuerzo extra para dejar en nada una carrera de Óscar a la contra cuando ya amenazaba a Becerra.

Con espacios y fuelle físico para salir rápido, y sin perder un ápice la concentración defensiva, el Marbella estaba en su salsa, consciente de que le podía tocar sufrir ante el creciente acoso local, con una primera y gran oportunidad de Fernández, tras envío del otro lateral, que Wilfred repelió con el cuerpo en el mano a mano. Y, poco después, con el gol de Owusu tras una falta lateral provocada por él mismo muy bien puesta por De las Cuevas y que el ghanés empujó con todo.

Empate, subidón y otro varapalo

El Arcángel se vino arriba entonces, empujado también por alguna discutida decisión arbitral para echar más pimienta a la cosa. El Marbella dejó de estar plácido ante un CCF lanzado que empezó a sumar llegadas, por fuera, por dentro, encontrando cada vez con más asiduidad a sus futbolistas más determinantes. Pero cuando mejor pinta tenía el choque, el conjunto de Cubillo se encontró un tanto que alimentaba de nuevo sus opciones, tras una buena finalización de Mustafá, que cortocircuitó la magia.

Los visitantes empezaron entonces a jugar con el crono. Un aliado más ante el que levantarse, porque no quedaba otra. El problema es que el Córdoba se empecinó en entrar por dentro ante la dificultad para hallar la precisión por los costados. En esas, un córner de Miguel de las Cuevas dio la oportunidad a Juanto Ortuño, que disparó raso a las manos se Wilfred. Restaban cinco y el alargue y las prisas empezaron a ser compañeras de viaje.

Sebas Moyano no supo resolver un despeje corto del meta antes de Agné mandara a Fidel Escobar arriba, de palomero. Era el momento de morir con todo. Y la producción ofensiva no fue poca, con un cabezazo desviado de Juanto, un zurdazo del ariete que se quitó de encima como pudo el meta, un libre directo con el tiempo a cero de Miguel de las Cuevas que acabó en córner y el postrero cabezazo, solo en el área pequeña, de Sebas Moyano que fue directo a las manos de Wilfred. Ese fue el triste final de un partido y una racha que terminó con los jugadores abatidos, en el suelo, y el fondo sur tirando de ellos para ponerlos en pie. Porque esto es sólo una piedra en la larga travesía que tiene que acabar en algo bonito. Porque ya toca.

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