El balón parado es una faceta que, temporada tras temporada, se demuestra determinante en una categoría tan igualada como la Segunda División B, en la que los pequeños detalles marcan grandes diferencias. Es por eso que los técnicos dedican muchas horas de sus entrenamientos a trabajar jugadas de pizarra, tanto defensivas como ofensivas, con el fin de aumentar sus opciones de triunfo.

El Córdoba CF, que no es ni mucho menos la excepción a esta regla, ha encontrado hasta la fecha en este aspecto el mejor desatascador para sacar adelante sus partidos. En cuatro de siete, la pelota parada ha resultado determinante, en alguna de sus variantes: penalti, saque de esquina, libre directo, falta... En total, los blanquiverdes han logrado de esta manera la mitad de sus ocho goles, lo que se ha visto reflejado directamente en las tres victorias y uno de sus tres empates.

Un penalti en el descuento de la primera jornada ante el Recreativo Granada cometido sobre Juanto Ortuño y transformado en gol a continuación por el propio ariete yeclano abrió la cuenta, otorgando el primer triunfo del curso a la escuadra de Enrique Martín. Tras la igualada sin goles en Villarrubia de los Ojos, el guion se repitió con la visita del Real Murcia, resuelto también desde los once metros.

La efectividad cordobesista desde el punto fatídico ha quedado ya demostrada, con el pichichi como ejecutor con pleno de acierto. Más está costando exprimir la teórica fortaleza en la pelota parada que ofrece la nómina de zagueros del plantel, con la ayuda de hombres como Imanol, González o Novaes.

Diez puntos de 12 con la pelota parada

Y eso que los réditos ya han llegado. La reacción del CCF en Yecla tras verse 2-0 arrancó con el gol del delantero brasileño y culminó en la equis final tras una falta frontal botada por Javi Flores a la que Xavi Molina dio continuidad con la testa en el punto de penalti (luego llegó la colaboración del meta, clave para que el balón entrara). Y en la última jornada fue un saque de esquina el que originó el tanto de Miguel de las Cuevas, al recoger una pelota suelta tras una primera intentona de cabeza de Fidel Escobar que tocó en un defensor.

En la otra parte de la balanza, la defensa de la pelota parada, las cifras son igualmente positivas para los intereses de la escuadra que dirige Enrique Martín. El Córdoba se mantiene inmaculado en cuanto al daño con córners o faltas, y apenas ha encajado un gol con la pelota detenida: la pena máxima transformada por Gorka Santamaría en el empate cedido ante el Badajoz, que pasan por ser los únicos puntos que han volado del fortín de El Arcángel en este inicio de curso.

Porque al margen de lo cualitativo, el balance cuantitativo es favorable a los blanquiverdes igualmente. Diez de los 12 puntos que tiene el equipo en su casillero han tenido sostén en las acciones a balón parado, convirtiendo tres empates en las tres victorias y una derrota en una igualada, lo que puede traducirse en el rescate de siete puntos de manera directa. Datos y más datos que evidencian la importancia que esta faceta del juego tiene a la hora de decidir partidos en esta Segunda B, y que por el momento el CCF está explotando a las mil maravillas.