En silencio, pero con pasos firmes, el Córdoba CF empieza a dar forma a su primer proyecto bajo el manto de Infinity, en el que tiene como objetivo mejorar el rendimiento de todos sus equipos y poner las bases para un futuro mejor de la entidad. Así, tras presentar a su estructura deportiva, anunciar a los entrenadores de los primeros conjuntos del club y empezar a desgranar parte del trabajo realizado en los despachos, los primeros movimientos comienzan a ver la luz.

De esta manera, y según ha podido saber el Día, el Córdoba tendría ya fichados a los dos primeros futbolistas para su nuevo filial, que volverá a militar en el Grupo X de Tercera División, ahora bajo la dirección de Germán Crespo. Se trata de Miguel y Ale Marín, dos jóvenes que han brillado con luz propia la última temporada en el Castilleja, flamante campeón del Grupo I de División de Honor Sénior y, por lo tanto, nuevo equipo de Tercera.

Ambos jugadores venían ya desde tiempo atrás siendo seguidos por el coordinador de la cantera cordobesista, David Ortega. Sin ir más lejos, el primero de ellos ya estuvo a punto de firmar en enero para reforzar al equipo que entonces comandaba desde el banquillo el villarrense Diego Delgado, aunque finalmente el club optó por jugadores con más experiencia para buscar una permanencia que finalmente llegó en los despachos con la decisión de la Federación Española de suprimir los descensos ante la cancelación de la campaña.

Miguel Gómez ha sido una pieza clave en el éxito del Castilleja, y pilar fundamental en el once de Alejandro Ceballos. Desde el centro del campo, ha sido el jugador que más minutos ha acumulado a pesar de ser su estreno como sénior. Natural de Almensilla (Sevilla), a sus 19 años ha demostrado dotes para actuar tanto de mediocentro como de central o interior y, gracias a su notable disparo, ha sumado un total de 8 goles.

Por su parte, Ale Marín se ha destacado como un extremo diestro, desequilibrante y con gol en su segunda campaña como futbolista sénior. Tras superar una grave lesión de rodilla -se rompió el cruzado en marzo del pasado año y no pudo volver hasta noviembre-, el de Olivares ha regresado por todo lo alto, hasta el punto de erigirse, con 12 dianas, en el máximo goleador de su equipo y segundo de la categoría con 12 dianas en apenas 18 encuentros.

Ambos llegarán al Córdoba con el reto de dar un salto en su floreciente carrera de la mano de un filial que sufrirá una profunda renovación con el objetivo de no pasar los apuros del pasado y, en la medida de lo posible, situarse en la zona noble de la clasificación de un Grupo X de Tercera División que habrá que ver cómo queda tras la reestructuración obligada tras la cancelación del curso 19-20 sin descensos.

Todo sin perder de vista el plan de la institución, que pasa principalmente por captar jóvenes jugadores que puedan explotar con la blanquiverde puesta. Un modelo en el que entra también el lateral derecho Núñez, que podría cumplir ese rol de estar a caballo entre el primer y el segundo equipo, dado que a sus 22 años ha tenido un destacado papel en un Utrera que peleará por el ascenso a Segunda B en julio tras salir de la cantera del Sevilla el pasado verano.