Córdoba CF

Córdoba CF: Ocho entrenadores en 21 meses

  • La salida de Martín y la apuesta por Agné confirman la inestabilidad en el banquillo cordobesista

Jesús León y Alfonso Serrano, durante la presentación del director deportivo blanquiverde.

Jesús León y Alfonso Serrano, durante la presentación del director deportivo blanquiverde. / Juan Ayala

En la primera década del nuevo milenio, esa en la que luchaba por asentarse en un fútbol profesional que ahora se ve lejanísimo, el Córdoba CF fue conocido en los mentideros del balón por ser una trituradora de entrenadores. Rara era la temporada en la que no había un relevo en el banquillo, muchas veces con el objetivo a tiro, por el simple capricho de sus dirigentes, que también en más de una ocasión tuvieron razones más que fundadas para activar la guillotina.

Hoy, a finales de 2019, la entidad blanquiverde va camino de recuperar aquel estigma que no le hacía precisamente bien, y que deja bien a las claras la tremenda inestabilidad en la que se mueve una institución cuyos mayores problemas no están en el verde, precisamente. La destitución el martes de Enrique Martín y la apuesta, ya confirmada, de Raúl Agné supone el octavo entrenador que tendrá el CCF en los últimos 21 meses; es decir, en la etapa de Jesús León como presidente y máximo accionista.

El montoreño, cuyas actuaciones en las últimas semanas ya denotaban cierto grado de nerviosismo –la peineta a un aficionado en el último partido en casa o la agresión física y verbal al árbitro de Algeciras– y no sólo por todos los líos extradeportivos, ha desempolvado la máquina de triturar entrenadores, y ni el cambio de categoría frena esa triste tendencia. Porque cambiar de técnico en mitad del viaje, y más aún cuando sólo se han consumido nueve fechas, es reconocer abiertamente un proyecto fracasado.

Tras el acuerdo, luego inconcluso, de compraventa del paquete mayoritario de las acciones del club en enero de 2018, León se encontró con un equipo dirigido por Jorge Romero que necesitaba numerosos retoques para obrar el milagro, al final real, de la salvación. Tras la revolución de los últimos días del mercado de invierno, con Luis Oliver al frente de las operaciones, el técnico cordobés perdió su sitio tras caer goleado en Tenerife (5-1). Nueve partidos duró su aventura, cuatro con la nueva propiedad.

Entonces la apuesta fue José Ramón Sandoval, la única que hasta la fecha ha salido bien. El técnico de Humanes terminó la temporada y dirigió al Córdoba hacia la permanencia tras 16 partidos, que supone el tope bajo la vara de mando del actual dirigente cordobesista. Ni media temporada, que se dice pronto. Aquellos méritos no sirvieron, sin embargo, al experimentado preparador para ganarse la oportunidad de dirigir un proyecto desde el comienzo y la institución optó por dar otro volantazo en la dirección del equipo.

Del tope de Sandoval a Francisco el breve

La primera apuesta para el pasado ejercicio, que terminó de aquella manera en lo deportivo y casi peor en lo institucional, fue Francisco Rodríguez, vinculado en los últimos días al Leganés. Pero el técnico almeriense no llegó siquiera a sentarse en el banquillo más que en algún amistoso, pues tras una serie de promesas incumplidas pegó la espantada a principios de agosto. Ante la crisis, otra vez Sandoval fue reclamado, en una decisión de cara a la galería y para calmar el clamor popular que ya venía viciada, y que como tal apenas duró 14 partidos. Dejó al Córdoba en puestos de descenso.

Y ahí se mantuvo el equipo con los siguientes. Curro Torres, que ya había estado en las quinielas de Jesús León en junio, tomó las riendas del proyecto, si bien su recorrido frenó tras 13 partidos en los que tampoco consiguió relanzar al CCF, hundido entre los cuatro últimos de la tabla. Una situación con la que terminó el curso tras la apuesta por Rafa Navarro, un hombre de la casa, cordobés y cordobesista, con el que los blanquiverdes acabaron de desangrarse en otros 14 encuentros dolorosísimos.

Ya en Segunda División B, y con el objetivo único de recuperar una plaza en el profesionalismo, León y los elegidos para la dirección deportiva (Alfonso Serrano y Jorge Rodríguez de Cózar) optaron por un perfil veterano y de cierto proteccionismo en la figura de Enrique Martín. Pero nuevamente el fracaso ha sido compañero de fatigas, como demuestra que en apenas nueve jornadas, y de manera precipitada para muchos, el navarro ya haya sido despedido con el Córdoba octavo, a sólo dos puntos del play off y con bastantes más carencias que el banquillo, por supuesto no achacables a su inquilino.

Desde ahora, Raúl Agné tendrá que demostrar que la plantilla tiene más jugo del que ha dado hasta este momento. No parece demasiado complicado, aunque para ello tendrá que contar con la colaboración de unos jugadores que en muchos casos no han estado a la altura de las circunstancias. Tiempo hay más que de sobra (29 encuentros) para reconducir la marcha, pero la puesta en escena del domingo ante un San Fernando que es el segundo clasificado y también aspirante al ascenso puede ser significativa.

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