Ekaitz Jiménez: "En un filial igual pierdes y aprendes, pero en el Córdoba CF no sirve eso"
Córdoba CF
"Aquí ya no hay nada por arriba, esto va al día, hay que ganar todos los fines de semana", asume el carrilero vasco, una de las gratas sorpresas en la gran temporada que está protagonizando el conjunto blanquiverde

Dentro de la gran temporada que está protagonizado el Córdoba CF, una de las gratas sorpresas es Ekaitz Jiménez (San Sebastián, 1996). El donostiarra firmó por dos temporadas el pasado verano con el club de El Arcángel, cerrando su etapa en el filial de la Real Sociedad para iniciar su primera aventura en el profesionalismo. Fue una de las grandes apuestas del club, que logró hacerse con un futbolista que acababa de ascender a Segunda División, pero que era desconocido para el gran público. Su adaptación tanto al equipo como a la ciudad ha sido tan frenética como su consolidación en el once inicial de Germán Crespo. Tanto es así que nadie duda ya a estas alturas de que la banda izquierda de El Arcángel tiene dueño para mucho tiempo.
-Un joven del Norte que aterrizó en pleno verano en Córdoba. ¿Cómo lleva su adaptación a la ciudad?
-Llegué a mediados de julio y nada más llegar es verdad que el calor era increíble. Vine con mi madre, para que me ayudara con el piso y a instalarme los primeros días. El calor fue increíble, pero luego después de la presentación me dijeron que entrenaríamos temprano y bien. Ha sido una pretemporada distinta para mí por el calor, lo he notado en cuanto a horarios y demás, porque en el Norte siempre se entrena a la misma hora. Pero al final caí bien en la ciudad desde el primer día, es fácil para moverse y saber los sitios para comer, cenar, pasear… La verdad es que estoy muy contento con la ciudad.
-Echando la vista atrás, parece que acertó en su decisión, pero era arriesgado bajar a Segunda RFEF después de haber ascendido a Segunda.
-Cuando terminé con el filial y habíamos ascendido, lo primero que piensas es seguir en Segunda, pero eso es muy difícil. El fútbol profesional está a un nivel altísimo, e incluso la Primera RFEF. Había equipos de la Primera RFEF preguntando, me avisaron mis agentes dos o tres veces pero a mí no me gusta que me llamen demasiado, solo cuando hay algo concreto. Un día me llamaron con una propuesta del Córdoba, que era para dos años y algo más fuerte. No es lo mismo en dos años estar en Primera RFEF en el Córdoba que estar en cualquier otro equipo, esa es la realidad. Le pedí que lo avanzaran para cerrarlo, porque el verano anterior fue complicado, no salía lo que de verdad buscaba y al final renové con la Real. Entonces me decidí por la oferta que de verdad me llamaba y claro, ahora que la cosa va así pienso que más no podía haber acertado.
-¿Qué conocía del Córdoba CF antes de venir aquí?
-Del Córdoba poquito. Con diez años recuerdo que estuve en Anoeta cuando el Córdoba se salvó, con los jugadores nerviosos porque no sabían lo que estaba pasando. Luego, yo siempre he visto al Córdoba en Segunda y también lo vi en Primera División o cuando ha estado en Segunda División B, que siempre era un equipo con los mejores jugadores de la categoría. Ahora el club ha pasado un bache de un par de años que no han sido buenos, se juntó el covid, el no poder llenar El Arcángel, que es un jugador más sobre el campo. Y al club le ha costado, pero es un club increíble.
-Como mínimo para no estar en la cuarta categoría más de un año.
-Entre nosotros, cada vez que vemos el estadio después de los partidos, siempre comentamos que es un privilegio lo que tenemos en cuanto a gente que nos ayuda en el club, el estadio que es de Primera División, la gente que está viniendo, el otro día con 8.500 personas, que es una locura. Además no es que te vengan a ver, es que aprietan. El otro día cuando el árbitro se equivocaba… era una locura, nunca había vivido algo así y he jugado en el Sardinero contra el Racing, en Anduva contra el Mirandés. Son campos que aprietan pero no es esto. Además aquí los tengo a favor y ayuda mucho.

-A su buena adaptación también ha contribuido la idea de juego de Germán Crespo.
-Los conceptos del míster son muy agresivos en cuanto a apretar arriba, tener el balón y jugar en campo contrario. Yo vengo de tres o cuatro años en un filial que era eso, jugábamos siempre en campo contrario. Igual hay detalles distintos pero la idea es la misma, jugar hacia adelante todo el tiempo y es lo que estamos demostrando en todos los campos.
-Hacía tiempo que en El Arcángel no se veía a un jugador con su poderío físico.
-La verdad es que en la Real el aspecto físico se trabaja muchísimo. Nos metían una caña increíble. Estando ahí me cagaba en el preparador físicos [risas], pero ahora que ya no trabajamos de esa manera, noto que me han venido muy bien esos años de machacarnos. No se lo diré porque he discutido mucho con él, pero se lo tengo que agradecer. Yo siempre he sido rápido, aunque desarrollé más tarde que los demás. En juveniles pegué el cambio y noté que estaba más fuerte, más ancho y rápido. Y en esos últimos minutos de partido sí que noto que llego fresco, aunque el míster me suele decir que a ver dónde voy que vamos ganando y no me quiere arriba. Me vacila con eso, pero la verdad que yo en ese aspecto me veo muy bien.
-¿Cómo es ese paso de estar en un filial a saltar a un club importante y con tanta exigencia?
-El vestuario de un filial o el de aquí con gente como Willy, Miguel de las Cuevas..., gente con mucha experiencia, es muy distinto. Ni mejor ni peor, simplemente distinto. En la Real teníamos un vestuario increíble, éramos amigos, yo tengo mejores amigos en ese vestuario. Aquí es una manera distinta, pero el día a día me gusta mucho. Hay distintas edades y me gusta el humor de gente como Bernardo o Willy, que meten mucha caña a los jóvenes y a los no tan jóvenes. He caído bien el vestuario, me están vacilando todo el día con lo de vasco, pero no sé qué se piensan que somos ahí arriba, que somos personas también [risas], pero la verdad es que estamos muy bien.
-Ahora ya sabe lo que es el fútbol profesional.
-Sí noto que esto es más profesional. Al final en un filial siguen formándote y tratas de nutrir al primer equipo. Aquí ya no hay nada para arriba, esto va al día, hay que ganar todos los fines de semana. En un filial igual no ganas y aprendes, pero en el Córdoba no sirve eso. Yo aquí de momento he vivido todo lo bueno, que ojalá siga así siempre. Llegarán momentos difíciles seguro porque es imposible ganar siempre, pero sí es cierto que lo que se vive es muy distinto a estar en un filial.

-Será imposible ganar siempre, pero la impresión ahora mismo del equipo es que incluso viéndose por debajo en el marcador, confía en sacar los partidos. ¿Lo comparte?
-El día del Montijo, cuando nos hacen gol, yo sí pensaba "venga que somos capaces, que lo hemos hecho ya". Yo creo que aquí será difícil que nos quiten algún punto. Lo estamos haciendo muy bien y en días en que no hemos estado tan precisos, como ante el Don Benito, hemos ganado. Después de los partidos, los rivales mismos nos dicen que vamos a ganar todos los partidos, que no pueden seguir este ritmo. Es algo de lo que igual no somos conscientes hasta que nos lo dicen desde fuera. Fuera de casa nos han costado algunos partidos y creo que será imposible ganarlos todos, pero la intención es ir a por todos juguemos donde juguemos, que es lo que estamos demostrando.
-Ya no son solo las exhibiciones en casa, es que fuera el equipo sabe sacar los partidos en diferentes contextos.
-Al principio nos costó un poco el mantener la portería a cero, ganamos partidos metiendo muchos goles pero también nos hacían. Y ahí hemos dado un paso adelante todo el equipo, porque sabemos que con portería a cero nosotros vamos a marcar seguro, se está viendo. Fuera de casa estamos siendo más prácticos y nos está yendo bien. Llegará el día que no nos vaya tan bien y tendremos que mostrar otras cosas, pero lo que hemos hecho no es fácil. Aunque tengamos muy buena plantilla, jugar cada tres días es complicado y ganar tres partidos en una semana más. Hay que valorar eso, pero sin relajarnos porque en las próximas semanas vienen más partidos, esto no para.
-¿Le ilusiona jugar la final de Copa RFEF? No sé si es la primera final que juega.
-Es la primera final que juego, me tendría que ir a alevines o benjamines para encontrar otra, en los torneos de verano. Me hace ilusión. Con 18 años estaba en el Real Unión de Irún y la temporada anterior habían ganado la Copa Federación pero yo no estaba. Debuté con ellos en la Copa esta contra el Rayo Majadahonda y la verdad es que nos eliminaron ese día. No he vuelto a jugarla desde entonces y cuando llegué aquí ni sabía que estábamos inscritos. Luego nos comentaron que podíamos entrar a la Copa del Rey, que la verdad es que era lo que más ilusión me hacía, por traer a un Primera a nuestro estadio. Pero ahora te plantas en una final y, claro, cómo no vas a querer ganarla. Además aquí en El Arcángel.
-Sin ser ni mucho menos el más importante, es un título oficial.
-Es un título, es así. Encima empezó hace ya hace meses, en el partido con el Linense, que lo vemos ya muy lejano. Empezamos un miércoles por la tarde ganando allí, luego Torremolinos y Jerez. Y al Ebro le ganamos aquí aunque costó. Nos hemos plantado en la final, hemos perdido a gente por el camino con lesiones, y ya que nos ha costado tanto, pues vamos a ir con todo.
-Hay quien ya teme un momento de relajación del equipo, pero lo cierto es que desde el vestuario no dan motivos para pensar en eso. ¿Cuál es el secreto?
-Al final el equipo se ha confeccionado nuevo, poquitos repiten. Y tú vienes y quieres mostrarte. Además sabemos que aquí cuando las cosas no van bien, cuesta, que es normal, porque si en las buenas es tan bueno, en las malas es normal que se note. Eso ya conlleva un esfuerzo personal y además somos una plantilla de veintitantos que todos aprietan como ninguno. Esa competitividad es muy buena y es la que nos hace ser ambiciosos y querer aprovechar cada segundo que te da el míster. Eso es lo que creo que nos va a mantener enchufados.

-Compartirá conmigo que mucha culpa de eso la tiene Germán Crespo, que ha conseguido que todos se sientan importantes.
-Es que eso es lo que hace funcionar al equipo. No se relaja nadie porque el míster llega el sábado y siempre quiere poner a los mejores. No es rotar por rotar, él rota si tú te lo curras y te lo ganas. Tienes que hacer méritos para volver a jugar y es lo que el míster está consiguiendo.
-Me decía antes que le vacilan los más veteranos con eso de ser vasco. Si se consigue el ascenso, ¿pueden contar con usted para celebrarlo a lo grande?
-Claro que sí. El último ascenso lo celebré como el que más, y eso que con el covid estábamos un poco cortados. Pero si lo logramos, que cuenten conmigo como el que más para celebrarlo donde sea, y luego en la ciudad con nuestra gente. Ascender con un filial no es lo mismo que hacerlo con un primer equipo de ciudad y eso me apetece mucho vivirlo.
Criado en la cantera ‘txuri-urdin’, con Xabi Alonso como referente
Natural de San Sebastián, Ekaitz Jiménez es un producto más de la prolífica cantera de la Real Sociedad, en la que coincidió en las dos últimas temporadas con un mito del club como Xabi Alonso. "Los primeros días no me atrevía ni a mirarle a la cara. Decíamos, "este viene a entrenar y va a pensar que somos malísimos, que no sabemos ni dar pases", bromea el zurdo. "Lo cogí como un referente por cómo lleva el vestuario, el día a día y los partidos. Me sorprendió. Pensaba que con nosotros iba a estar poco porque es muy bueno. Estuve dos años con él, en el primer la pandemia nos cortó y nos quedamos como el Córdoba, quintos. El segundo año, el pasado, ya fue la bomba", cuenta. Los jóvenes del filial vasco dieron la sorpresa logrando el ascenso a Segunda.
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