La clasificación para las semifinales de la Copa RFEF supuso la consecución del primer hito de la temporada para el Córdoba CF, que logró con ello un puesto en Copa del Rey y se aseguró un partido ante un rival de Primera División en El Arcángel. Un premio ilusionante tanto para el club como para sus aficionados, pero lo realmente relevante es que el conjunto cordobesista está a solo dos pasos de hacer historia consiguiendo el primer título nacional de carácter oficial de su historia.

Y es que en sus 67 años de historia, la entidad de El Arcángel no ha tenido el privilegio de poder levantar un torneo oficial, algo que ahora tiene relativamente cerca. La Copa RFEF se ha convertido en un acicate para un club ambicioso, con ganas de crecer y que tiene ante sí una oportunidad bonita, pues jugará las semifinales en su feudo y también lo haría en la gran final si consigue un billete para la misma.

Para encontrar una situación en la que el Córdoba estuviera cerca de alzar un título oficial a nivel nacional hay que remontarse casi a los orígenes de la entidad, en la campaña 1966-67. En aquel curso, el conjunto blanquiverde realizó una gran competición en la Copa del Generalísimo, competición que luego pasó a conocerse como la Copa del Rey con la llegada de la democracia a España. El Córdoba eliminó al Atlético Ceuta en dieciseisavos de final de aquel torneo, remontando un 4-2 del duelo de ida con un 5-0 en El Arcángel. En octavos de final, el CCF venció al Europa, tras empatar (1-1) en la idea y golear en la vuelta (4-0).

Una ronda más adelante, en los cuartos de final, el conjunto cordobesista necesitó de un partido de desempate, después de empatar con el Pontevedra (1-1 en ambos duelos) por partida doble. El choque decisivo se jugó en Madrid y los blanquiverdes vencieron por la mínima (0-1).

Así fue como el Córdoba se plantó en las semifinales de aquella Copa, en las que el rival fue el Athletic Club de Bilbao. Los bilbaínos ganaron en la ida en El Arcángel (0-1) y en San Mamés repitieron triunfo (2-0) para acabar con las ilusiones del club blanquiverde.

Esa gran participación en apenas tres años de vida del club no encontraba parangón hasta ahora, cuando el Córdoba ha conseguido llegar a la penúltima ronda de la Copa RFEF. Claro está que se trata de un título menor, pero oficial al fin y al cabo, además de un reto ilusionante para un club modesto que ansía inaugurar su palmarés de títulos reconocidos por la RFEF.

El premio económico, otro acicate

Para los de Germán Crespo, además, la situación parece propicia, toda vez que los rivales que quedan en competición son de igual categoría o incluso inferior. En semifinales, los blanquiverdes recibirán al CD Ebro, de Segunda RFEF, y en una hipotética final se las verían con el Guijuelo o el Leioa, ambos de Tercera RFEF. A ese perfil asequible de los rivales hay que sumar el factor campo, lo que permitiría a los cordobesistas alzar el título ante su gente. Un aliciente más para pelear por el triunfo.

Y si esos factores no fueran suficientes para la motivación de los futbolistas y el cuerpo técnico, el premio económico que la RFEF ofrece también supone un acicate para el club. El ganador de la Copa RFEF se embolsará 90.152 euros, según recogen las bases de competición de la Federación. El subcampeón, por su parte, ingresará 30.051 euros, un tercio del premio al campeón. Sin duda, un motivo más que sumar a ese hito de inaugurar el palmarés para una plantilla que ha demostrado su ambición por activa y por pasiva.