El Córdoba CF retomó este miércoles los entrenamientos después de la jornada de descanso del martes, que sirvió para que desde el club se ofrecieran las explicaciones pertinentes tras el rotundo fracaso que supone haberse quedado fuera de la pelea por el ascenso a Segunda División al término de la primera fase. El conjunto blanquiverde trabaja ya pensando en el inicio de la segunda fase, que llegará la próxima semana en el campo del Tamaraceite y lo hace con Pablo Alfaro al frente, después del respaldo que le mostró la directiva este martes.

Por la primera sesión preparatoria de la semana, tras el leve entrenamiento de recuperación del lunes, hicieron acto de presencia los consejeros Javier González Calvo y Adrián Fernández Romero. Junto a ellos estuvieron también los dos principales miembros de la dirección deportiva, Juanito y Miguel Valenzuela. Los cuatro departieron durante unos minutos con el técnico, Pablo Alfaro, mientras los jugadores realizaban el calentamiento previo.

La idea del club es hacer un frente común para salvar la delicada situación deportiva y para ello, tras la ratificación de Pablo Alfaro al frente del equipo, el objetivo es recuperar la moral de los jugadores, tocada tras el calamitoso cierre de la primera fase.

En cuanto a la plantilla, la principal novedad fue el regreso al trabajo con el grupo de Alberto Ródenas, que se perdió el partido ante el Betis Deportivo por problemas musculares. Alfaro trabajó con 21 jugadores, entre los que no se encontraban los lesionados Alberto del Moral y Djak Traoré, ni tampoco Mario Ortiz, que se quedó ejercitándose en el estadio por precaución, ante unas leves molestias.

El susto en la sesión lo protagonizó Miguel de las Cuevas, que recibió un golpe fortuito con un compañero que le produjo una herida en el rostro, de la que fue atendido rápidamente sobre el mismo césped, y que no debe suponer mayores problemas para el alicantino.

En la mente del equipo está ya el duelo ante el Tamaraceite, la primera de las seis citas que enfrenta el conjunto blanquiverde con la misión de amarrar la Primera RFEF y salvar los muebles en una temporada que ya puede considerarse como un rotundo fracaso, pero que puede acabar incluso peor si el equipo no levanta el vuelo de manera inmediata.