El partido ante el Betis Deportivo dejó para el Córdoba CF consecuencias importantes, más allá del resultado y de la condena de tener que luchar por la Primera RFEF como mal menor en esta aciaga temporada. El tramo final del encuentro deparó dos lesiones, las de Djak Traoré y Alberto del Moral, que preocuparon por el similar perfil de los jugadores y que hicieron saltar las alarmas por la forma en que ambas se produjeron, pues invitaban a pensar en convalecencias de larga duración. Algo que al menos parece que se evitará, si bien aún no es definitivo.

A falta de completar las pruebas médicas a ambos futbolistas, las primeras exploraciones de los servicios médicos del club dejaban un lugar para la esperanza. El primer percance llegó a falta de un cuarto de hora, cuando Djak Traoré cayó al césped con ostensibles gestos de dolor, tras un mal giro que le hizo llevarse las manos a su rodilla izquierda. El mediocentro tuvo que salir ayudado por los servicios médicos al no poder ni siquiera apoyar la pierna y, dado su historial previo de lesiones, el pronóstico no parecía nada bueno.

Pocos minutos después, en otro lance desafortunado, Alberto del Moral sufrió una dura entrada y quedó dolorido en su tobillo izquierdo. El joven jugador blanquiverde tenía tanto dolor que ni siquiera pudo intentar su regreso al campo, pese a que el equipo había agotado las ventanas de cambios en ese momento y se quedaba ya en inferioridad numérica para los últimos minutos.

Por el cariz de ambas acciones, la primera impresión hacía temer que para ambos jugadores se hubiera terminado ya la temporada. Afortunadamente, después de las primeras exploraciones el daño parece que no será tan severo, aunque sí considerable. En el caso de Djak Traoré, de quien se temió que sufriera una lesión de ligamentos, su percance podría quedar en un esguince de rodilla, que le dejaría fuera algunas semanas, pero con esperanzas de volver al equipo antes del cierre del presente curso.

En cuanto a Alberto del Moral, sus gestos de dolor y el hecho de no poder ni apoyar el pie también dejó en el aire el temor de que pudiera sufrir incluso una lesión ósea en el tobillo. Desde el club, sin embargo, aseguran que tras la primera valoración se intuía un fuerte esguince en dicha articulación, lo que también le impedirá comenzar la segunda fase, pero no le cierra las puertas en estos dos meses de competición que aún le quedan al Córdoba.

Esos primeros diagnósticos, lógicamente, quedan supeditados al examen de ambos jugadores que los servicios médicos del club llevarán a cabo en las próximas horas. Para determinar el alcance exacto de las lesiones es fundamental aguardar a que baje la inflamación en la zona afectada, y será entre este martes o el miércoles cuando los galenos del club puedan emitir un parte médico más concreto, en el que esperan confirmar las pistas que dejaron las primeras evaluaciones. Una esperanza a la que se agarran los futbolistas para no ver terminada la temporada en lo personal y el equipo para no ver mermada de manera seria una posición clave como es la de mediocentro defensivo.