Toñi Morales, la vecina de Córdoba que lucha contra un fondo buitre por su vivienda: "He vivido un calvario de amenazas"
La mujer, de 67 años, puede ser desahuciada de su casa, ubicada en el barrio del Guadalquivir
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Hace diez años que Toñi Morales, una vecina del barrio del Guadalquivir de Córdoba, vive en una pesadilla ante la amenaza de desahucio de su vivienda. A sus 67 años y jubilada, teme que la echen de su hogar y se quede en la calle ya que con la pequeña pensión que cobra no podría permitirse pagar un alquiler tal y como están los precios en la actualidad.
Este lunes se ha enfrentado en un juicio por un procedimiento de ejecución hipotecaria al fondo buitre con el que tiene su deuda después de que este se la comprara a la entidad bancaria donde Toñi tenía una hipoteca. El proceso, en el que esta vecina ha estado acompañada por la Plataforma Stop Desahucios, ha quedado a la espera del auto de la jueza.
La defensa de Toñi alega que "todo el procedimiento está carente de legitimidad, tanto por el préstamo inicial como por el proceso de titulización", ha explicado el portavoz de Stop Desahucios, Rafael Blazquez.
Desde que el fondo buitre compró la deuda, Toñi ha vivido "un calvario de amenazas": cartas en las que no le dejan claro a cuánto asciende su deuda, llamadas con coacciones e incluso la visita de un hombre que le pidió que le diera las llaves de su casa.
Un préstamo lleno de cláusulas abusivas
Cuando Toñi se separó de su marido, vendieron el piso en el que vivían. Con el dinero que le correspondía por la venta, la subdirectora de la oficina en la que tenía una cuenta bancaria -con la que la mujer tenía confianza- le aconsejó pedir una hipoteca para comprarse una vivienda. Entonces ella no tenía trabajo, pero asegura que la empleada del banco le hizo un "papel falso" en el que figuraba "como que trabajaba en su casa".
Cuando ese colchón económico se acabó, comenzaron las dificultades ya que Toñi estuvo parada un tiempo y los empleos que ha tenido han sido a media jornada y con poca remuneración. Así que no podía afrontar el pago de la cuotas de la hipoteca.
En 2018, ya ganó un proceso judicial en el que se confirmó que su hipoteca tenía cláusulas abusivas. "El caso salió sobreseído" y, con la sentencia en mano, acudió a su oficina bancaria para buscar una solución. El director "se metió el ordenador y me dijo que no salía nada mío, que yo no aparecía". Ni siquiera aparecía la cuenta corriente que ella tenía a su nombre. El hombre le explicó que la entidad financiera había vendido la deuda a un fondo buitre, sin especificar su nombre, y que ya se pondrían en contacto con ella.
Entonces, le empezaron a llegar cartas, "pero sin la explicación ni nada, solo que tenía que pagar una deuda, pero sin la cantidad de dinero, luego fueron amenazas por teléfono, un calvario...", ha confesado Toñi este lunes en la puerta de la Ciudad de la Justicia.
Incluso "una vez llegó un hombre a mi casa y me dijo que le tenía que entregar las llaves, pero le dije que si tenía algún documento, algo que yo supiera qué era eso", indica. El hombre se fue tras amenazarla con "ya nos veremos".
Su vivienda sigue a su nombre, por lo que no puede solicitar una vivienda pública. Le hubiera gustado solicitar un apartamento de mayores de Joaquín Sama Naharro, pero al ser titular de esa propiedad tampoco pudo. "No tengo alternativa porque yo no puedo acceder a ninguna vivienda pública hasta que no me quite la titularidad de la mía", ha concluido emocionada.
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