Rechazo total. El sector no ve con buenos ojos la aplicación de una tasa turística porque, alertan, haría que Córdoba perdiera competitividad como destino y provocaría que bajara la llegada de viajeros, justo lo contrario de lo que se pretende.

La Asociación de Empresarios del Hospedaje de Córdoba (Aehcor), la Asociación de Hosteleros de Córdoba (Hostecor) y la Asociación de Agencias de Viaje rechazan esta posibilidad, que se ha tratado en el consejo asesor del Instituto Municipal de Turismo y cuyo presidente, Pedro García, quiere llevarlo a Pleno.

La medida, no obstante, puede tener poco recorrido puesto que la regulación de este impuesto depende en realidad de la Junta de Andalucía. La administración autonómica no se ha querido pronunciar al respecto por el momento.

El presidente de Hostecor, Francisco de la Torre, asegura que si el Ayuntamiento intenta aplicar esta tasa se “perdería la equidad” entre las provincias andaluzas y eso provocaría “el desvío de clientes” a otros lugares. De hecho, si la intención es que se cobre el impuesto a través de los hoteles, desde Hostecor tienen claro que lo que harían los turista sería pernoctar en otros destinos cercanos y venir a Córdoba “de paso”.

Es justo lo contrario de lo que se pretende evitar, ya que el objetivo de este gravamen es, según el Imtur, atraer a un turismo de calidad y evitar la llegada masiva de excursionistas y viajeros.

De la Torre está convencido de que “los hechos lo demuestran” y en otras zonas donde se ha aplicado “ha pasado así”. El presidente de Hostecor pone el foco también en “la competencia desleal” ya que los viajeros que quieran alojarse en Córdoba optarían por establecimientos no regulados que no apliquen la tasa, antes de optar por los que sí declaran impuestos. El presidente de Hostecor ha pedido a Pedro García que “se encargue de mejorar la iluminación de las calles en lugar de poner tantas trabas al turismo”.

Más o menos en la misma línea se pronuncia el presidente de Aehcor, Alejandro Navarro, quien apunta que “cualquier tasa supondría un incremento de precio y, por lo tanto, una barrera adicional para la venta del producto”.

“Está claro que Córdoba perdería competitividad como destino y eso no es precisamente lo que nos hace falta”. Navarro insiste en que la ciudad necesita “más llegada de turistas”, sobre todo después de que el año 2018 haya cerrado con una bajada de visitantes por primera vez en nueve años.

Para Navarro, la clave debería estar en “ordenar la demanda” y no en poner el foco en un nuevo impuesto. La tasa, asegura, “debería ser una herramienta, si se quiere, para recaudar para un proyecto determinado, pero aquí no se sabe para qué va a ser, se ha empezado la casa por el tejado”, lamenta.

El presidente de la Asociación de Agencias de Viaje, Antonio Caño, reconoce que una tasa turística supondría un incremento de los paquetes y productos que ofrecen los touroperadores. “Nosotros no estamos de acuerdo, sin excepciones”, insiste Caño, quien lamenta que se provocaría un gran perjuicio a los empresarios.

El Imtur sí quiere la tasa turística y la representación de la Universidad de Córdoba (UCO) en este órgano entiende que también sería positiva, siempre que se cumplan una serie de requisitos. Esta misma posición es la que defiende la Federación de Asociaciones Vecinales Al-Zahara.

El informe evaluado por el consejo consultivo del Imtur apunta que la tasa se debe aplicar a nivel autonómico, es decir, que es la Junta la que tendría que hacerlo en todas las capitales de provincia. También asegura que la tasa no supondría una bajada de las pernoctaciones si se “transmite a la sociedad de forma correcta” y aconseja implantarla a turistas que se alojen y a excursionistas a través del transporte que utilicen.