Córdoba

Saturación turística: la convivencia del vecino y el visitante en el Casco

  • Córdoba es la capital de Andalucía menos masificada de visitantes con un índice por debajo de Granada, Málaga y Sevilla

  • El Mayo Festivo alcanza un dato de congestión un 24% mayor que la media del año

Turistas pasen por el Casco Histórico.

Turistas pasen por el Casco Histórico. / Jordi Vidal

Hace apenas unos días, la secretaria de Estado para el Turismo, Isabel Oliver, reconoció en Córdoba que el Gobierno tiene la labor de gestionar el éxito de las zonas turísticas. La mayor industria que tiene España (y Córdoba) genera unos réditos económicos indudables, pero también trae consigo una serie de consecuencias que hay que procesar. Dichas consecuencias se traducen en una saturación turística en determinadas zonas –en el caso de Córdoba, el Casco Histórico– que afectan a sus residentes de varias formas.

Desde la más simple, incomodidad en la zona en la que se vive, hasta la más grave, especulación inmobiliaria con las viviendas que componen estos espacios hasta tal punto que para una familia resulte prácticamente imposible asumir los precios de los alquileres que aquí se alcanzan.

Hace un par de años aumentó de manera exponencial el debate ante la turismofobia. Fue en zonas muy señaladas, como Barcelona o las Islas Baleares, donde dicho movimiento se volvió más fuerte y obligó a un replanteamiento de la gestión la gallina de los huevos de oro. En Andalucía, una comunidad donde el turismo es piedra angular de la economía, la potencia del debate no se vivió de la misma manera, sin embargo, no fueron pocos los movimientos que invitaron a la reflexión.

En el caso de Córdoba, a mediados del año pasado surgió el Foro por el Derecho a la Ciudad. Dicha organización, liderada por vecinos del Casco Histórico, pedía soluciones para “proteger los intereses de los ciudadanos que habitamos en el Casco Histórico frente a la apropiación de los patrimonios comunes, históricos y cotidianos de nuestra ciudad por parte de la economía de ocio”.

El modelo turístico de Córdoba, por muchos esfuerzos que se hagan (o se intenten hacer) para modificarlo, es un modelo de concentración. Por un lado, el sector vive de la temporalidad y de los fines de semana. El Mayo Festivo, con Los Patios a la cabeza, es la época del año donde más turistas visitan la ciudad. Por otro lado, esa concentración también se da en el espacio, con un Casco Histórico Patrimonio Mundial y una Mezquita-Catedral que suponen el mayor atractivo para el visitante.

¿Está Córdoba saturada 'turísticamente'?

Por lo tanto, cabría preguntarse si Córdoba es una ciudad turísticamente saturada. El Instituto Nacional de Estadística (INE) aporta unos datos que, analizados en conjunto, aportan una cifra a raíz de la cual se extrae un índice de presencia turística. El cálculo es básico: pernoctaciones a lo largo del año por habitantes.

Los últimos datos completos, los de 2018, exponen que la ciudad acumuló el año pasado 1.657.951 pernoctaciones (entre hoteles y apartamentos, cifras oficiales del INE), esta cifra, dividida entre los 365 días del año, da una cifra de noches de hotel al día de unas 4.542. Y esto, entre los 325.708 habitantes de la capital deja un índice de 0,0139.

Si los mismos cálculos se hacen con Granada, Málaga y Sevilla, las grandes capitales turísticas de Andalucía junto a Córdoba, se extrae que todas ellas tienen un índice superior al cordobés. Granada tiene un índice de 0,0428, Málaga de 0,0147 y Sevilla de 0,0253. La conclusión más clara es que, de las capitales turísticas andaluzas, Córdoba es la menos masificada. Sin embargo, hay que tener en cuenta varias cuestiones.

De las cuatro capitales, Córdoba es la que menos turistas acoge. Granada se acercó a los cuatro millones de pernoctaciones, Málaga superó los tres millones y Sevilla se puso a la cabeza con más de seis millones de noches de hotel durante 2018. La planta hotelera también es clave en estos cálculos: entre apartamentos y hoteles, la ciudad no llegaba ni a 300 alojamientos a finales de 2018, mientras que Granada tenía cerca de 700, Málaga más de 800 y Sevilla se acercaba a los 1.600 establecimientos. Excepto Granada, Málaga y Sevilla están más habitadas que Córdoba, un dato que también desnivela ese índice. Lejos, muy lejos, están los índices de las zonas costeras, donde la saturación turística veraniega llega a suponer que ciertos municipios tenga más noches de hotel de turistas que habitantes.

Mayor congestión en el Mayo Festivo

La característica temporalidad del turismo cordobés también permite afinar un poco más ese índice. Y, aunque a lo largo del año Córdoba no sea la capital turística más saturada, el índice es mucho mayor en el mes de mayo que en el resto del año. Si de media el índice es de 0,0139, en mayo llega a un 0,0172. Esto quiere decir que la saturación turística de la ciudad crece en mayo casi un 24%. Por lo tanto, aunque Córdoba no sea una ciudad especialmente masificada en este sentido, sí puede llegar a serlo e incluso lo es cuando llega la primavera.

El debate, claro está, no es nuevo. El mejor ejemplo son Los Patios. Hace unos años, el profesor de Economía Aplicada de la Universidad de Córdoba (UCO), Fernando Lara, alertaba de que el boom turístico que se estaba produciendo en los últimos años en la fiesta estaba poniendo en peligro la propia cita que podría llegar a desaparecer en cinco o seis años de mantenerse la actual tendencia hacia la masificación.

También hace unos años, dos concretamente, el Ayuntamiento se comprometió a conseguir “un turismo no masificado”, anuncio del que, a día de hoy, se sabe poco o más bien nada. La secretaria de Estado para el Turismo ya dijo que esta cuestión “toca a todas las administraciones”, tanto al Estado como a los gobierno autonómicos, a la Junta de Andalucía en este caso, y los locales, el Ayuntamiento.

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