Juan José Asenjo seguirá como obispo de Córdoba hasta el 17 de enero, fecha en la que tomará posesión como arzobispo coadjutor de Sevilla. Una semana antes se celebrará en la Catedral cordobesa una misa de acción de gracias que servirá de despedida a quien en el último año ha sido su prelado.

La incognita se abre a partir de ese momento. Asenjo señaló ayer que en esa fecha prorrogará su mandato, en este caso como administrador apostólico, o puede que ordene al Colegio de Consultores de la diócesis que nombren alguno de entre los miembros de la curia. Hasta esa fecha, seguirá al frente del Obispado haciendolo "lo mejor que sepa", como indicó ayer. De todas formas, tendrá que conjugar varias responsabilidades, puesto que a partir de ahora tiene que compaginar su trabajo con su inminente traslado a Sevilla.

El vicario general Joaquín Alberto Nieva explicó ayer el significado del cargo de arzobispo coadjutor a la luz de la jurisdicción canónica. Señaló que el matiz fundamental de esta designación es el caracter sucesorio que conlleva, a diferencia de los obispos auxiliares, cuyo futuro no está vinculado al del obispo residencial. Entre sus obligaciones están las de asistir al gobierno de la diócesis y hacer las veces del arzobispo titular cuando esté ausente o impedido.

También indicó Nieva que al quedar vacante la sede episcopal, el arzobispo coadjutor pasa a ser arzobispo titular tras tomar posesión del cargo. Esto sucederá a partir de agosto de 2009, fecha en que el cardenal Carlos Amigo debe presentar la renuncia al cargo por cumplir los 75 años.