Córdoba

La Santa Sede envía a Asenjo a Sevilla a los cinco años de su llegada a Córdoba

  • Carlos Amigo afirma que le acoge "como padre, hermano y colaborador suyo" · Al prelado cordobés ahora le preocupa, entre otras cosas, buscar a sus colaboradores más cercanos

Han sido sólo cinco años los que monseñor Juan José Asenjo ha estado al frente de la diócesis. Llegó en 2003 para suceder a Francisco Javier Martínez, quien marchaba a Granada como arzobispo, y para poner orden en un obispado que estaba revuelto en diversos aspectos. Una vez resueltos estos problemas -entre los que destacaba el futuro de Cajasur como una sombra en el horizonte- y cuando comenzaba a saborear las mieles de un mandato apacible recibe una llamada del nuncio, Manuel Monteiro de Castro, para comunicarle que su próximo destino sería el de arzobispo coadjutor de Sevilla.

Asenjo explicó ayer que esta conversación se produjo el pasado 28 de octubre, un día en el que estuvo bastante ocupado y hasta por la noche no pudo dedicarse a consultar en el Anuario Pontificio los datos de su nueva diócesis. La primera sorpresa que se llevó fue el ver que pasará de los 800.000 fieles a 1,8 millones. "La sensación fue como una losa que me cae encima", señaló.

A partir de ese momento le embargó "un sentimiento de nostalgia" por Córdoba, una tierra "donde me sentí acogido y querido". En este momento de recuerdo a los colaboradores más cercanos, el clero, los religiosos, los laicos y los numerosos movimientos eclesiales cordobeses, Asenjo reconoció que en este tiempo, "aunque relativamente corto, todos hemos construído un trozo de la historia de la salvación".

Desde que tuvo conocimiento de su nuevo destino, el aún obispo de Córdoba ha tenido diversos contactos con su homólogo sevillano, Carlos Amigo, quien le acoge "como padre, hermano y colaborador suyo". La justificación de su nombramiento está, según explicó, en que el actual arzobispo sevillano, que cumple en agosto de 2009 los 75 años años preceptivos a los que debe de presentar su renuncia a la Santa Sede, "pensó que era oportuno pedir un coadjutor", puesto que agotar el mandato y esperar a que desde Roma nombren un sucesor "crea esterilidad en la diócesis". Con esta figura de arzobispo coadjutor, Asenjo dispone así de unos meses de rodaje junto a Amigo y se asegura su sucesión.

De momento, aunque manifestó saber que en Sevilla le recibirán "con cariño", lo que de momento más le preocupa es "conocer a los sacerdotes y buscar a los colaboradores más inmediatos". Aparte de los datos proporcionados por el Anuario Pontificio, el prelado cordobés se ha encargado con discreción de conocer más datos de su nuevo destino. A los sacerdotes les ha pedido que le sientan "cercano en los momentos difíciles, dispuesto siempre a escucharos, alentaros y acompañaros", y los seminaristas han constituido una de sus "mayores alegrías" en estas fechas al conocer "su número relativamente crecido". Después de repasar los diversos colectivos que forman parte de la diócesis de Sevilla, Asenjo dedicó un saludo especial "a quienes el Señor confía de un modo especial al ministerio del obispo: los pobres, los enfermos, los parados, los marginados, los ancianos que viven solos, los inmigrantes, los que han perdido toda esperanza y cuantos sufren como consecuencia de la crisis económica".

En su comparecencia ante los medios de comunicación, que se produjo al mediodía, -en el mismo momento en que se hacía pública la noticia en el Vaticano, la Nunciatura Apostólica de Madrid, Sevilla y Córdoba-, Asenjo estuvo acompañado tanto de los dos vicarios generales como de los vicarios territoriales. El prelado señaló que el lema que le va a inspirar su nueva misión episcopal está sacado de un texto de San Leandro, cuya festividad se celebró ayer, que dice: "Fíate de tu cabeza, que es Cristo". De este modo, señaló que su actuación en la diócesis hispalense estará regida por este consejo, "con la confianza de que el Señor me acompaña".

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