Semana del Donante de órganos

La marcha roja por la donación conquista el corazón de Córdoba

Marcha por la Donación de Órganos.

Marcha por la Donación de Órganos. / Juan Ayala

La plaza de las Tres Culturas ha sido punto de salida de la serpiente de camisetas rojas -sirva también pañuelos, bolsas de telas y abanicos- que ha avanzado por la avenida de América en la Marcha por la Donación de Órganos convocada este miércoles.

Alrededor de 250 personas -sanitarios, donantes, trasplantados...- se han dado cita para dar comienzo a un recorrido en el que se han ido incorporando más personas. La delegada de Salud y Familias en Córdoba, María Jesús Botellas, junto a la directora gerente del Reina Sofía, Valle García, y el teniente de alcalde, Miguel Ángel Torrico, han sido algunas de las autoridades presentes en la marcha. Los niños han encabezado el cortejo sosteniendo la pancarta bajo el lema Regala Vida. Dona órganos.

Esta marcha "es otra manera de que el mensaje de necesidad, de escasez de órganos y personas que los necesitan para trasplantarse, llegue a toda la sociedad cordobesa", ha declarado instantes previos al inicio el coordinador de trasplantes del Reina Sofía, José María Dueñas. Aún así, ha matizado que Córdoba "es un ejemplo de decir sí a la vida y a la donación". 

Paco Rojas, trasplantado de corazón: "Estuve a punto de morir"

Paco Rojas fue trasplantado de corazón hace menos de siete meses. Su relato es "de película", llega a afirmar antes de contarlo. "Me dio un infarto y por un error médico en una clínica privada me dijeron que no tenía nada. Al día siguiente fui al Hospital Reina Sofía y me detectaron que tenía un infarto de miocardio y al final estuve ingresado dos meses y medio". 

Paco Rojas, paciente trasplantado de corazón. Paco Rojas, paciente trasplantado de corazón.

Paco Rojas, paciente trasplantado de corazón. / Juan Ayala

"Estuve a punto de morir", relata Paco Rojas que, de golpe y porrazo, "sin padecer antes de corazón", lo perdió y estuvo enchufado a un corazón artificial antes de ser trasplantado: "Fue un choque tremendo en mi vida porque de noche a la mañana me encontré ante un cambio radical".

Después de la operación y de tres meses en el hospital, con 29 kilos menos, "me quedé en los huesos y los pellejos", bromea. En su caso, cree que le ayudó ser una persona "deportista y fuerte", aunque "también era fumador". El presente y el futuro lo afronta positivo: "volveré a tener una vida normal como tenía antes".

La experiencia vivida ha servido para "confirmarme definitivamente" por la donación, si bien "ya estaba concienciado, era donante de sangre anteriormente y tenía escrito a mi familia que, en caso de morir, donaran mis órganos", reconoce Rojas. Tampoco falta el reconocimiento al personal del Reina Sofía porque "a pesar de que se pasa mal, conseguí salir adelante gracias al nivel profesional y humano que hay".

Rosario Rodríguez es trasplantada de hígado hace dos años. "Es una experiencia dura y muy mental, sobre todo cuando te lo dicen", cuenta. Junto a ella, su marido recuerda el día en que les comunicaron que había un órgano compatible: "Se nos cogió un pellizco, estábamos nerviosos perdidos, no sabíamos si decírselo a la familia o no". Hasta que llegó ese día, Rosario estuvo nueve meses esperando un hígado. 

El proceso después del trasplante también es un "estado de nervios horroroso, porque tienes la incertidumbre de que no sabes como te va a ir, si habrá problemas, pero bueno al final fue todo muy bien". 

(De dcha. a izda.) Rosario Rodríguez, su marido y María Dolores Bueno. (De dcha. a izda.) Rosario Rodríguez, su marido y María Dolores Bueno.

(De dcha. a izda.) Rosario Rodríguez, su marido y María Dolores Bueno. / Juan Ayala

En la otra cara de la moneda está María Dolores Bueno, donante de órganos desde los 18 años. "Yo siempre lo he dicho, que me saquen todo lo que puedan. Soy donante de plasma, de órganos, de sangre. Desde joven he querido que mis órganos sirvan el día de mañana que yo no esté", relata.

"En la pandemia hemos andado con precaución extrema"

La donación de órganos se ha visto especialmente afectada durante la pandemia. Según José María Dueñas, "ha habido una situación más compleja por la presión asistencial", causada por la situación límite de los hospitales. Por ello, a la hora de garantizar la seguridad y la calidad del proceso, "ha habido algún donante que al no tener nosotros la certeza 100% de que no pudiera estar contagiado de covid, se ha descartado algún potencial donante", argumenta, ya que "hay que tener en cuenta que las personas son inmunodeprimidas, hemos andado con una precaución extrema y seguridad máxima".

Dos años más tarde, los niveles se van recuperando y "confiamos en llegar a tasas por encima de 50 o 60 por millar de población, pero ha habido un retroceso", concluye Dueñas.

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