-La polémica sobre la investigación policial del caso Bretón, que usted se encontró al llegar al cargo, persiste. ¿Qué balance hace de la labor policial?
-Ese es un tema que yo recibí al llegar y supongo que el anterior subdelegado, Jesús María Ruiz, lo tuvo que pasar muy mal también. Es un suceso doloroso y lo que tengo que manifestar es mi convicción absoluta en la magnífica labor que realizó la Policía. Siempre tuvieron claro donde habían ocurrido los hechos y su labor de investigación fue impecable. A mi juicio, esto es algo innegable y no lo puede oscurecer un error humano. El juicio creo que lo hemos trabajado muy bien y se han dispuesto las medidas necesarias y todo transcurre con normalidad y seguridad. Se está cumpliendo bien en este aspecto.
-Los sindicatos policiales denuncian a menudo carencias materiales importantes y el caso del mal estado de la Comisaría de Campo Madre de Dios resulta simbólico. ¿Las asume?
-Creo que en total son 2.063 los miembros de las fuerzas de seguridad del Estado que hay en Córdoba, distribuidos entre más de 50 cuarteles de la Guardia Civil y las comisarías de la Policía Nacional de Córdoba, Lucena y Cabra. Yo lo único puedo hacer es felicitarlos a todos por la labor que hacen y decirles que asumo que la deben hacer en las mejores condiciones. En ese sentido, el propio director general de la Policía visitó hace un par de semanas la Comisaría de Campo Madre de Dios y asumió en público la necesidad de darle una solución. Igualmente, hay cuarteles de la Guardia Civil que en el momento que haya disponibilidad presupuestaria se acometerá su construcción. Los casos más urgentes son los de Priego de Córdoba y La Carlota.
-El enorme alijo de droga encontrado en Córdoba ha hecho sospechar de que la ciudad pueda estar en el centro de la distribución de narcóticos. ¿Hay algo de eso o es un temor falso?
-El descubrimiento del alijo, el mayor de la historia de Europa, y la investigación que ha llevado al desmantelamiento de la banda hay que entenderlos como dos grandes éxitos de la Policía. Más allá de ello, y con la información que tenemos, hay que descartar de forma categórica que Córdoba se ni un almacén de droga ni un centro de distribución. Los detenidos no tenían ninguna vinculación con Córdoba y se trata de un hecho puntual. Si escogieron esta ciudad fue por su facilidad de comunicaciones y, precisamente, por esa seguridad que les transmite que no se un centro habitual de tráfico de drogas.
-¿Cómo está afectando la crisis económica a la delincuencia?
-La tasa de criminalidad en Córdoba se sitúa en 37,2 infracciones penales por cada mil habitantes, lo que la convierte en la segunda más baja de Andalucía. En lo que va de año estamos obteniendo datos mejores inclusos que los de 2012. Descartamos por completo vincular crisis económica con un aumento de la delincuencia. Dicho esto, reconocemos que los robos son una realidad que existe tanto en núcleos urbanos como, sobre todo, en núcleos rurales. El Gobierno está poniendo contra este problema todos los medios posibles. Yo he realizado en este año y medio juntas locales de seguridad en casi todos los municipios para abordar estos problemas y estoy muy agradecido del recibimiento que he tenido en todos los ayuntamientos más allá del color político. La colaboración es estrecha.
-¿Qué delitos suben?
-En general, los robos, los delitos contra el patrimonio. Hablo de pequeños robos que se producen en los cortijos y, en las ciudades, en busca de cobre. En este asunto, quiero animar a los ciudadanos a que denuncian, porque a menudo estas pequeñas sustracciones no se denuncian y de esa forma no es posible avanzar. En el campo, por ejemplo, las organizaciones agrarias dicen a menudo que hay muchos robos, pero luego a nosotros no nos llegan esas denuncias.
-Los problemas de seguridad de la joyería han descendido y usted mantiene un estrecho contacto con el sector. ¿Cómo se ha fraguado esa mejora?
-La joyería sigue siendo una de las actividades económicas más importantes de Córdoba y merece el mayor de los respetos y todo el apoyo a los grandes profesionales que hay ahí. Desde el Gobierno, la mejor forma de ayudarlos es ofrecerles seguridad. Tenemos reuniones trimestrales que han dado como resultado un descenso espectacular de los robos en el año 2013 y una mayor concienciación en la necesidad de implementar medidas de autoprotección entre los joyeros. Se ve la mejoría.
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