Enseñanza

La huella de carbono de la Universidad de Córdoba disminuye un 7% en un año

  • Bajan las emisiones ligadas a fuentes como la flota de vehículos o la fuga de gases fluorados.

  • Suben levemente el consumo de gas natural y de energía eléctrica.

Exterior del Rectorado de la UCO.

Exterior del Rectorado de la UCO. / Juan Ayala

La Universidad de Córdoba (UCO) ha hecho público el séptimo informe de huella de carbono de su actividad. El cálculo para el año 2019 ha dado como resultado 10.342 toneladas de CO2, lo que supone una disminución del 7% respecto al año anterior. La movilidad y las emisiones ligadas a fuentes como la flota de vehículos (con 25% menos de consumo) o la fuga de gases fluorados (con cerca del 20% menos) apuntan como el principal origen de la disminución. La huella de carbono de la UCO ha bajado en casi un 32% desde que se hizo el primer informe en 2013.

Cada año, el Área de Protección Ambiental de la Universidad (SEPA) recopila la información necesaria correspondiente a las fuentes de emisión identificadas en la institución académica. Para ello, en el proceso de elaboración del informe se cuenta con la Unidad Técnica, el Servicio de Alojamiento, UCOdeporte, el Servicio de Gestión Económica, los servicios de Reprografía e información de la que dispone el propio SEPA. Gracias a esta información cuantitativa de cada fuente de emisión y a los factores de emisión relacionados se puede calcular la huella.

Las fuentes de emisión que se tienen en cuenta en el cálculo de la huella se organizan por alcances, correspondiendo el alcance 1 y 2 a las emisiones directas a la atmósfera (consumo de combustibles de instalaciones fijas, de flota o fugas de gases de climatización) y a las emisiones indirectas relacionadas con el consumo eléctrico respectivamente. Si se atiende a uno de los indicadores para la huella de carbono que utiliza el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) y que hace referencia al alcance 1+2, la huella por persona da como resultado 0,097 toneladas de CO2, teniendo en cuenta toda la comunidad universitaria -18.824 personas para 2019-.

La cuantificación de las emisiones permite tomar conciencia del impacto que genera la actividad de la Universidad cordobesa en el calentamiento global, convirtiendo de esta manera la huella de carbono en una herramienta de sensibilización de gran valor. Medirla es una forma de evaluar nuestra contribución al cambio climático. Además, entender las emisiones que genera cualquier actividad, cuantificarlas y conocer sus fuentes, resulta necesario como primer paso para plantear estrategias de reducción.

No obstante, y pese a los buenas cifras totales, los datos globales de 2109 muestran varios aspectos de la UCO que han visto aumentada levemente su magnitud, entre ellos el gas natural (con un 8% de consumo), la energía eléctrica (con un 7,2% más) o la producción de algunos residuos como los de papel o los peligrosos de laboratorio, que aún así, siguen situándose por debajo de las diez toneladas.

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