Cruz Conde, 12

Concordia o crispación

  • El cambio de gobierno en la Junta está removiendo todas las estrategias en Capitulares, donde se mira desde hace tiempo a la nueva cita electoral del mes de mayo

Catas en el cementerio de la Salud

Catas en el cementerio de la Salud / Jordi Vidal

En una semana de mucho ruido mediático el silencio fue el protagonista la mañana del jueves en Córdoba. Concretamente en el cementerio de Nuestra Señora de la Salud, donde nadie se atrevía a hablar ante las lágrimas y la pena de los familiares de víctimas franquistas que, de manera simbólica, iniciaron las catas previas a la exhumación de los cadáveres que se ubican en una de las fosas del camposanto.

La noticia, programada de antemano, es de por sí relevante porque supone un gesto de esperanza para todas las familias que sufrieron la represión, pero adquirió incluso más impacto por el momento en el que se ha producido, tras el acuerdo de investidura entre el PP, Cs y Vox para invertir presidente del Gobierno de la Junta de Andalucía a Juanma Moreno. Entre alguno de los acuerdos pactados entre populares y Vox se sitúa la sustitución de la Ley de la Memoria Histórica –la normativa que ha permitido que se inicien los trabajos en La Salud– por una ley de Concordia.

El Ayuntamiento y el Gobierno central ya han anunciado que seguirán adelante con los trabajos previstos, sea cual sea la postura de la Junta, pero cuesta creer que pese al punto de acuerdo desde el Gobierno autonómico se intente plantear un paso atrás en este asunto. Lo planteado en el caso de Córdoba sobre las exhumaciones, de hecho, contó con el respaldo de todos los grupos que formaron parte de la comisión de memoria histórica.

El principio de verdad, justicia y reparación generó el consenso en lo que tiene que ver con la recuperación de los restos para las familias. Sí es cierto que el punto de polémica se ha situado en el nombramiento de algunos calles, sobre todo las que cuentan con un gran arraigo popular, como es el caso de Cruz Conde, la avenida de Vallellano o Cañero. Pero, ¿qué hará ahora el PP si cambia el criterio de la Junta de Andalucía?

Visto lo visto esta semana, se avecinan cambios en Capitulares, donde afecta, y mucho, la nueva situación que se vivirá en San Telmo a partir de la próxima semana. Y no sólo por la Junta, sino por el impacto que este cambio puede tener de aquí a las elecciones municipales. El movimiento más evidente ha sido el de la alcaldesa, Isabel Ambrosio, que en esta semana ha pedido a la Junta de Andalucía una Escuela de Hostelería y un auditorio para Miraflores.

También, todo hay que decirlo, ha exigido al Ministerio de Fomento y a Adif que no renuncien a la construcción de las dos estaciones que faltan del Cercanías, la del Parque Joyero y la de la avenida de la Igualdad, después de que este periódico desvelara que se supedita su construcción a la demanda del servicio ferroviario. Ambrosio ha iniciado una ofensiva para reclamar todo lo reclamable a la Administración autonómica y también al Gobierno central en una estrategia clara de defensa del interés de la ciudad. Lo que habrá que ver es si ya no es demasiado tarde.

Desde IU, Pedro García también ha aprovechado esta semana para hacer su verdadera campaña, toda vez que se juega su futuro político en la decisión de las asambleas de su formación. El portavoz de la federación de izquierdas también ha hablado del nuevo gobierno de la Junta de Andalucía y ha intentado vender su gestión con una reordenación de los equipamientos culturales en Miraflores con la que no están de acuerdo los vecinos y planteando proyectos en los que el Ayuntamiento no tiene nada que ver. El Museo de Bellas Artes depende del Gobierno central y el auditorio y el albergue se le exige a la Junta.

Pero no contento, al día siguiente volvió a comparecer para sacar pecho de su gestión en turismo a pesar de que los datos oficiales demuestran que ha caído el número de viajeros que llega a Córdoba. En un giro más de este guión surrealista apeló al año 2019 como el de la recuperación del turismo por la apertura del Palacio de Congresos, el mismo edificio a que Urbanismo –presidida por él– no ha otorgado todavía la licencia para continuar con las obras. Ni la advertencia de los empresarios y constructores sobre los cuatro años perdidos en urbanismo modificó el discurso de García.

Visto lo visto, por tanto, no se sabe muy bien si el ambiente que se vivirá de aquí hasta mayo en Capitulares será precisamente de concordia o de crispación.

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