Gerardo Olivares: "Con la de guiones que he escrito, quizás el pregón del Mayo cordobés sea el más complicado"

Entrevista

El cineasta cordobés abrirá de forma oficial las fiestas más esperadas de Córdoba este lunes, 28 de abril, en el Teatro Góngora

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El director de cine cordobés Gerardo Olivares.
El director de cine cordobés Gerardo Olivares.

Córdoba/El director de cine Gerardo Olivares (Córdoba, 1964) es el encargado de pronunciar el pregón del Mayo Festivo cordobés este año 2025. Aunque con 14 años dejó su tierra natal y vive en Madrid, el cineasta vuelve cada vez que puede a su ciudad, donde viven sus padres y conserva amigos de la infancia. A pesar de residir fuera y haber viajado por el mundo entero, no ha perdido del todo el acento y se siente "cordobés de la cabeza a los pies". El pregón, según confiesa, es "el guión más difícil" que ha tenido que escribir y en él recorrerá la ciudad desde sus recuerdos de la infancia, como sus años en el colegio Ahlzahir, la primera vez que fue al teatro cuando en él se proyectaban películas o el primer beso que le dio a una niña en la plaza Doctor Emilio Luque.

Pregunta.Se fue muy joven de Córdoba, pero ¿cómo recuerda su infancia aquí?

Respuesta.Yo me fui con 14 años porque no era buen estudiante y mis padres me mandaron a un internado a Campillo, en Málaga. Me acuerdo cuando venía de Campillo los fines de semana en autobús, que entrábamos por la carretera de Málaga y, al subir la Cuesta del Espino, desde ahí arriba se veía toda la ciudad. Recuerdo que cada vez que subíamos ese repecho y se descubría Córdoba toda iluminada a mí se me ponía la carne de gallina. Hasta los 14 años estuve viviendo en Córdoba y tuve una infancia muy feliz. Estudiaba en el colegio Ahlzahir y tengo muchos recuerdos de mis amigos, de las primeras salidas por ahí a descubrir el mundo... Córdoba es una ciudad maravillosa hasta los 18 años y a partir de los 65, pero si tienes inquietudes artísticas como me pasa a mí o como les pasa a todos mis hermanos, tuvimos que salir de Córdoba a buscarnos la vida y hacer lo que nos gustaba. En mi caso, yo quería ser director de cine y tuve que irme, pero siempre he estado muy vinculado con mi ciudad. Mis padres viven en Córdoba, mis amigos de toda la vida son de Córdoba y bajo mucho a Córdoba. Estoy continuamente yendo porque es una ciudad que me encanta, que me da mucha calma. La casa de mis padres es muy bonita, está en la sierra y le llamamos el convento.

P.Venís a despejaros, ¿no?

R.Sí, la casa de mis padres es como el centro de reunión de la familia porque cada uno vivimos en una punta de España y somos seis hermanos. Ahí están nuestras raíces. Hemos nacido todos en esa casa. Cada vez que voy a casa de mis padres y huelo la cera de los muebles, me vienen todos esos recuerdos de niño. Córdoba es una ciudad que yo adoro. Cada vez que bajo, si voy un fin de semana, el sábado por la mañana dejo el coche en el centro, me doy un paseo por las Tendillas, bajo por la calle Claudio Marcelo, me voy a la Corredera, de ahí bajo a la plaza del Potro, me pego un paseo por la Judería... Eso lo hago todos los sábados que bajo a Córdoba porque me encanta pasear por mi ciudad.

El cineasta cordobés Gerardo Olivares.
El cineasta cordobés Gerardo Olivares.

P.¿Y viene mucho?

R.Sí, voy mucho. Además, ahora que mis padres ya están mayores, cada vez intento pasar más tiempo con ellos. Entonces, si tengo que escribir algún guión, alguna historia, a veces me bajo y me quedo ahí en casa de mis padres y ahí escribo súper bien. Es un buen lugar para inspirarse.

P.¿Desde que se fue con 14 años ya no regresó para vivir aquí?

R.Cuando terminé el COU y aprobé la selectividad, yo me quería ir a Madrid, pero mi padre me dijo que me quedara en Córdoba y estudiara allí una carrera. Y estuve un año matriculado en Derecho, pero creo que no pasé ni del bar de la facultad (ríe). Mi padre se dio cuenta de que no me veía como abogado y entonces me dijo "venga, anda, vete ya". Y entonces me fui a Madrid, estudié la carrera, empecé mi carrera profesional y me quedé ahí, pero siempre he estado muy vinculado con Córdoba.

Córdoba es una ciudad que adoro; cada vez que bajo me doy un paseo por sus calles"

P.Su primer gran proyecto documental fue precisamente La ruta de las Córdobas.

R.Sí, yo descubrí que en América había 26 ciudades, pueblos y asientos geográficos con el nombre de Córdoba, desde Alaska hasta la Tierra del Fuego. Y, bueno, decidí armar una expedición que recorriera todo el continente americano de punta a punta y de ahí salió mi primera serie documental, que se emitió en Televisión Española. Antes había hecho algunas cosas, pero eran más viajes por mi cuenta: me fui a Laponia en una Vespa y ahí empecé a hacer fotografías, luego me atravesé el Sáhara en un Seat Panda... Pero mi primer proyecto profesional gordo fue La Ruta de las Córdobas.

P.Además de viajero, aventurero, porque ir en Vespa hasta Laponia o cruzar el Sáhara en un Seat Panda...

R.Sí, sí. Me fui hasta la frontera con Mali en un Seat Panda que me prestó mi hermana Susana, que me patrocinó los que en esa época tenían el concesionario de Seat en Córdoba, Molina Hermanos, me acuerdo que se llamaba. Y el primer viaje que hice, que fue en la Vespa a Laponia, me lo financió Cajasur y varias empresas de Córdoba. Así que siempre he estado muy vinculado con Córdoba. De hecho, La Ruta de las Córdobas fue posible, entre otras cosas, porque me apoyaron mucho el Ayuntamiento de Córdoba, la Junta Andalucía y la Universidad de Córdoba, si no, no lo hubiera podido hacer.

Gerardo Olivares, en uno de sus viajes.
Gerardo Olivares, en uno de sus viajes.

P.¿Cúando surge ese interés por viajar, es herencia de sus padres?

R.Mis padres han sido grandes viajeros, han viajado por todo el mundo. Cuando yo era pequeñito, recuerdo que venían de Persia, venían de Afganistán, de Pakistán, de China... Te hablo de los años 60, o sea, era otra época. Y viajar a esos lugares tan remotos era también una odisea. Yo tengo fotos de mi madre en Kabul, por ejemplo. Entonces, desde pequeñito he mamado eso. Luego recuerdo que cuando tenía 10 años mi padre me regaló un atlas del National Geographic, y yo me pasaba horas mirando, intentando imaginar cómo serían esos puntitos negros que aparecían en los mapas, con nombres tan sugerentes como Samarcanda, como Isfahán, como Ushuaia, como Tombuctú. Y luego también tuve mucha influencia, de alguna manera, de los tebeos de Tintín y los libros de Julio Verne. Pero sí, en mi familia, por mis padres, hemos sido todos muy viajeros. Todos mis hermanos han viajado mucho por el mundo y seguimos viajando.

P.Incontables los kilómetros que habrá hecho...

R.Bueno, imagínate, entre el año 91 y el año 98 me di la vuelta al mundo por tierra en un camión. Entonces, hay kilómetros más que la maleta del fugitivo (ríe). Calculo que conozco unos 100 países.

La Ruta de los exploradores ha sido el viaje más duro que he hecho en mi vida, fue una lección de vida"

P.¿Qué puntos del planeta le quedan por recorrer, por descubrir?

R.Me quedan muchos todavía. Me queda Australia, todo lo que es el Pacífico Sur, la Polinesia. Y luego, me encantaría conocer bien China, Japón... Y, sobre todo, no es solamente viajar, porque al final yo viajo para contar historias, bien a través de la ficción o bien a través de los documentales. Eso de alguna manera, te empuja a escarbar mucho más por donde pasas, que eso es lo que a mí me gusta de esta profesión, que no haces un simple viaje, sino que tienes que meterte bien dentro, contar bien una historia, profundizar, dedicarle tiempo, buscar lugares remotos donde haya historias que contar. Recuerdo, por ejemplo, en el Himalaya, que había oído hablar de una tribu que vivía en la frontera entre Nepal y el Tíbet, que vive como hace cinco siglos, son nómadas. Yo tenía muchas ganas de conocer esa tribu y la única manera de llegar era caminando. Estuvimos 40 días caminando por todo el Himalaya hasta que llegamos a la tribu. Un turista no lo hace, y un viajero tampoco, porque necesitas toda una infraestructura. Llevábamos 22 porteadores, llevábamos toda la comida para todo ese tiempo, llevábamos una mula con un generador para cargar las baterías de las cámaras... Es decir, que esta profesión me ha dado la oportunidad no solamente de viajar, sino también de conocer en profundidad todos aquellos lugares por los que he pasado. Eso me ha dado una visión no solamente del mundo, sino también de la vida muy particular.

P.¿Cuál ha sido su viaje más especial?

R.Todos han sido muy especiales, pero quizás la Ruta de los exploradores, cuando nos recorrimos todo África en un Land Rover y en un camión durante un año y medio; le dimos toda la vuelta al continente. Ese viaje fue muy especial, quizás porque fue el más duro que he hecho en mi vida. Fue una lección de vida. África es un continente increíble, es duro. Como decía Karen Brixen, Dios y el diablo son la misma persona. Pero fue un viaje maravilloso. Si tuviera que elegir algún viaje, sería ese.

El director de cine Gerardo Olivares.
El director de cine Gerardo Olivares.

P.¿Cómo ha compaginado todos estos viajes, todo este trabajo, con su familia?

R.Yo conocí a mi mujer entre viaje y viaje. Entonces, ella ya sabía que yo era nómada y lo asumió y lo aceptó. También es verdad que los viajes más largos que hice no tenía hijos todavía. Cuando vinieron los niños, seguí viajando, pero ya no eran viajes de un año y medio, ya eran más cortos. La verdad es que lo hemos compaginado bastante bien. Mi mujer muchas veces me dice "que alegría cuando vienes, que alegría cuando te vas" (ríe).

Estoy muy agradecido con Córdoba porque siempre ha sido muy generosa conmigo"

P.A nivel profesional, ¿ahora mismo está con algún proyecto?

R.Sí, estoy con muchas cosas. Acabo de terminar de escribir un guión para una película de ficción que quiero rodar en Andalucía el año que viene. Luego estoy también con otra historia que quiero rodar en Córdoba, también para el año que viene. O sea, estoy con dos películas de ficción y luego estoy con varios documentales. Justo probablemente el mes que viene ya me vaya de rodaje, pero todavía no es seguro. Pero sí, siempre estoy liado.. Yo, afortunadamente, todavía tengo mucha ilusión por mi profesión, la disfruto mucho y soy muy feliz cuando estoy rodando.

P.Hemos empezado con Córdoba y vamos a acabar con Córdoba. ¿Qué sintió cuándo lo llamaron para ser pregonero?

R.Pues mucha alegría, la verdad que es un honor. Mira que a mí en Córdoba me han tratado muy bien, me dieron una medalla de la Junta de Andalucía, me hicieron embajador del cine cordobés, hace poquito tiempo me dieron la Medalla de Oro de las Artes de los Premios Averroes... Yo estoy muy agradecido con mi ciudad porque ha sido muy generosa conmigo, pero cuando me llamó el alcalde para proponerme ser el pregonero, me hizo especial ilusión. Es un honor muy grande, porque además nací en Córdoba y, aunque he estado mucho tiempo fuera, soy cordobés de la cabeza a los pies. Y además que estoy muy orgulloso de ser cordobés. Lo he pensado, con la cantidad de guiones que he escrito en mi vida y quizás el pregón sea el más complicado. No es fácil, ¿eh? No es fácil.

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