Investigación

La lucha contra la expansión de la Xylella Fastidiosa necesita más medios para salvar el olivar

  • La bacteria provoca enfermedades de gran importancia económica en cultivos de interés como la vid, los cítricos, el olivo, el melocotonero y el almendro

  • El 'Proyecto de Control de Xylella Fastidiosa en España' ha presentado sus conclusiones este martes en Córdoba

Presentación de los resultados del proyecto.

Presentación de los resultados del proyecto. / Juan Ayala

La Xylella fastidiosa se sigue esparciendo y amenazando a los olivares y almendros de la península ibérica y los investigadores necesitan mayor financiación para continuar dando respuestas y conseguir controlar la enfermedad, que ha acabado con miles de árboles en países como Italia, donde se detectó el primer foco hace ya más de cinco años. Este es uno de los resultados que se pueden extraer del proyecto Desarrollo de estrategias de erradicación, contención y control de Xylella fastidiosa en España, cuyas conclusiones se han presentado en el salón de actos de la Fundación Caja Rural del Sur de Córdoba, con la presencia de Rafael Sánchez de Puerta por la Interprofesional del Aceite de Oliva Español, Marisa Tello por AEI-INIA, Antonio Vicent y Blanca Landa como coordinadores del Proyecto AEI y del Contrato-Interprofesional y Lola de Toro del CeiA3. 

Se trata de un proyecto con seis bloques de trabajo en los que han participado más de 50 investigadores de 14 instituciones españolas y tres extranjeras, que se han centrado en determinar los modelos de distribución de la bacteria, elaboración de mapas de riesgo, métodos de monitorización y programas de erradicación y contención de la misma.

Rafael Sánchez de Puerta, responsable de I+D+i de la Organización, ha incidido en que "a vimos lo que una amenaza sanitaria como esta puede llegar a hacer a nuestro olivar. Podía suponer un gravísimo problema para comarcas enteras", aunque a día de hoy la bacteria "tan sólo se ha detectado en las Islas Baleares, y en zonas muy concretas de Alicante, Madrid y Almería". 

Una de las principales preocupaciones de los agricultores y las empresas olivareras es la influencia del clima en la propagación o erradicación de la enfermedad. Según la investigación, la Xylella Fastidiosa se da mejor en el calor y la sequía de verano, así como inviernos suaves y poca lluvia, un clima que el sur de España conoce bien y es favorable para la bacteria. Precisamente, el rango favorable en España siempre es mayor a cero, de 0 a 19 de media. El suroeste de Andalucía y Extremadura y las áreas costeras de la Comunidad Valenciana y Cataluña presentan una favorabilidad moderada, mientras que Baleares, donde apareció por primera vez la enfermedad en España, la tiene alta. 

En España hay tres subespecies de Xylella, según se extrae de las conclusiones del estudio y ha explicado este martes la coordinadora del proyecto, Blanca Landa, que ha explicado que priorizar las zonas de riesgo paremiológica, así como ser capaces de detectar plantas infectadas antes de que presenten síntomas externos de la enfermedad y la capacidad de optimizar los programas de vigilancia para delimitar la extensión de la bacteria, con muestreos que han pasado de 17.000 a 2.200 muestras, han permitido avanzar en su estudio manteniendo la precisión y abaratando costes.

Sin embargo, quedan preguntas en el aire y los investigadores requieren de mayor financiación para darles respuesta y evitar la muerte de miles de olivares en España, una industria que mueve millones de euros cada año y constituye el principal motor económico de comunidades como la de Andalucía. 

La Xylella Fastidiosa es una bacteria que provoca enfermedades de gran importancia económica en cultivos de interés como la vid, los cítricos, el olivo, el melocotonero y almendro, y otras especies leñosas y arbustivas, entre las que se incluyen especies ornamentales y forestales de alto valor ecológico. 

Tras Italia, la bacteria ha sido detectada en Francia, Alemania, España y, recientemente, en Portugal, una expansión que preocupa a los investigadores. En las variedades de olivo más susceptibles a esta enfermedad se observa el rápido decaimiento del árbol, seca de hojas y ramas y en los casos más graves la muerte de éstos. La bacteria se transmite en el campo exclusivamente por insectos capaces de alimentarse de la savia del xilema de las plantas.

"No sabíamos qué cepas o subespecies había en España, por lo que hemos secuenciado entorno a 100 genomas, que han permitido establecer el origen de las cepas españolas", explica Landa, que asegura que "había que diagnosticar la diversidad y aislar esas cepas españolas para poder trabajar con ellas". En Balearas existen tres subespecies y en la Comunidad Valenciana sobreviven otros grupos diferentes, que parece que no afectan a la vid. En el caso de Andalucía predomina la especie Fastidiosa. 

Landa ha destacado las más de 15 publicaciones científicas en revistas internacionales que han salido del proyecto, en el que lleva trabajando tres años y medio, con "una productividad elevada". A pesar de los avances, a día de hoy, "siguen apareciendo focos preocupantes", como el más reciente en el sur de Portugal.

"Perseguimos que incrementasen la financiación para los experimentos y se tenga buen fin", afirma, y reitera las necesidades de investigación y las cuestiones que quedan por determinar, que podrían ver la luz a través de un nuevo proyecto europeo de cuatro años de duración y 7 millones de euros de financiación, con el que se pretende dar continuidad a todas las preguntas que se han quedado sin responder. 

El trabajo "es muy costoso", explica Blanca Landa, pues "las plantas del campo tardan hasta cuatro años en desarrollar síntomas y las de invernaderos hasta dos años", lo que alarga en el tiempo los estudios y las conclusiones. 

El proyecto español

La ideal del proyecto que hoy presenta sus conclusiones en Córdoba surgió en el año 2013, cuando se detectó un foco de este patógeno en Italia, en el que "se han estimado 20 plagas de cuarentena que suponen un mayor riesgo para Europa, la agricultura y forestales y la Xylella aparece de primera". Las pérdidas económicas se cifran en más de 5,5 millones al año, tanto en producción como en comercialización, pérdida de empleos y afectación de los ecosistemas agrícolas y naturales.

Tres puntos claves complicaron la investigación española: la dificultad de cultivar la bacteria para estudiar en el laboratorio, con más de 600 especies vegetales se pueden infectar por la bacteria, la muerte rápida del olivo, la clorosis de los cítricos y el chamuscado del almendro. 

Al principio "no se sabía porqué los árboles estaban muriendo, pero se extendía de forma alarmante, tanto que aparecieron numerosos focos y supuso declarar un estado de emergencia en Italia, con medidas que no tuvieron éxito en contener la enfermedad y murieron miles y miles de olivos", ha expresado Blanca Landa sobre la importancia de los avances científicos. 

Landa actuó como auditor por España en Italia donde "percibí lo alarmante de la situación, pero tuvimos la suerte de que gracias a una bacterióloga española pudimos participar en este proyecto europeo para la investigación de estos organismos". 

Con una financiación de 7 millones de euros, en 2015 arrancó la andadura del proyecto. En ese momento en España "no sabíamos nada", mientras "la evolución de la enfermedad era muy rápida, los olivos milenarios desaparecían y morían en nuestros ojos". A día de hoy, la enfermedad en Italia no está controlada y más de 25 millones de olivos están en riesgo de desaparecer

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