Los especialistas avisan de un aumento de la diabetes tipo 2 en niños por la obesidad y el sedentarismo
Día de la enfermedad
Los endocrinos del Hospital Reina Sofía de Córdoba ven a unos 4.000 pacientes al año con esta enfermedad
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Córdoba/La mala alimentación y el sedentarismo están provocando un aumento de casos de diabetes tipo 2 en niños. En las últimas décadas del siglo pasado era "muy raro diagnosticar una diabetes tipo 2 en la etapa pediátrica, o incluso en una persona de menos de 30 años", señala la jefa del servicio de Endocrinología del Hospital Reina Sofía de Córdoba, María Ángeles Gálvez, con motivo del día de esta enfermedad, que se celebra este jueves, 14 de noviembre. Sin embargo, en la actualidad, los especialistas cada vez ven "con más frecuencia" esta enfermedad.
"No para de aumentar" y en España la prevalencia cada vez es mayor: se calcula que una de cada siete personas adultas tiene una diabetes. Ese incremento de la prevalencia va en relación con el aumento de la obesidad, fundamentalmente.
El servicio de Endocrinología del hospital cordobés suele ver en torno a 350 pacientes nuevos al año, incluyendo la diabetes gestacional y también otro tipo de diabetes que los especialistas ven "con relativa frecuencia" y es la ocasionada por los tratamientos con corticoides o quimioterapia. A todos estos pacientes les hacen un seguimiento inicial (dos o tres revisiones) y siguen "de por vida" a en torno 100 o 150. En total, cada año atienden a unos 4.000 pacientes entre diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2.
El Reina Sofía cuenta con un hospital de día en el que se atienden sobre todo las personas que debutan o las están "muy descontroladas" y que no tienen que ingresar para mejorar su control, pero que tampoco pueden esperar a una cita en consulta.
La diabetes tipo 2 es "mucho más frecuente" y tiene un componente hereditario, aunque está relacionada con la obesidad. La tipo 1 es una enfermedad autoinmune que puede presentarse a lo largo de toda la vida, aunque generalmente debuta en niños, en jóvenes y en adultos jóvenes.
En torno al 40% de los niños españoles tiene sobrepeso u obesidad, lo que es "realmente problemático". Esto está relacionado con los hábitos alimentarios ya que cada vez "nos alejamos más del patrón de dieta mediterránea", pero también tiene mucha relación con la actividad. "Los niños, hoy en día, aunque deberían de ser los que más actividad física realizaran, debido a los teléfonos móviles, las tablets y los videojuegos prácticamente no hacen ejercicio", señala Gálvez. "Y si encima tienen una predisposición a tener la diabetes, porque esa predisposición sí que se hereda y afecta aproximadamente al 14% de la población, pues cada vez más frecuente y es algo muy preocupante", asevera la doctora.
Vivir con diabetes siendo niño
La mayor parte de los niños que son diabéticos tienen una diabetes tipo 1, que se origina porque el páncreas no funciona porque se destruye por un ataque del sistema inmune. Esto supone "prácticamente una catástrofe en la vida del niño y en la vida de la familia". El pequeño se tiene que inyectar insulina varias veces al día y se tiene que realizar mediciones de glucosa, aunque en la actualidad, "gracias a los sistemas nuevos de monitorización eso es menos traumático", indica la doctora Gálvez. Además, hay que llevar un control sobre lo que come el niño en función del ejercicio que realiza. El "impacto es tremendo", agrega.
La diabetes tipo 2 "es menos traumática", aunque "un niño que tenga una obesidad infantil y que eso no se corrija a lo largo del tiempo va a tener una patología inmunigrave", pero "el impacto probablemente sea menor porque la instauración de la obesidad suele ser progresiva, o sea, que es menos disruptora que la diabetes tipo 1", puntualiza la jefa de Endocrinología del Reina Sofía. "Aunque hoy en día hay herramientas para que los niños se controlen bien y la calidad de vida sea cada vez mejor, realmente es algo muy impactante, que cambia la vida del niño y de su familia", añade.
Cómo da la cara la diabetes
La diabetes tipo 1 tiene generalmente un inicio abrupto y los síntomas son muy llamativos: la persona bebe mucho, orina mucho, se encuentra muy cansada y pierde peso. La tipo 2, sin embargo, es más silenciosa y "traicionera", lo que supone un peligro porque los niveles de glucosa no están muy altos y no causan esos síntomas tan llamativos, por lo que muchas veces cuando se diagnostica ya ha pasado tiempo y puede que esos niveles de glucemia hayan afectado a otros órganos como la retina, el corazón o las arterias. De hecho, algunas veces "se hace el diagnóstico porque el oftalmólogo te manda a un paciente que ha consultado y tiene una retinopatía diabética y no sabía que era diabético".
La doctora explica que hoy en día las personas que tienen obesidad suelen consultar, se suelen hacer una analítica... Pero "todavía hay un grupo importante de pacientes que tienen una diabetes y que no lo saben y, a lo mejor, pueden transcurrir cinco, seis o diez años antes de que se realice el diagnóstico, lo que conlleva un peligro importante por todas las complicaciones que tiene esa diabetes".
Nuevos tratamientos
En la diabetes tipo 2 hay nuevos fármacos y casi todos también sirven para el tratamiento de la obesidad. Aparte de los inyectables que ya se han comercializado, "en breve se van a comercializar más y estos cada vez son más potentes e inducen una pérdida de peso mayor". "Son muy esperanzadores porque no solamente tienen efectos sobre el peso y la diabetes, sino, por ejemplo, también sobre la esteatosis hepática, que es una complicación frecuente de la obesidad y de la diabetes", indica Gálvez.
En la diabetes tipo 1, las novedades más recientes están relacionadas con innovaciones tecnológicas. "Aparte de los sistemas de monitorización continua, que están continuamente actualizándose, la integración de esta monitorización continua con las bombas de insulina hacen que cada vez la persona que lleva una bomba y un sistema integrado tenga una mejor calidad de vida porque los resultados del control de esa monitorización influyen en esa administración de insulina", señala.
Luego, también hay bolígrafos inteligentes o capuchones que se ponen a los bolígrafos que administran la insulina de tal manera que se registra la cantidad que se pone y la hora en convreto porque, "aunque nos parezca difícil de creer, hay estudios que demuestran que con mucha frecuencia los pacientes olvidan ponerse la insulina".
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