Manual para encontrar un piso de estudiantes

El alquiler de viviendas compartidas se ha encarecido un 2,9% en 2019

El precio medio por alquilar un dormitorio en un piso compartido en Córdoba es de 227 euros mensuales

Unos jóvenes buscan habitación en el tablón de anuncios de la UCO.
Unos jóvenes buscan habitación en el tablón de anuncios de la UCO. / Juan Ayala
Javier Sánchez

01 de septiembre 2019 - 06:00

Septiembre tiene tres significados: recuperaciones, regreso a las aulas y búsqueda de pisos. Algunos de los estudiantes repiten este año con el piso. Los nuevos y los más exigentes, regresan a la capital el noveno mes en busca y captura del piso compartido de sus sueños. Además, según un informe, elaborado por la página inmobiliaria Idealista, los que tengan que alquilar una habitación en Córdoba están de suerte. Los pisos compartidos en la capital ocupan el tercer puesto en Andalucía, respecto a los más económicos, a un coste de 227 euros de media por habitación.

Este tipo de alquiler se ha encarecido un 2,9% en el último año, hasta situarse en 340 euros de media nacional. Asimismo, la oferta de habitaciones se ha disparado un 26,9% en 2019.

La convivencia no es fácil y, para llegar a convivir, hay que cumplir una serie de requisitos. Según Idealista, el perfil lo cumplen personas que viven en el centro, no fuman y no permiten que fumen y, del mismo modo, ni tienen mascota ni la admitirían.

Respecto a la edad, los inquilinos más jóvenes de España se encuentran en Córdoba, con una media de 26 años.

Salón de una vivienda compartida en el Centro.
Salón de una vivienda compartida en el Centro. / El Día

La inmobiliaria Capitán conoce este mercado en Córdoba. El director de Operaciones, Carlos Priego, explica que “la mayoría son jóvenes, acceden por primera vez a la universidad y buscan una habitación en un piso para compartir con un máximo de tres personas”. Los estudiantes buscan precios que rondan los 160 euros, no obstante, Priego asegura que “los precios en Córdoba superan los 200 euros”, con gastos de la comunidad incluidos.

Y, ¿es importante que el bloque disponga de ascensor? En este sentido, Priego explica que “se preocupan más por el precio que si el piso tiene ascensor o no”.

Las zonas preferentes son Ciudad Jardín y el Parque Cruz Conde porque están cercanas a las facultades. No obstante, hay quien prefiere la zona de Ollerías o Centro, “cuando disponen de un presupuesto más elevado, que suelen ser los estudiantes Erasmus o MIR”, señala Priego.

Carlos Priego

"Los estudiantes se preocupan más por el precio que si el piso tiene ascensor o no"

Una estudiante del grado de Cine y Cultura, Carmen Lozano, de 21 años, ha cambiado de piso para el nuevo curso. Explica que “el otro piso era más económico, pero la convivencia fue muy complicada con dos compañeras”. Respecto a la convivencia, destaca que “hay que tener mucho cuidado” porque “hay que saber adaptarse, ceder algunas veces y respetar unas normas” y “no todos saben cumplirlo”.

Con el nuevo piso está “encantada”. Señala que “no es el clásico piso de estudiantes”. Es espacioso, con tres habitaciones, dos baños, está completamente reformado y el casero “es muy guay”, indica. Todo ello, por 233 euros, sin incluir los gastos.

El precio de su piso está por encima de la media de la capital, sin embargo, Lozano se ha mudado “por la comodidad y porque mis padres no pueden pagarme un estudio para mí sola”. No obstante, el año pasado vivía en Ciudad Jardín, zona que no le terminaba de convencer porque, en su opinión, “la mayoría de pisos son antiguos y no están reformados”.

Una joven estudia en su habitación.
Una joven estudia en su habitación. / Laura Martín

Hasta julio continuará en su nueva vivienda compartida, en la que espera “que la convivencia sea muy buena”. Mientras tanto, su primer objetivo es superar las recuperaciones de septiembre.

Por otro lado, una joven alemana, Franziska Pötsch, de 20 años y procedente de Munich, ha escogido Córdoba como su destino Erasmus, donde estudiará Filología Hispánica. Para su estancia, buscó a través de internet y le habían recomendado el barrio de Ciudad Jardín porque “viven muchos universitarios y está cerca de la facultad y del centro”, indica. Además, señala que su piso es “muy alegre, limpio y luminoso”.

Una alumna de Cine y Cultura prepara sus exámenes.
Una alumna de Cine y Cultura prepara sus exámenes. / Laura Martín

En su caso, ha vivido sola en Alemania y “es una experiencia que no me gustó demasiado”. Explica que, “cuando llegaba a casa, no había nadie y era aburrido”. Por esta razón, quiere compartir piso, para socializar con sus compañeras y, además, “quiero mejorar mi español”.

Respecto al precio del piso, en su opinión, le resulta “económico, en mi ciudad pago el doble”. El precio de su vivienda es de 190 euros y, otros 37 euros por todos los gastos que genera el piso.

Por su parte, la propietaria del inmueble, María Otero, destaca que “solo acepto chicas, preferentemente extranjeras y, por supuesto, no se fuma”. Explica que respecto a las inquilinas extranjeras, “he tenido mucha suerte siempre”, no obstante, cuenta con una española cada curso para que “practiquen idiomas y hagan un intercambio cultural”.

Recuerda cuando era estudiante, “siempre me ha gustado convivir con otras personas, aprender otros idiomas y su cultura” y, asegura, que “es algo que siempre recomiendo a todos”.

Cada año renueva algo del mobiliario del hogar y lo tiene al día. Ha escogido una decoración nórdica para el piso porque “es moderno y fresco” y es algo que “a las chicas les encanta, suelen decirme que es una de las razones por las que quieren quedarse en mi piso, además de ser muy luminoso”. En este sentido, añade que “mi piso no es lo normal que se encuentra en Ciudad Jardín” y, además, “soy consciente de que es un precio económico”. Explica que “la mayoría suelen estar muy abandonados, en mi caso, he cambiado hasta el suelo”.

Respecto al mito de “los Erasmus sólo vienen para salir de fiesta”, aclara Otero que “es mentira”. Cuenta que ha acogido a jóvenes de muchas nacionalidades, “de Latinoamérica, Francia, Italia, Checoslovaquia, Turquía... siempre han sido educadas, limpias, muy buenas estudiantes y no he tenido ningún problema”.

Habitación de una estudiante en la zona Centro.
Habitación de una estudiante en la zona Centro. / Laura Martín

Aunque el bloque no disponga de ascensor, la propietaria se preocupa por el bienestar de las jóvenes. “Hablamos a menudo por WhatsApp y les digo que, si surge algún problema, que me lo digan”. Por ejemplo, cuenta que, “el año pasado, cambié la tostadora y el microondas porque me lo pidió una de las niñas”. También, ha reformado el baño y la cocina recientemente y, a mitad de curso, se acerca al piso “para hacer una limpieza a fondo. Por ejemplo, limpio los filtros del aire, porque no suelen hacerlo”.

¿Pisos para hombres o mujeres? Otero señala que, por su parte, “sólo acepto mujeres”. Añade que “nunca se sabe, te puedes encontrar de todo, pero generalmente se piensa que las mujeres son más limpias y cuidadosas”. No obstante, asegura que “muchos chicos me han dicho que tienen mucha dificultad para encontrar habitación en Córdoba”.

Más datos

Según el informe de Idealista, en España, la mayoría de viviendas son mixtas (71% del mercado). Por otro lado, un 24,9% de los pisos se alquilan sólo a mujeres, y el 4,1% solo para chicos.

Otra estudiante, en este caso, de Gestión Cultural, Marta Alcaide, de 24 años, comparte piso desde hace cinco. La alumna destaca que “el precio de las habitaciones sube año tras año”. Los precios que ha pagado, desde 2016, son 178 euros, 150 y 185 (en 2018). Añade que incluían la comunidad y agua, sin embargo, ha apreciado que “en función del número de personas, sube el precio cuando son menos”.

Este año ha cambiado de piso y residirá en Santa Rosa que “es un barrio más familiar, los pisos no están cuidados, tengo ascensor y aire acondicionado”. Paga 225 euros, con comunidad y agua incluida. Además, “ahora, a los jóvenes nos exigen la declaración de la renta de un tutor legal o la nuestra propia”.

Una habitación con cama de matrimonio en Santa Rosa.
Una habitación con cama de matrimonio en Santa Rosa. / Laura Martín

El piso lo encontró a través de la inmobiliaria Ocasión Casa, no obstante, explica que “no me quedaba más remedio porque no encontraba vivienda a través de un particular”. En este sentido, señala que “hay fechas, como junio o septiembre, en las que es imposible buscar piso”.

Indica que “la intención era estar sola porque, en mi caso, la convivencia ha sido difícil, pero vivir sola tiene un alto coste”. No obstante, añade que no le importaría convivir con hombres.

Ascensor, aire acondicionado, barrio, número de habitaciones, mobiliario y, lo más importante, el precio del piso. Ahora es la ocasión de buscar y encontrar la habitación perfecta para cada uno.

stats