Cuatro nuevos diáconos para la Diócesis de Córdoba: "Una vocación sacerdotal es un milagro de Dios"
Procedentes del Seminario Conciliar San Pelagio, los cuatro han recibido el primer grado del orden sacerdotal
El adiós de Demetrio Fernández: "Hasta siempre, querida Diócesis de Córdoba"
La Diócesis de Córdoba ya cuenta con cuatro nuevos diácanos: Francisco Daniel Fernández Calero, Antonio Tello de la Rosa, Carlos Andrés Crespo Ortiz y Francisco Moreno Triano, que han sido ordenados en la Catedral este domingo. Procedentes del Seminario Conciliar San Pelagio, han recibido el primer grado del orden sacerdotal acompañados de numerosos sacerdotes, los rectores, formadores, seminaristas, familiares y amigos.
El administrador apostólico de la Diócesis de Córdoba, Demetrio Fernández, ha presidido la celebración y ha invitado a los asistentes a la misa a contemplar a Jesucristo como el Buen Pastor y ha recordado que “el Buen Pastor da la vida, no se aprovecha, gasta la vida por las ovejas, en cambio el asalariado ve al lobo y huye; y es que a un asalariado no le importan las ovejas, sino su propia vida”.
En su homilía, además, ha explicado cómo la ordenación de estos nuevos diáconos permite que en la Iglesia siempre haya pastores. “Es muy importante que pidamos a Dios que nos dé sacerdotes. El camino para el sacerdocio es un camino largo, pero muy importante, porque no puede ponerse al frente del pueblo de Dios cualquiera para servir a las almas”, ha subrayado, al tiempo que ha instado a las familias a apoyar a sus hijos si sienten la llamada de Dios.
También se ha dirigido a los párrocos, a quienes les ha manifestado la tarea tan bonita que realizan al frente de una comunidad parroquial, “donde a algunos le gustaría ser como el cura”, por lo que les ha pedido que cuiden las vocaciones sacerdotales y que, de manera especial, ayuden a suscitarlas, acompañarlas y les dediquen los mejores de los cuidados. “Una vocación sacerdotal, cuando llega a cuajar, es un milagro de Dios”, ha aclamado, invitando a todo el mundo a apoyar las vocaciones sacerdotales.
A los seminaristas, por su parte, les ha agradecido que se hayan mirado en los sacerdotes como su “espejo” en la vida, y ha resaltado el gran presbiterio que tiene la Diócesis de Córdoba, donde cada año se ordenan sacerdotes, lo que es “una gracia de Dios”. “La vocación viene de Dios y a las familias les digo que no tengan miedo de dejar a sus hijos ingresar en el Seminario, porque Dios os lo devuelve con creces y vuestros hijos os darán muchas satisfacciones”, ha indicado.
Los nuevos diáconos han realizado al recibir la orden diaconal la promesa de celibato para toda la vida, el compromiso de la Liturgia de la Horas, han prometido obediencia al obispo y han recibido el Evangelio para predicarlo.
Obispo emérito
En este cuarto Domingo de Pascua, Fernández ha tenido también palabras de cariño hacia el nuevo Papa, León XIV, instando a todos a ponerse a disposición del Santo Padre y recordando cómo tras la muerte del Papa Francisco, “el Buen Pastor no deja huérfana a su Iglesia, sino que la gobierna a través de su representante universal en la tierra”.
También ha explicado cómo al llegar al límite de la edad que marca la ley eclesiástica presentó su renuncia. “Ya soy obispo emérito de Córdoba y, en este intervalo hasta que llegue el nuevo obispo, me encuentro feliz de haber servido a la Diócesis, he gastado mi vida y estoy contentísimo de que Dios me haya dado la capacidad para hacerlo”, ha señalado en este momento en el que el Papa Francisco lo nombró administrador apostólico de la Diócesis hasta la llegada de monseñor Jesús Fernández “para que la diócesis no esté decapitada, sin cabeza”.
Demetrio Fernández, obispo de Córdoba durante los últimos 15 años, además, ha pedido ha pedido a los fieles rezar por Jesús Fernández, el nuevo pastor de la Diócesis de Córdoba, que tomará posesión el próximo 24 de mayo.
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