Córdoba

Abrazos que vuelan directos al corazón

  • El Hospital San Juan de Dios pone en marcha una iniciativa para hacer más llevadera la estancia de sus pacientes a través del envío de mensajes de apoyo

Uno de los dibujos enviados al centro ante esta campaña.

Uno de los dibujos enviados al centro ante esta campaña. / El Día

Es tiempo de miradas. Es tiempo de palabras. Es tiempo de gestos. Es tiempo de EXPRESAR, así en mayúsculas, dejando a un lado esa costumbre tan española del toqueteo. El confinamiento obligado provocado por la crisis del coronavirus –y todas las posteriores recomendaciones, con base sanitaria, marcadas por las autoridades del país– ha supuesto un cambio en los hábitos de los ciudadanos.

Y eso no es siempre malo, aunque en un principio pueda parecerlo. Porque nos empuja a recuperar sanas costumbres que habían caído en el olvido, a despertar de nuevo la mente y volver a sentir con el contacto más allá de lo físico. Que perdure en el tiempo será uno de los retos a futuro, cuando se haya controlado una pandemia a la que aún nadie se atreve a poner fecha de caducidad, por desgracia.

Pero mientras tanto, mientras llega ese (ansiado) momento, es tiempo de seguir luchando contra la enfermedad –sea cual sea–, con las manos como principales armas. Protegidas, como corresponde. Ya sea con guantes, como los que portan los sanitarios que están en la primera línea de batalla, peleando cuerpo a cuerpo y muchas veces en inferioridad; ya sea con un simple lápiz, negro o de color, como los que sirven para trasladar al papel sentimientos que manan del alma, esperanzadores deseos que más pronto que tarde se harán realidad.

Porque precisamente con esos argumentos partió hace unos días la iniciativa puesta en marcha desde el Hospital San Juan de Dios de Córdoba, que dio su toque particular a otras similares que ya se ven por el territorio nacional. ¿El objetivo? Tan fácil y tan difícil, a la vez, como mejorar la estancia de sus pacientes, hoy dentro del grupo de personas vulnerables por el mero hecho de estar internos en centros al borde de la bunkerización. Y la respuesta no ha podido ser mejor. Porque Abrazos de papel, como se llama el proyecto, se ha convertido en una forma más de humanizar el periodo hospitalario de los enfermos con una aportación en esta fase de aislamiento.

Y no sólo con las llamadas, virtuales, de los familiares más cercanos, que por las restricciones no pueden ejercer esa labor impagable del acompañamiento físico y moral; también de anónimos, de Córdoba, España y hasta el extranjero, que encuentran en la escritura una forma de desahogo, de transmitir la esperanza tan necesaria ahora para el prójimo. En apenas unos días, la cifra de misivas recibidas en el centro se acerca a la centena, todas con un guiño de ilusión hacia lo que está por venir, con un beso camuflado ante lo que está tocando vivir.

Son mensajes con un guiño de ilusión hacia el futuro y un beso a escondidas al presente

“A ti que me estás leyendo, a ti que tanta angustia te envuelve, a ti que piensas que de ésta no saldrás, a ti que todo parece negro a tu alrededor (...) Tú podrás pronto besar y abrazar a esa persona que tanto anhelas, tus hijos están bien, están deseando llenarte de amor, tú no estás solo, todo un hospital, todo un país, tu familia... piensa cada día en ti. No dudes que salimos de esta”, desbroza en su contenido alguno de los mensajes.

Otros optan por los dibujos, como el que ilustra la información. Da igual el formato, porque el fondo es el mismo. Así, una vez recepcionados, los documentos se imprimen y se les entrega a los pacientes, aunque si por cualquier motivo no pueden leerlos, el personal del centro se encarga de ser el altavoz para hacerles llegar esos mensajes de esperanza y apoyo, esas palabras de aliento que les hagan sentirse acompañados aun en plena soledad... con esos abrazos de papel que vuelan, como aviones de papiroflexia, directos al corazón.

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