Salud

Los contagios de viruela del mono se frenan en Córdoba y solo hay seis casos activos

  • En el conjunto de Andalucía, la expansión del virus también se contrae

Un vial de la vacuna contra la viruela del mono.

Un vial de la vacuna contra la viruela del mono. / Efe

El número de casos de viruela del mono sigue estable en Córdoba, con solo seis contagios activos a 13 de septiembre. La primera infección de este virus se comunicó el 24 de junio.

En Andalucía hay este martes 118 casos activos de esta enfermedad, lo que supone 12 menos que el pasado viernes, cuando la Junta hizo públicos los datos. Sevilla es la provincia con mayor número, 40; seguida de Málaga, con 28; Cádiz, con 18; Granada y Huelva, con diez; Córdoba, con seis; y Almería y Jaén, con tres cada una.

Por otro lado, 72 casos por posible viruela del mono están en investigación, según el comunicado de la Consejería de Salud, y se han declarado a la Red del Sistema de Vigilancia Epidemiológica de Andalucía (SVEA). Asimismo, 723 casos antes confirmados ya están inactivos, según ha indicado la Junta en su informe.

Con respecto a las vacunas, se han puesto 913 dosis en los principales hospitales de la comunidad autónoma. Todas las vacunas se han inoculado con criterio preventivo (contactos o personas con riesgo), no a pacientes infectados. Por ahora se han recibido 1.483 viales.

Síntomas

Según el protocolo de la viruela del mono publicado por el Ministerio de Sanidad, la infección suele ser una enfermedad autolimitada y la mayoría de las personas se recuperan en varias semanas. Sin embargo, en algunos casos puede producirse una enfermedad grave.

El período de incubación es de seis a 16 días, pero puede oscilar entre cinco y 21 días. El cuadro clínico clásico inicial descrito hasta este brote suele incluir fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares, linfadenopatías y cansancio. Entre uno y cinco días después de la aparición de la fiebre, se desarrolla una erupción, que a menudo comienza en la cara y luego se extiende a otras partes del cuerpo. Tiende a concentrarse más en la cara y las extremidades que en el tronco.

Afecta a la cara (en el 95% de los casos) y las palmas de las manos y las plantas de los pies (en el 75% de los casos). También se ven afectadas las mucosas orales (en el 70% de los casos), los genitales (30%) y las conjuntivas (20%), así como la córnea.

Característicamente, las lesiones evolucionan de forma uniforme y de manera secuencial de máculas a pápulas, vesículas, pústulas y costras que se secan y se caen.

Los síntomas suelen durar entre dos y cuatro semanas. Los casos graves ocurren con mayor frecuencia entre los niños, adultos jóvenes y personas inmunocomprometidas y están relacionados con el grado de exposición al virus y la vulnerabilidad de la persona.

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