España es una potencia gastronómica. En las últimas décadas nos hemos posicionado como un referente: la cocina y los chefs españoles son iconos reconocibles a nivel mundial. La imagen de los vinos españoles ha evolucionado mucho estos últimos años y cada vez suscitan más interés en nuevos mercados. Entre los factores clave de esta gran apertura cabe destacar la buena relación calidad-precio, la aptitud de las variedades autóctonas, las técnicas modernas de vinificación, un buen marketing y la difusión del Spanish way of life. Vinexpo, celebrada recientemente en Burdeos, acogió a casi 50.000 asistentes profesionales del sector del vino y las bebidas espirituosas de más de 150 países.

Este año el país invitado de honor ha sido España y Vinexpo y WineSpectator (una de las revistas de vinos y espirituosos más importantes del mundo) han querido homenajear a nuestro país con la mayor muestra de vinos organizada hasta la fecha fuera de nuestras fronteras. En palabras de WineSpectator "ninguna otra región vinícola en el mundo ha logrado un equilibrio tan impresionante de tradición y modernidad, recuperando terruños antiguos, explorando uvas autóctonas y usando técnicas modernas para elaborar vinos tan apasionantes y con características tan diversas".

Así, el 19 de junio por la noche tuvo lugar en el Palacio de la Bolsa de Burdeos A Taste of Spain, todo un homenaje a los vinos y gastronomía españoles que tuvo como embajadores a Ferrán Adrià y a José Andrés. En el último cuarto de siglo ha levantado un imperio gastronómico por todo EEUU, con sedes en la capital, Miami, Puerto Rico, Las Vegas, Los Ángeles, y hasta México, convirtiéndose en una celebridad hispana y en un gran ejemplo de integración y ahora en un nuevo símbolo de resistencia frente a la era Donald Trump.

Además, 106 bodegas españolas seleccionadas por la revista americana WineSpectator presentaron sus mejores cosechas, entre las que había diez andaluzas: Alvear, Bodegas Barbadillo, Toro Albalá, Compañía de Vinos del Atlántico, Emilio Lustau, González Byass, Grupo Jorge Ordoñez, Huerta de Albalá y Propiedad de Arínzano.

Guillaume Deglise, director general de Vinexpo, inauguró la velada elogiando la calidad de los vinos españoles y su creciente reconocimiento. Por su parte, Ferrán Adrià comenzó su intervención afirmando la necesidad de consolidarse en un mercado tan competitivo como es el mundo del vino. "Hace 25 años nadie apostaba por España, en los supermercados del mundo no había productos españoles y hoy lo raro es que no haya un vino o un jamón con marchamo español", indicó. Ferrán Adrià y José Andrés lideraron a una docena de jóvenes cocineros españoles que elaboraron platos para sublimar los vinos presentados: Albert Raurich -Restaurante Dos Prebrots (Judías de Santa Pau con almejas); Andreu Genestra - Restaurante Andreu Genestra (Gambas rojas marinadas en cava con almendras verdes); Diego Gallegos - Restaurante Sollo (Gazpacho de tomate verde con filetes de sardina y brotes tiernos); Javier Olleros - Restaurante Culler de Pau (Vieiras con tres acompañamientos); Marcos Morán - Restaurante Casa Gerardo (Fabada); Ignacio Solana - Restaurante Solana (Estofado de tripa de bacalao); Rubén Sánchez-Camacho - Restaurante El Bodegón de Daimiel (Duelos y quebrantos, plato manchego a base de huevos, chorizo y embutidos); Aurelio Morales - Restaurante Cebo (Oreja picante de lechón); Ignacio Echapresto - Restaurante Venta Moncalvillo (Bacalao a la riojana); Juan Carlos Padrón - Restaurante El Rincón de Juan Carlos (Pudin negro canario y turrón de almendras garrapiñadas); Miguel Angel Mayor - Restaurante Sucede (Arroz con pato); y Pablo Loureiro - Restaurante Casa Urola (Trozos de atún confitados con crema de marmitako y 'piparrak'). Entre todos ellos, 7 estrellas Michelín y 13 Soles Repsol iluminaron esa noche el cielo bordelés. Mientras solo se bebían excepcionales vinos españoles.