La gloria de San Agustín

Repetimos

  • Pues al final vamos a hacer lo mismo que el año pasado, lo de subirnos al chalé que nuestro amigo tiene en Trassierra

Una mujer en su vivienda de Trassierra.

Una mujer en su vivienda de Trassierra. / Miguel Ángel Salas

Pues al final vamos a hacer lo mismo que el año pasado, lo de subirnos al chalé que nuestro amigo tiene en Trassierra, porque la verdad es que nos lo pasamos en grande. Y que tiene razón Soraya, que para estar pasando aquí calor, que han anunciado que viene más, nos vamos para arriba, que allí se está mucho más fresquito.

El que menos convencido estaba era Cayetano, pero le ha durado poco, que a los diez minutos ya tenía hecha la lista con las comidas que vamos a guisar y todas las cosas que tenemos que comprar, cómo es el tío. Y encima a nuestro amigo le hacemos un favor, que le tenemos cuidado el césped, regadas las macetas y el huerto que tiene, que nos ha dicho que está dando unos tomates que son una auténtica maravilla. Ya ves tú con lo que nos gusta el gazpacho y el salmorejo, que yo creo que hicimos todos los días el año pasado, si mal no recuerdo.

Del mes que estuvimos, yo creo que salimos a la calle dos veces, y para comprar el pan. Y es que nuestro amigo tiene unos arcones que no se pueden imaginar, que ahí caben varios tíos metidos, pero sin dificultad alguna, así de claro. Cayetano quería darse una vueltecita por Fuengirola, que le gustan los espetos una barbaridad, pero ya le he dicho que haremos algo para quitarle el antojo, que tampoco es tan difícil contentar a todo el mundo. A mí la verdad es que también me gusta ir de vez en cuando a Fuengirola, lo reconozco.

Porque aquello es como ir por la Feria, que te vas encontrando a conocidos y amigos cada dos metros, tal cual. Además, tú pides un valgas, un medio, un tubo o un flamenquín en Fuengirola y te entienden, no se lo tienes que explicar. Porque como ya he dicho unas cuantas veces, aquello es como una Córdoba con playa y espetos, que tampoco es tan mala combinación, ni mucho menos.

En fin, que vamos a desconectar un tiempecito, como dicen los jóvenes, que de vez en cuando es bueno hacerlo, que así la vuelta se disfruta más. Y eso que nosotros allí arriba estamos todo el día pendientes de lo que pasa en nuestra Córdoba bendita, porque siempre la llevamos en la cabeza y no paramos de pensar en ella, que más cordobeses no podemos ser los tres, por los cuatro costados. Ojalá también usted pueda tener unos días de descanso o que ya los haya tenido, que como dice un amigo cuando mejor se veranea es en junio o julio, que encima las cosas están más baratas, o eso dice. Pues eso, que a disfrutar todo lo que se pueda, que ya nos acordaremos en el invierno de estos días.

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