Córdoba

La Navidad para las familias de las personas desaparecidas en Córdoba: "En estas fechas se acentúa el drama que vivimos"

Los padres de Paco Molina en una concentración por su búsqueda.

Los padres de Paco Molina en una concentración por su búsqueda. / Juan Ayala

Son fechas de celebración, para estar en familia, para compartir con amigos, para dejar atrás lo que ya no fue y enfocar la mirada en nuevos objetivos. Esa es la Navidad, la Nochebuena, el Año Nuevo. Pero no es así para las familias de los desaparecidos, de las personas que llevan años buscando a sus hijos, padres o abuelos sin éxito. Las fiestas no serán iguales en los hogares de de Ángeles Zurera, Yaya Diaw, Francisco Bonilla, Paco Molina, Rafael Muriel, Francisco Reyes y Nasser Falcón, los siete casos abiertos de personas desaparecidas que mantienen en vilo a la provincia de Córdoba. A ellos se suma el de Cesárea Romero, desaparecida de Baena el 28 de diciembre.

"Para nosotros, todos los días son malos, pero en estas fechas se acentúa el drama que vivimos", lo expresa así Isidro Molina, el padre de Paco Molina, uno de los casos de desaparición más emblemáticos que ha vivido Córdoba. El joven fue visto por última vez el 2 de julio de 2015 en la capital cordobesa cuando tenía 16 años. Un conductor lo vio en la Estación de Autobús de Córdoba, donde cogió un autobús hacia Madrid, y es la única pista conocida del caso. 

En la casa de la familia Molina Sánchez "no hay navidades desde hace ocho años, no tenemos nada que celebrar". Se trata de "una noche más, y que pase lo antes posible". Isidro Molina, aún así, está consciente de que "la vida sigue, no se para el día que ocurre una desaparición, sigue de otra manera, hay gente que con el paso del tiempo normaliza, en la medida que se pueda, su vida". Incluso, "en un momento dado puede celebrar la Navidad y es totalmente lícito". Este año cenarán los tres, Isidro, su mujer y su hijo menor, que viene de Madrid, "pero no hay celebración, cenamos como cenamos cualquier noche". 

La sección de Desaparecidos de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional en Madrid es la encargada de la investigación de Paco Molina. La última novedad es que se está revisando todo el caso desde el principio, "por si pueden retomar alguna pista o se ha pasado algo por alto, hay mucha información, pero falta que encajen las piezas". Las nuevas tecnologías se están aplicando también al caso. "Lo importante es que sepamos que la Policía sigue buscando y que no esté en una estantería esperando que algo pase". La "única pega" que le pone Isidro Molina a la investigación, "es que no han encontrado a mi hijo". La UDEV vendrá a Córdoba "pronto" para continuar con el caso.

Isidro Molina se basa en que "a Paco le ofrecieron algo que él aceptó, un niño de 17 años es muy fácil de convencer, y creo que lo que aceptó se ha vuelto en su contra", afirma su padre. "Me tiré meses buscando al conductor que lo vio, y me hizo una descripción de Paco que no puede saberla por fotos", cuenta Molina. Nadie bajó del autobús hasta llegar a Madrid, en Andújar hizo una parada y solo subió gente, pero no hay imágenes de Paco Molina en las calles de la capital española. 

"Mantenemos la esperanza de que algún día lo podamos volver a abrazar, a eso nos agarramos todos los días", dice Isidro Molina, y agrega que "mientras no haya evidencia de muerte, hay esperanza de vida, y hoy no tengo ninguna evidencia de muerte, no sabemos el día de mañana". Isidro sigue pagando la línea móvil de su hijo, por si algún día pudiera llamar, y mantiene habilitado el código postal anónimo 3011 de Córdoba, en el que se puede hacer llegar cualquier tipo de información. 

Los casos sin resolver

En la provincia de Córdoba hay ocho casos sin resolver de personas desaparecidas. Siguen activas las alertas para encontrar a Ángeles Zurera, Yaya Diaw, Francisco Bonilla, Francisco Molina, Rafael Muriel, Francisco Reyes y Nasser Falcon.

La más antigua la referida a la vecina de Aguilar de la Frontera Ángeles Zurera: fue el domingo 2 de marzo de 2008. Uno de sus dos hijos aseguró entonces a la Guardia Civil que aquella mañana escuchó un claxon y luego a su madre despedirse. Nada más. Durante meses se produjeron continuas búsquedas y rastreos de terrenos, y también en propiedades y obras en las que había trabajado su exmarido, Manuel Reina, el único investigado en relación al caso.

Del año 2015 constan dos investigaciones, la de Paco Molina, y la de Francisco Bonilla, un vecino de Cabra que ahora tendría 76 años y cuyo paradero se desconoce desde el 13 de abril de aquel año, cuando había cumplido 68. Se le vio por última vez en su huerto y, en aquellos primeros momentos, la búsqueda se desarrolló en las inmediaciones de la finca, una zona cercana a un arroyo y su vivienda, pero hasta el momento no ha habido éxito.

El 1 de septiembre de 2016, desapareció Rafael Muriel en Adamuz. Tenía 40 años, y ya habría cumplido los 47. La denuncia se presentó en Córdoba capital, pero la investigación, que al principio lideró la Policía Nacional, dio un vuelco a raíz de que una vecina de Adamuz declarara haberlo visto por las inmediaciones del municipio de Sierra Morena. Otro caso activo es el de Yaya Diaw, un inmigrante de raza negra que ahora tendría 41 años y que desapareció en septiembre de 2021 en Puente Genil. El 4 de febrero de 2022 se vio por última vez a Francisco Reyes, vecino de Córdoba capital que habría cumplido ya los 38 años. 

El 2 de julio de 2023, cuando un adolescente de 13 años, Nasser Falcón, desapareció en Montilla. El menor mide 1,65 y pesa 60 kilos. Tiene el pelo corto y rizado, color castaño, ojos marrones y complexión delgada. Al momento de su desaparición vestía pantalón militar color blanco y negro, camiseta de deporte blanca y zapatillas de deporte blancas.

Ayer mismo, la Asociación SOS Desaparecidos activaba una alerta por la desaparición de una mujer de 66 años en Baena. La última vez que Cesárea Romero Martín fue vista fue el jueves 28 de diciembre en la localidad de la Campiña Este.

Un problema que aumenta

Según los últimos datos del Centro Nacional de Desparecidos, las desapariciones en Córdoba han aumentado un 51% en los últimos diez años. En 2012 las estadísticas contabilizaron 203 casos en la provincia, la mayoría de ellosde hombres y, afortunadamente, fueron resueltos. Para 2022 esa cifra ya era de 307 personas. Es el año 2018 el que peores números ha dejado en las cifras: 489 personas se ausentaron de sus hogares ese año, siendo ocho de ellos menores de edad.

Por el contrario, una de las cifras más bajas se registró en 2020, coincidiendo con la crisis del coronavirus, que obligó a toda España a un confinamiento. Ese año la cifra de desaparecidos se quedó en 218, que aumentó a 239 para 2021.

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