El Defensor del Pueblo destaca la "impecable" instalación de un centro de menores cordobés

El Defensor del Pueblo pone como ejemplo de lo que debería ser un centro de protección de menores el complejo Vado de los Bueyes, en la localidad de Lucena, con capacidad para 22 jóvenes. Frente a esta instalación, que califica como "impecable", el informe -presentado ayer en Madrid- denuncia que hay instituciones que utilizan un régimen disciplinario demasiado severo que incluye, incluso, celdas de aislamiento. En la provincia, en concreto, existen siete centros con 80 plazas. Y ninguno recibe tirones de orejas alarmantes.

Es más, el exhaustivo informe del Defensor destaca varios puntos positivos del complejo Vado de los Bueyes. Por una parte, destaca sus "grandes dimensiones, tanto en cuanto al edificio principal como a las zonas al aire libre", aspectos en los que el centro de Lucena "sobresale". También es ejemplar en sus "cuidadas instalaciones", que cuentan con certificación Aenor y una declaración de programa de excelencia de la Fundación Luis Vives.

Como puntos negativos, el informe del Defensor señala que en Vado de los Bueyes los menores tienen prohibido personalizar sus habitaciones, lo que "merma la calidez de las mismas y su aspecto es frío e impropio de adolescentes". "Los menores no entienden los motivos por los cuales no pueden decorarlas, y lógicamente quieren dar a sus habitaciones un aspecto más personal, ya que las consideran el último reducto de su intimidad", concluye el estudio.

La propia dirección de Vado de los Bueyes indicó al Defensor otro aspecto negativo de su centro: la interinidad y la rotación de puestos de los funcionarios crean "complicaciones" en la relación con la Administración. Frente a esta tendencia, reclamaron una "especialización mínima". También reconocieron que no realizan seguimiento a los jóvenes cuando ya han abandonado el internamiento.