Córdoba

Córdoba estrena mirador

  • El Cabildo abre hoy al público la Torre Campanario de la Mezquita-Catedral La visita se hará en grupos de 20 personas, será gratis para los cordobeses y costará 2 euros a los turistas

A 40 metros de altura, en un día claro, se ve el Paraninfo de Rabanales, la carrera del caballo, los depósitos de agua de la carretera de Castro o el Sagrado Corazón que preside las Ermitas. A 40 metros de altura, se percibe a la perfección la sucesión de puentes sobre el Guadalquivir, el pulmón verde que une el Alcázar con el Reina Sofía o las cúpulas de las iglesias fernandinas que conforman un tesoro patrimonial cordobés. A partir de hoy, quien quiera disfrutar de unas espectaculares vistas de Córdoba desde el mismo corazón de la ciudad podrá hacerlo gracias a la apertura al público de la torre alminar de la Mezquita-Catedral, un atractivo turístico que la ciudad recupera este mediodía después de que se cerrara su acceso en los años noventa. Será después de un acto que presidirán el obispo, Demetrio Fernández, y el Deán del Cabildo, Manuel Pérez Moya, en el que se presentarán las obras de restauración que se han llevado a cabo durante el último año bajo la supervisión de los arquitectos conservadores de la Catedral de Córdoba, Gabriel Ruiz Cabrero, Sebastián Herrero y Gabriel Rebollo.

Y es que en medio de la enorme polémica que rodea en estos meses al principal monumento de la ciudad, los rectores de la Mezquita-Catedral se han lanzado a una importante campaña de acción en la que, con motivo del 775 aniversario de la consagración de la Mezquita como Catedral de Córdoba, quieren trasladar a la sociedad las bondades de su gestión al frente del edificio. A las recientes exposiciones inauguradas dentro y en las galerías del edificio, se une hoy la apertura a cordobeses y turistas del que se convertirá, sin lugar a dudas, en uno de los grandes atractivos de la ciudad, pues ofrecerá a quien se decida a subir sus escalones unas vistas realmente espectaculares de la ciudad desde el punto más alto de la misma. La visita será gratuita para los residentes en Córdoba y costará dos euros para los turistas, un importe que fuentes del Cabildo señalaron que "servirá para sufragar los costes de mantenimiento que supone la apertura de la torre". El acceso a la misma se realizará en grupos de 20 personas cada 30 minutos, tiempo suficiente para poder acceder a las diferentes alturas del campanario y observar cómo varían las vistas a medida que se suben escalones. El acceso estará restringido a los menores de 7 años dadas las dificultades que pueden suponer los tramos de escaleras para los mismos, mientras que los pequeños entre siete y catorce años sólo podrán subir a la torre si están acompañados de algún adulto.

A la visita se accede desde una puerta situada a la derecha de las taquillas, justo al lado de la puerta del Perdón, y el turista podrá disfrutar de tres alturas diferentes desde las que contemplar la ciudad, una posibilidad que da mayor realce al paseo puesto que a medida que se gana en altura mayor es la sorpresa que se percibe. Para facilitar el acceso y hacer más llevadera la subida, los arquitectos han sustituido diversos escalones que se encontraban en mal estado a fin de evitar posibles resbalones y accidentes, al tiempo que se les ha dotado de una altura que no suponga un gran esfuerzo físico al visitante.

En el transcurso de la ascensión se pueden observar las modificaciones realizadas en el interior del antiguo alminar con el paso de los siglos. Fue Abderramán III quien ordenó en el año 951 que se edificase el mismo en sustitución del que había levantado Hixem I, una sobras que se realizaron en tan sólo un año. Más tarde, en el siglo XVI, Hernán Ruiz III fue el encargado de montar un cuerpo de campanas sobre el alminar para llamar a la oración desde la ya consagrada Catedral de Córdoba. Dos siglos después, el peso de las campanas y los efectos del terremoto de Lisboa obligaron a forrar la torre y macizarla para evitar que el conjunto se viniera abajo. No obstante, diversos vestigios de la época musulmana que se conservan aún en diversos momentos de la subida y que llaman poderosamente la atención.

Donde estaba situada la antigua casa del campanero, justo encima de la bóveda que corona la Puerta del Perdón, es posible observar tres arcos de herradura aposentados sobre columnas que servían como mirador en el pasado. Otras dos columnas de los antiguos ventanales del alminar han quedado a la vista en un tramo de escaleras y sirven para imaginar cómo fue el lugar de la llamada a la oración al principal templo del Islam en España. De aquella época ha querido recuperarse también el único vestigio de la decoración en color almagre que se conserva.

El Cabildo, aunque se muestra cauto en sus valoraciones, espera que este nuevo atractivo sirva para impulsar aún más el turismo en la ciudad toda vez que cada año pasan por la Mezquita-Catedral más de un millón de visitantes.

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