Turismo

El comercio de la Judería de Córdoba intenta recuperar su actividad con los primeros turistas

Turistas visitando algunos comercios de la Judería.

Turistas visitando algunos comercios de la Judería. / Juan Ayala

Desde el pasado lunes, turistas británicos, japoneses, chinos y de otras latitudes pueden entrar a España sin la necesidad de acreditar PCR, una circunstancia que se abrirá el 7 de junio a otros muchos países con la idea final de reactivar el turismo internacional. Una noticia que, aunque ya esté casi acabada su temporada alta, viene de maravilla a ciudades de interior como Córdoba, ante el cambio de perfil del viajante postcovid.

Y dentro de la provincia, y mirando a la capital, una de las áreas más castigadas por la situación provocada por la pandemia del coronavirus sin duda ha sido la Judería, termómetro de la ciudad en cuanto a la llegada de turistas por acoger en su corazón a la Mezquita-Catedral, el principal monumento de la provincia según el número de visitas, y con un encanto propio que le hace lucir la declaración de Patrimonio de la Humanidad. Un lugar que, muy poquito a poco, vuelve a recuperar su fortaleza con la apertura de los viajes. 

Desde que comenzase el estado de alarma en marzo de 2020, el comercio del Casco Histórico echó el cierre hasta nuevo aviso. Apenas si ha habido alguna etapa, sobre todo en la campaña del pasado verano, cuando las restricciones fueron más laxas, en las que los negocios pudieron exponer sus artículos para ofrecerles algún recuerdo a los pocos turistas que visitaron la ciudad durante el estío, una época que no es boyante precisamente por las altas temperaturas.

Ahora, tras la apertura de la comunidad autónoma -antes lo fueron los propios municipios de la provincia- y el levantamiento del estado de alarma, han sido muchos más los turistas que se han acercado a conocer Córdoba, aunque no los suficientes para reactivar la actividad, como cuentan los comerciantes de la zona.

Una relajación de las medidas que ha coincidido en el tiempo con el Mayo Festivo, que supone un auge para el turismo, algo que este año se ha vuelto a notar, aunque de forma distinta que en ocasiones pasadas. La celebración de los Patios ha sido clave para el proceso de recuperación en el pequeño comercio de la Judería.

Imanes, camisetas, bolis, tazas... detalles con esencia a Córdoba es lo que se puede encontrar en la mayoría de estos negocios. En la calle Deanes se encuentra la tienda de Regalos Rafael Moral desde el año 1975. Su dueño, del mismo nombre, afirma que aún continúan las pérdidas, pues "es penoso hasta hacer las cuentas porque las facturas seguían con los mismos gastos".

El propietario se ha visto forzado a hacer una liquidación y poner sus artículos al 50% de descuento, con el fin de aliviar stock y aumentar el volumen de ventas. A pesar de las nuevas medidas menos restrictivas, "la realidad es que solo vendemos los sábados y los domingos hasta las cuatro de la tarde; es desesperante, no sé ni como hacer esas cuentas". 

Respecto a la idea de tener que echar el cierre, Rafael Moral ha afirmado que "ese pensamiento no se va nunca de la mente". Las pocas ayudas y el "abandono" de las instituciones locales hacen que los establecimientos sigan luchando para generar ganancias. "Cuando llegue la normalidad vendrán a echarse la foto, pero a día de hoy no tienen valor de venir", ha lamentado.

Hasta ahora, el poco turismo con el que cuenta la zona generalmente procede del propio país. Desde la tienda Jataman, Yolanda Martínez comenta que este hecho "jamás en la vida se pensaba", una situación que ha hecho hasta replantearse a los comerciantes restringir los horarios de sus tiendas ante la poca actividad, pues "al cerrar incluso a medio día entre semana te sentías mal".

Martínez ha asegurado que pese a la situación no han contado con "ningún tipo de rebaja en los impuestos, ni agua, ni basura, el IBI...", y reafirma que la zona ha sido olvidada y, como consecuencia, muchas calles del Casco Histórico acumulan suciedad en sus aceras.

La reinvención de este sector es otra opción, aunque no siempre es tan fácil como parece. Yolanda asegura que los clientes le preguntan por la venta online y ella lo ha podido consultar, pero al ser productos pequeños y de precio moderado, cuando se tienen que implementar los gastos de envío al cliente no le interesa: "Yo no puedo vender una taza por 10 euros, porque no me la compran".

Restricción de aforo, distancia seguridad, gel, pañuelos, todas las medidas son necesarias para poder comprar con la mayor seguridad posible. No obstante, desde este comercio de la calle Deanes, Yolanda ha informado de que parte de la clientela no está concienciada y debe llamar la atención sobre todo cuando se trata de niños.

Yolanda Ramírez del local Jataman organiza algunos de sus productos. Yolanda Ramírez del local Jataman organiza algunos de sus productos.

Yolanda Ramírez del local Jataman organiza algunos de sus productos. / Juan Ayala

Artesanía Medina es otro de los negocios que se han visto afectados. Este local lleva abierto desde verano de 2016 y su propietaria, Patricia Baena, apunta que todavía sufre pérdidas. "Lo estamos pasando mal, menos mal que antes pero mal". Esta empresaria tiene otro negocio de artesanía próximo que actualmente mantiene cerrado, aunque espera poder abrirlo en "poco tiempo".

Desde la joyería Juan Cruz-Conde Toledano, la trabajadora Melyssa Suárez señala que gracias al Festival de los Patios se ha vivido mayor concurrencia en la zona y, además, apunta a clientes procedentes del extranjero, como franceses, alemanes e italianos, aunque nada comparado con años anteriores. 

Manuel J. Regalos es otro comercio situado frente a la Mezquita-Catedral de Córdoba. Esta ubicación no siempre supone ventajas, tal y como afirma su trabajadora Sonia Torres, ya que en ocasiones el turista piensa que los productos son más caros que en locales de callejas más tranquilas. Torres afirma que el cordobés no suele acercarse a este tipo de negocios, sólo visita la zona de la Judería "de pasada".

Karam es un negocio que abrió sus puertas en febrero de 2020, tan solo un mes antes de decretarse la pandemia por el coronavirus, algo que ha impedido poder generar las ventas programadas. La trabajadora Husna Mekhelef incida que algunos cordobeses procedentes de pueblos, sí se acercan a esta emblemática zona.

En el negocio se pueden encontrar productos de recuerdo no tan típicos como los souvenirs, sino objetos originarios de Turquía como cerámica, pañuelos o caftanes, pero elaborados con esa esencia de Andalucía. La trabajadora ha asegurado que sus clientes están concienciados con las medidas ,y respecto a los artículos de vestimenta, "no se atreven a probarse nada".

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