El obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, ha deshojado la margarita de las posibilidades que podían ocurrir en la diócesis una vez tomase posesión como arzobispo coadjutor de Sevilla el próximo 17 de enero. Cuando informó de este nombramiento, señaló que llegada esa fecha la Santa Sede podría encomendar al Colegio de Consultores la designación de un administrador diocesano o el propio Asenjo seguiría al frente del timón en su calidad de administrador apostólico hasta la llegada de su sucesor. En las últimas fechas han sido varias las ocasiones en las que el actual obispo ha trasladado a diversos colectivos la certeza de que se cumplirá esta segunda opción; es decir, que una vez se traslade a Sevilla seguirá siendo responsable de lo que ocurra en la Iglesia cordobesa.

Esta circunstancia es la contraria a la que sucedió cuando en 2003 dicho Colegio de Consultores decidió que fuese Lorenzo López-Cubero quien estuviese al frente de la diócesis hasta la toma de posesión de Asenjo, ocurrida en septiembre de dicho año.

Por tanto, el actual prelado se encargará de seguir al frente de la curia cordobesa aunque sus nuevas responsabilidades en Sevilla le harán que buena parte de este trabajo la realice a distancia. De todas formas, ya ha trasladado a algunos círculos que presidirá algunas ceremonias en la Catedral antes de la llegada de su sucesor, como son la Misa Crismal y los Oficios del Jueves, Viernes y Sábado Santo.

Con estos datos, no se espera que el nombre del sucesor de Asenjo se conozca antes de Semana Santa, aunque se supone que dicho nombramiento se debe producir a lo largo de 2009, puesto que son diversas las diócesis españolas que están vacantes.