Como si del día de la marmota se tratara, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha vuelto a publicar el informe Urban Audit, en el que la ciudad sale de nuevo muy mal parada, ya que cuatro barrios de Córdoba repiten entre los 15 más pobres de toda España. Nada que ya no supiéramos, pero que nos hace ver el fracaso colectivo que ello supone. Como en ediciones anteriores del estudio, el peor posicionado es Las Palmeras-Azahara, que ocupa la sexta posición en el ranking global, con una renta media anual de 7.361 euros por habitante. A continuación está el barrio del Guadalquivir, con 7.380 euros por vecino. El Sector Sur, con 8.100 euros, es el número 11 con menor renta de España; la estadística de los 15 más pobres la cierra Huerta de la Reina-Las Moreras, con 8.556 euros por vecino.

Cierto es que hay cambios respecto al anterior Urban Audit, en el sentido de que esas barriadas han mejorado sus ingresos en torno al 6% de media. Además, sale de ese vergonzoso listado El Higuerón, pero todo ello no nos puede hacer perder la perspectiva de que muchas cosas se están haciendo mal en Córdoba en las últimas décadas. La peor de las conclusiones es que la pobreza se ha enquistado en estos barrios, lo que a su vez conlleva cierta resignación por parte de las administraciones y de la propia sociedad. Si se cae en ese error, el problema tiene pocos visos de solución. Una ciudad que acaba de cerrar la feria con los precios más altos de su historia, que presume de que los datos turísticos empiezan a recuperarse del covid y que el paro a nivel global mejora muy lentamente, no debe olvidar que hay una realidad dramática en muchas zonas y que el día a día de miles de familias es desesperante.

Lo más preocupante es que parte del diagnóstico ya está hecho y se conoce la raíz. La propia subdelegada del Gobierno, Rafaela Valenzuela, comentó al respecto hace unos día que una de las claves es luchar contra el absentismo escolar y mejorar los proyectos educativos en los barrios. Mientras, el alcalde de Córdoba, José María Bellido, apuntó que se trata de algo "estructural", a lo que "no se le puede dar la vuelta de un día para otro", ya que se trata de "un trabajo conjunto y a largo plazo". Ambos llevan razón en sus reflexiones, si bien eso no es suficiente.

Ahora que estamos en plena precampaña electoral, en la que los candidatos se dedican más a fotografiarse que a otra cosa y a pasear a sus líderes nacionales por Andalucía, es el momento de plantear de verdad qué soluciones se ofrecen a corto y medio plazo contra esta pobreza enquistada en Córdoba. Porque da la sensación de que los partidos tienen la tentación de desviar el debate andaluz hacia asuntos de ámbito nacional, con lo que diluyen el debate de las necesidades reales de esta tierra. Según Nelson Mandela, "erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia". Ya estamos tardando.