Si hay una localidad cordobesa que se haya convertido el botijo en su icono cultural es La Rambla. Pero los alfareros de Ivanros, que saltaron a la fama tras fabricar las exclusiva vajilla en que Dior sirvió la cena en su último desfile en la Plaza de España de Sevilla (2022), han querido darle a este imprescindible del verano cordobés otra vuelta de tuerca. 

En su universo de creatividad nada es lo que parece. Por eso no es de extrañar que este verano hayan dejado con la boca abierta (y lista para beber) a propios y ajenos con sus botijos-cubiteras. Los rambleños venden en su web un total de 12 propuestas de recipientes para mantener bien fría la botella durante el tiempo que dure el almuerzo o cena. 

Sus medidas son 36 x 21 centímetros y cada una de estas obras de arte tiene un acabado tradicional en el barro natural de nuestra tierra y un delicado esmaltado ya sea en tonos rojos, azules, verdes o multicolor. 

No obstante, este no ha sido su único logro en los últimos meses, pues la cerámica de La Rambla ha llegado hasta Japón de la mano de Ivanros. Los ciudadanos japoneses ya pueden adquirir piezas diseñadas por la empresa rambleña en más de 70 puntos de venta repartidos por todo el país. Una firma nipona de prestigio nacional comercializará diferentes piezas de cerámica decorativa, como azulejos y vajillas. Piezas artesanales, hechas a medida y pintadas a mano. 

Este supone un nuevo paso en el crecimiento que Ivanros ha experimentado en los últimos años. Tras varias décadas de tradición familiar en La Rambla, ha logrado aunar tradición e innovación para producir piezas únicas. Firmas de moda y decoración de prestigio internacional, así como empresas del sector de la hostelería y chefs estrellas Michelin han contado con sus diseños. "A final de este año desvelaremos nuevas colaboraciones con marcas a nivel internacional", adelanta Iván Figueroa, su gerente.

La globalización ha llamado, definitivamente, a su puerta. Sin embargo, este pequeño emporio alfarero se mantiene firmemente conectado a su esencia y orígenes. Custodia la tradición de todas esas familias rambleñas que, durante generaciones, han puesto sus manos y su amor para elaborar las mejores piezas de artesanía, cerámica y alfarería. Hecho y pintado a mano son dos de sus valores principales, sumados a cultura y tradición, familia, apuesta local y sostenibilidad.